NO COME VIDRIO. Lucas Pusineri sabe que Atlético visitará a un rival que hace de su estadio una fortaleza. Foto de Marcelo Manera, especial para LA GACETA
Atlético tendrá una parada exigente en la décima fecha del Clausura. El lunes, desde las 20, visitará a Vélez en el “José Amalfitani”, un terreno que se ha convertido en fortaleza para el equipo dirigido por Guillermo Barros Schelotto. “Mellizo” asumió con la misión de recuperar la confianza de un plantel golpeado y hoy lo tiene en la pelea por los primeros puestos. El “Fortín” aparece como uno de los protagonistas de la zona B, en la que comparte la parte alta de la tabla con River y Riestra, y se presenta como un rival duro en todos los aspectos: ordenado, sólido en defensa y efectivo en los momentos decisivos.
La actualidad de Vélez está marcada por la eliminación reciente frente a Racing en los cuartos de final de la Copa Libertadores, una serie que dejó más polémicas que certezas futbolísticas. En el balance global, los de Liniers tuvieron más posesión de pelota (55%), pero no lograron transformarla en situaciones claras de gol. Esa falta de contundencia quedó reflejada en los números: apenas cuatro remates totales, sólo uno de ellos con verdadero peligro para el arquero Facundo Cambeses. Racing, en cambio, disparó 21 veces y siete fueron al arco; algo que terminó inclinando la balanza a su favor.
Los aspectos más recordados de la serie fueron las jugadas anuladas por el VAR. En la ida, un tanto de Aaron Quirós fue invalidado porque la pelota había salido del campo antes del centro que terminó en gol. Esa decisión dejó a Vélez sin ventaja para la revancha y condicionó el ánimo del equipo. En la vuelta, llegó la acción más discutida: Imanol Machuca probó de media distancia, Cambeses no pudo contener, pero alcanzó a tomarla justo antes de que cruzara por completo la línea. Tras la revisión tecnológica, el gol fue anulado y la bronca de los hinchas se multiplicó.
Tras la caída, Barros Schelotto defendió a su plantel. “Eficacia tuvimos; nos anularon dos goles, uno en la ida y otro en la vuelta, y ambos por el VAR. Racing nos presionó y nos llevó a un juego más físico, cortado y luchado. Hay que seguir ganando partidos para poner a Vélez en lo más alto. Agarré el equipo el año pasado después de ocho partidos sin victorias ni goles, y eso no va a ser gratis al momento de pelear por entrar a las copas”, aseguró.
Vélez se asienta en la fortaleza que muestra jugando de local
Más allá de la eliminación, el presente en el torneo local es alentador. En nueve fechas perdió apenas un partido: contra San Lorenzo en la fecha 4. El resto fueron victorias y empates que lo ubican en la tercera colocación de la zona B con 18 puntos, a una unidad del líder Riestra.
El dato más relevante pasa por su rendimiento en Liniers: de cinco partidos en el Amalfitani, ganó cuatro y empató uno. Esa eficacia de local explica buena parte de su posición en la tabla y convierte la visita del “Decano” en un examen complejo.
Vélez, además, ostenta la valla menos vencida de la zona. Apenas recibió cuatro goles en nueve encuentros; un mérito compartido entre la defensa y el arquero Tomás Marchiori. El ex Atlético se consolidó como titular y figura, transmitiendo seguridad en el juego aéreo y en los mano a mano. Su nivel lo ha convertido en uno de los puntos más altos del equipo, y para los hinchas “decanos” será un reencuentro particular con alguien que dejó huella en Tucumán.
Bajo la lupa de Pusineri
Lucas Pusineri sabe que se enfrentará a un rival sólido y con mucho oficio. En la previa, valoró tener a todo el plantel a disposición y destacó la importancia de la competencia interna para sostener el nivel del grupo. “Siempre pregono la competencia interna porque me gusta mucho. Sirve para que todos se sientan con la alarma puesta de que cualquiera puede jugar. Más allá de repetir o no, tener a todos en condiciones es una ventaja para el grupo”, explicó el DT; y sobre los objetivos, fue claro: “Lo primero es mantener la categoría y después intentar meternos entre los ocho mejores. Esa es la idea. Por eso no entendía algunas críticas de la semana pasada, porque estábamos dentro de los objetivos planteados. Con humildad y trabajo ojalá lo podamos conseguir”.
También advirtió sobre la paridad del torneo: “Hoy todas las instituciones viven microclimas confusos. Una victoria te cambia el ánimo, pero dos derrotas seguidas pueden volverse un peso difícil de manejar. Esa desesperación hay que saber llevarla para que no se vuelva en contra”.
Un duelo clave
El cruce en el Amalfitani se presenta como una bisagra para ambos equipos. Para Vélez, será la oportunidad de ratificar que lo de la Libertadores quedó atrás y que sigue siendo uno de los animadores del torneo. Para Atlético, será un desafío de máxima exigencia en su lucha por sumar puntos que le den aire en la tabla “baja” y lo acerquen al objetivo de meterse en la próxima fase.
El lunes, el “Decano” se encontrará con un rival que combina juventud, solidez y eficacia, y es respaldado por un estadio en el que rara vez cede terreno. El Amalfitani, una vez más, pondrá a prueba la ilusión de Atlético.







