Recuerdos fotográficos: Hacia 1889. La travesura a campanadas de Padilla

En este espacio de “Recuerdos” LA GACETA busca revivir el pasado a través de imágenes que se encuentran guardadas en ese tesoro que es el Archivo de LA GACETA. Esperamos que a ustedes, lectores, los haga reencontrarse con el pasado y que puedan retroalimentar con sus propios recuerdos esta nueva sección.

Recuerdos fotográficos: Hacia 1889. La travesura a campanadas de Padilla
Por Roberto Delgado y Jorge Olmos Sgrosso 28 Septiembre 2025

Ernesto Padilla era un chico travieso”, cuenta Carlos Páez de la Torre (h) en “Noble figura de Ernesto Padilla” (17/11/2013). Alumno de la Escuela Normal, sus diabluras le valieron que 1882, a los 9 años, lo expulsara el director Paul Groussac. Su padre lo mandó entonces interno al severo Colegio de la Inmaculada, en Santa Fe. “Ya calmado, gracias al rigor de los jesuitas, volvió a Tucumán y terminó el bachillerato en el Colegio Nacional, en 1889”.

Pero no estaba totalmente calmado. En sus “Travesuras colegiales…” cuenta Faustino Velloso (“Miradas sobre Tucumán” de la Fundación Miguel Lillo) que Padilla, Héctor P. Ríos, Segundo Posse, Domingo Aráoz y él formaban “una hermandad casi de logia” dedicada a hacer bromas, sobre todo a los profesores. Con frecuencia eran enviados a una pieza oscura llamada “castigo del encierro”.

Recuerdos fotográficos: Hacia 1889. La travesura a campanadas de Padilla

En las “Curiosidades de los hombres del Centenario”, del Centro Cultural Rougés, se cita una anécdota publicada en la biografía que escribió Silvia Formoso en “Ernesto Padilla (1873-1951) Ciudadano del Norte Argentino. Tucumán”: “un día se escapó por los techos del colegio, trepó hasta el campanario de la iglesia vecina y tocó las campanas como si fuera doble de difuntos”. Se supone que la iglesia vecina era la Merced, que estaba junto al Colegio Nacional, en la esquina de 24 de Septiembre y Rivadavia (hoy Virgen de la Merced). “Asombrados los vecinos, al preguntar quién había muerto, con total desparpajo el joven respondió que un vecino, don Lizárraga, que en esos momentos estaba en su finca del campo”. Hasta fue retirada del colegio la hija de Lizárraga, con la falsa noticia de su padre muerto. “Tremendo revuelo se armó y mucho más cuando regresó el pobre hombre a su casa”.

En las fotos se ve el antiguo templo de la Merced, en 1916, según el Álbum del Centenario (fue demolido entre 1914 y 1927 para construir el actual templo); también la vieja campana, en 1949, cuando fue repuesta en el nuevo templo; y el rostro de Padilla en sus tiempos de Gobernador de Tucumán.

Recuerdos fotográficos: Hacia 1889. La travesura a campanadas de Padilla
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