Javier López, el gobernador poeta

28 Septiembre 2025

Por Abel Novillo

Para LA GACETA - TUCUMÁN

Derrotado el gobernador Silva por un golpe de estado, en enero de 1829, le sucedió en el cargo don Manuel Lacoa, originario del Alto Perú, oficial en su momento de Pío Tristán y que, herido en la acción de Tucumán, quedó en esta ciudad para siempre, radicándose como un vecino más y ganándose el respeto de todos los habitantes, al punto que culminó en la más alta magistratura. Pero no sería primer magistrado por mucho tiempo, porque algunos disconformes con su condición de ex enemigo, y propiciados además por Javier López, le obligaron a renunciar 45 días después, ascendiendo al cargo el inefable López. Muy poco después, dispuesto a confraternizar con los líderes nacionales del unitarismo, dejó a cargo interinamente de la gobernación a don Javier Paz, y él, al frente de un destacamento de 400 hombres, partió hacia Córdoba, para apoyar el accionar que había encarado el general José María Paz, con su «Ejército Nacional». Así, tomó parte en la acción de La Tablada, contra Quiroga, los días 28 y 29 de julio de 1929, quien derrotado huyó a revienta caballo hacia campos de La Rioja.

La Tablada, lugar de la famosa batalla, quedaba en terrenos donde actualmente se erige el barrio de Las Rosas, en la ciudad de Córdoba.

Javier López se unió con el salteño Gorriti para perseguir a Quiroga, sin lograr darle alcance. Mientras, en nuestra ciudad, Paz ejercía una excelente gestión de gobierno, lleno de realizaciones, de construcciones y con preocupación por la educación.

A principios de diciembre de 1829, López regresó y reasumió la gobernación de Tucumán, organizando una gran fiesta de festejos con motivo del triunfo de La Tablada, enviando curiosas invitaciones en verso, que él mismo compusiera y que demuestran, categóricamente que, si su condición de político y militar, a nuestros días puede ser dudosa o discutible, creo que su capacidad de poeta en cambio, no entraría en discusión: «¡Pues bien! ¡Qué ganancia! / hará en tal destino / Al suelo argentino/ su primer campeón (alude al general Paz) / En festejo justo/ De ese hombre adorado/ y de un pueblo osado / Que hoy supo vencer / A bailar con gusto / venid, sexo amable / Mitad agradable / del humano ser. / El baile será en el día / y a la hora arriba asignada / El lugar de él la morada / Del que tiene el alto honor / De celebrar a porfía, / Lo que a hacerlo invito ahora / y el ser de Vd. Señora / su afecto gobernador.»

© LA GACETA

Abel Novillo -Historiador y escritor.

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