El Mundial Sub-20 que se disputa en Chile no solo tiene como atractivo a los jóvenes talentos, sino también a una innovación tecnológica que genera debate: la Tarjeta Verde, conocida como Football Video Support (FVS). Esta herramienta, similar a la revisión por video en hockey o rugby, permite que los cuerpos técnicos soliciten revisar jugadas específicas mostrando una tarjeta verde desde el banco.
Su estreno oficial fue en el triunfo de Ucrania 2-1 frente a Corea del Sur y volvió a usarse en la victoria de Argentina 3-1 ante Cuba. En ese partido, Diego Placente pidió la revisión en dos ocasiones, pero en ambas la decisión del árbitro fue desfavorable para la Albiceleste. La FIFA busca con este sistema una alternativa más ágil y menos costosa que el VAR.
El FVS tiene reglas estrictas: solo se puede aplicar en situaciones que involucren goles, penales, expulsiones directas y confusión de identidad. Además, cada equipo cuenta con un máximo de dos solicitudes por partido. Para activarlo, el entrenador debe mostrar una tarjeta verde de manera visible, tal como ocurre en otros deportes que ya utilizan este recurso.
Antes de aparecer en Chile, la FIFA ya había ensayado este método en la Copa Juvenil Blue Stars y en el Mundial Femenino Sub-20 de Colombia 2024. Los resultados fueron positivos, lo que dio pie a su implementación en un torneo de mayor repercusión. Su bajo costo y la simplicidad de la logística lo convierten en una herramienta viable para federaciones con presupuestos ajustados.
Tres sistemas en paralelo
Actualmente, el fútbol cuenta con tres sistemas de asistencia arbitral por video: el VAR tradicional que se utiliza en ligas como la argentina, el VAR 3D o semiautomático estrenado en el Mundial de Clubes y ahora el FVS, que busca instalarse como la opción económica y práctica que podría transformar la manera de impartir justicia en el deporte más popular del mundo.






