OPCIÓN. Nicolás Castro domina la pelota en primer plano y al fondo aparece Gustavo Abregú en la zaga central, posición que vuelve a instalar el debate sobre si su mejor aporte está en el mediocampo. Foto de Ariel Carreras/ESPECIAL PARA LA GACETA.
Muchas veces, cuando los resultados no aparecen o una derrota golpea fuerte, surge la necesidad de volver a las bases, modificar la estructura o incluso recuperar fórmulas que en el pasado ofrecieron garantías. En el caso de San Martín, tras la caída en Nueva Italia frente a Racing de Córdoba, la discusión gira en torno a un nombre propio: Gustavo Abregú. La gran disyuntiva por estas horas es si debe continuar como zaguero central, tal como lo utilizó Mariano Campodónico, o si es momento de regresarlo a su zona natural en el medio campo, donde alcanzó su mejor versión durante la temporada pasada.
El planteo táctico con línea de tres defensores y esquema 3-4-1-2 que Campodónico dispuso en Córdoba no funcionó como sí lo había hecho en la goleada sobre Atlanta en La Ciudadela. Ahora, con la mira puesta en el partido del domingo contra Quilmes, el DT evalúa si mantiene la apuesta o si regresa a la clásica línea de cuatro, ya sea con el retorno de Juan Orellana o sosteniendo la dupla Mauro Osores-Guillermo Rodríguez e incorporando un lateral izquierdo como Aníbal Paz o Hernán Zuliani.
En ese análisis, también aparece la posibilidad de reubicar a Abregú en el medio campo para conformar un doble “cinco” junto a Matías García, fórmula que resultó determinante en buena parte del torneo anterior. Esa sociedad ofreció solidez táctica y equilibrio, y sólo se desarmó en la final, cuando García estuvo ausente y el equipo sufrió su falta.
Tal es así que en las primeras 17 fechas de este torneo, Ariel Martos había confiado en esa dupla hasta que Abregú sufrió un desgarro en el menisco en la previa del 0-0 contra Almagro. Aquella lesión lo marginó por más de dos meses, con regreso recién en la derrota contra Colegiales en Munro. Desde entonces, su continuidad fue intermitente hasta que Campodónico lo reinsertó como titular frente a Atlanta y la “Academia” cordobesa, aunque en un puesto menos habitual: la zaga central. Allí se formó en inferiores, pero nunca terminó de consolidarse como pieza clave.
Los números de la dupla García-Abregú
En cambio, cuando jugó en el medio junto a García, el equipo encontró regularidad y encadenó una racha invicta de 16 partidos durante 2024. Ese antecedente invita a pensar que volver a esa fórmula podría ser la llave para recuperar la solidez perdida.
La irregularidad fue una constante en esta campaña. La victoria sobre Atlanta generó ilusión, pero el paso en falso en Córdoba volvió a sembrar dudas. Con apenas dos fechas por disputarse, el margen de error se redujo al mínimo. Quilmes en La Ciudadela y San Miguel como visitante serán los últimos exámenes antes del Reducido, y la obligación es doble: sumar los seis puntos y asegurar la ventaja de la localía.
Rearmar el medio campo con Abregú y García aparece como una alternativa de peso para recuperar identidad y confianza. Para San Martín, repetir una fórmula exitosa puede ser la clave para enderezar el rumbo y llegar al tramo final con una certeza: la de haber encontrado nuevamente su base.






