La Selección Argentina Sub-20 tendrá mañana un nuevo desafío en el Mundial que se disputa en Chile. Desde las 20, en el estadio Elías Figueroa Brander de Valparaíso, el equipo dirigido por Diego Placente se medirá con Italia con la misión de asegurarse el primer puesto del Grupo D. El arbitraje estará a cargo del costarricense Keylor Herrera y se espera un partido de alto voltaje, ya que ambos conjuntos llegan con aspiraciones de quedarse con la cima.
La “Albiceleste” llega con confianza tras un comienzo ideal: debutó con un 3-1 frente a Cuba en un partido trabajado y, en la segunda fecha, desató su mejor versión al golear 4-1 a Australia, lo que le permitió asegurar su pase a los octavos de final de manera anticipada. La gran figura del certamen hasta ahora es Alejo Sarco, delantero que suma tres conquistas y comparte el liderazgo de la tabla de artilleros junto al estadounidense Benjamín Cremaschi.
Más allá de la clasificación asegurada, la meta del cuerpo técnico es mantener la intensidad y consolidar la identidad de juego. Placente podría optar por darle descanso a algunos futbolistas para llegar con energías renovadas a los cruces eliminatorios, aunque un empate bastará para finalizar en lo más alto del grupo.
El rival, Italia, llega con la obligación de ganar. En su debut derrotó 1-0 a Australia, pero en su segunda presentación desperdició una ventaja de dos goles ante Cuba y terminó igualando 2-2, un resultado que lo dejó con la necesidad de sumar de a tres para soñar con el primer puesto.
Dentro de la delegación argentina también se destacan nombres propios que empiezan a generar expectativa. Ian Subiabre, juvenil de River de apenas 18 años, convirtió uno de los tantos frente a Australia tras una brillante asistencia de Milton Delgado, mediocampista de Boca. Ambos jugadores llegan a este Mundial en una situación particular en sus clubes: mientras Subiabre había perdido protagonismo en la primera de River y atravesaba un conflicto contractual que lo alejó de las convocatorias, Delgado quedó relegado en Boca tras la llegada de Miguel Russo, que apostó por otros nombres en el mediocampo.
En el caso del delantero, su tanto frente a los australianos fue una muestra de la capacidad de desequilibrio que lo caracteriza. Aunque en River solo convirtió un gol en 19 partidos en Primera, cada vez que se pone la camiseta de la Selección demuestra jerarquía en el uno contra uno y una influencia clara en el ataque. Tras renovar contrato hasta 2028, su desempeño en Chile podría abrirle una nueva etapa en Núñez con más protagonismo.
Del lado “xeneize”, la situación de Delgado es distinta. A pesar de no haber salido del “11” por bajo rendimiento, perdió su lugar por cuestiones tácticas. Boca incluso rechazó una oferta millonaria de Besiktas, convencido de que su proyección aún puede darle mucho al club. Su nivel en el Mundial refuerza esa postura y deja abierta la incógnita sobre el lugar que ocupará al regresar.
Esta selección no tiene nombres rutilantes para el planeta fútbol, pero mezcla proyección y jerarquía, además de buen juego bajo el mando de Placente. La ilusión de volver a pelear por un título que en la historia ya levantó en seis ocasiones, se podrá encender o desvanecer hoy, dependiendo como salga del cruce con los europeos, que siempre son una buena medida de prueba.







