Polémica: Gaza y la pérdida de lo humano

Franco Bifo Berardi. Franco Bifo Berardi. FOTO TOMADA DE PERFIL.COM
05 Octubre 2025

LA GACETA Literaria publicó el 21 de septiembre pasado la entrevista que Alejandro Duchini le hace al pensador italiano Franco Bifo Berardi. Es sumamente interesante y cabe destacar el coraje para encarar cuestiones. Su lectura me lleva a decir algo sobre un tema que me duele, me deja perpleja y me interpela. Coincido en muchos aspectos pero disiento en otros.

Estoy de acuerdo que lo que el Estado de Israel hace con el pueblo palestino es un verdadero genocidio. Como dice el artículo, “desde hace 75 años se oprime, humilla y mata a su gente pero desde el 7 de octubre se transformó en una máquina de exterminio, masacrando a decenas de miles de palestinos”. La población civil, entre los que están mujeres y niños inocentes, los edificios y los hospitales son bombardeados sistemáticamente en una verdadera guerra de exterminio y en flagrante violación al Derecho Internacional.

A eso hay que agregar el bloqueo inicuo que Israel les impuso; el que no muere por los bombardeos, morirá por el hambre. La última atrocidad es desplazar a la población en un éxodo patético, dejándolo todo. Recordemos que la Franja de Gaza es uno de los sitios más densamente poblados del planeta.

Los muertos en el atentado del 7 de octubre fueron aproximadamente 1.200. Los muertos gazatíes superan los 70.000. La desproporción es pavorosa. Se trata de una venganza que nos remite a las épocas más primitivas cuando se aplicaba la venganza privada.

Todo esto sucede ante la indiferencia de la mayoría y el silencio de los medios.

Sostengo que esta masacre no es mostrada en toda su magnitud. Hay una invisibilidad del mal. Porque si en Gaza hay cámaras (la de los reporteros de guerra y camarógrafos, muchos de los cuales murieron en los bombardeos), no obstante las imágenes de niños desnutridos y mutilados fueron celosamente ocultadas.

Berardi lo señala acertadamente. “Una distopía posible hoy es el exterminio del género humano por el género humano mismo”.

León Tolstoi decía: “Si siento dolor es porque estoy vivo. Si siento el dolor de los otros es porque soy humano”. Es lo humano lo que está en crisis. Hay en la actualidad una pérdida de lo humano. Estamos ante una cultura de la muerte: por las guerras, por el aborto, por las uniones infecundas y estériles cerradas al don de la vida, lo que produce tasas nulas de natalidad a lo que se hace referencia al final de la entrevista.

Cuando se le preguntó al entrevistado sobre qué lugar había para la esperanza responde que como ateo no podía hablar de esperanza. Sorprendente respuesta para un pensador tan lúcido. Si bien es cierto que la esperanza es una virtud teologal junto con la fe y la caridad, que nos remiten a lo sobrenatural, también se las concibe desde una dimensión humana. Tanto es así que ningún ser humano puede vivir sin creer, sin esperar y sin amar.

Tampoco tuvo respuestas sobre el modo de detener el avance de la barbarie en Gaza. La ONU fracasó en su intento y viene fracasando sistemáticamente. No se puede pedir neutralidad a un organismo que depende económicamente de EEUU y que posee un Consejo de Seguridad que puede vetar sus resoluciones. No existen para ellos leyes morales ni jurídicas.

Apuesto a una visión esperanzadora. Confío que judíos y palestinos imiten el ejemplo de Daniel Barenboim quien reunió a jóvenes de ambas nacionalidades en una orquesta, que es la imagen cabal de la unidad dentro de la diversidad, hermanándolos a través de la música, que como ninguna otra arte expresa la armonía de una verdad sinfónica. Que ambos pueblos, que tienen el común saludo de la paz puedan finalmente llegar a un entendimiento que supere la larga tradición de odio y de venganza que los enfrentan.

© LA GACETA

Graciela Elena Assaf

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