PIZARRA. Los ganadores muestran el aula en el que estudian. La Gaceta / fotos de Analía Jaramillo
El patio principal de la escuela Normal Julio Argentino Roca de Monteros parece un cuadro en primavera. Los rosales se llenan de rojo y rosado, los lapachos pintan el cielo de amarillo y lila, y el aroma de los jazmines se mezcla con las voces de los estudiantes. En medio de ese escenario, floreció algo más que árboles. Floreció el conocimiento de Lautaro Miguel y Francisco Yanguez Javier, alumnos de quinto año, quienes se convirtieron en semifinalistas de “Enseñame Tucumán” y lograron el pase a la gran final. La noticia desató la emoción de la comunidad educativa y de toda Monteros.
Poder romper barreras
“Esa noche, cuando regresaba por la ruta a mi casa, era de noche y yo escuchaba música con los auriculares que ganamos. Recién en ese momento de repente me di cuenta de lo lejos que había llegado, de que pude romper todas esas barreras que yo mismo me ponía, que incluso mi autoestima estaba mejor”, cuenta Lautaro desde los pasillos de su escuela. Y agregó: “Pensé, fue mucho para estudiar, muy difícil, pero lo logré”.
Javier coincide con los sentimientos de su amigo. “Fuimos con la confianza de que íbamos a ganar y al final se nos dio. Todo el esfuerzo valió la pena. Estudiamos tanto como para que cuando todo empezara no tuvieramos nervios, y ahora solo pensamos en la final”, dice.
Ambos jóvenes sienten que el certamen les abrió la mirada, no tan solo acerca de su provincia, sino también sobre la propia ciudad que los vio nacer. “Monteros es historia, acá se fundó Ibatín, la primera ciudad de la provincia. También tenemos festivales hermosos, la plaza, la gente. Me gusta pensar que a través del concurso la gente puede conocer más sobre todo eso”, comenta Lautaro.
La docente Paulina Zelarayán no oculta su emoción. “El orgullo tiene que ver con el sacrificio que hicieron. Estudiaron en medio del cierre del trimestre, con todas las materias encima. Eso es lo meritorio. Después del resultado sentimos un bajón lógico, era la ansiedad que se iba. Pero pronto ya estábamos de nuevo estudiando”, revela.
EN FAMILIA. Los estudiantes junto a sus padres y grandes apoyos.
La profesora, que además es mamá de Lautaro, cuenta que la experiencia les cambió la mirada a los chicos.“La noche del viernes, después de festejar con pizzas en la capital, ellos se fueron a ver la estatua de Lola Mora. Incluso recrearon la histórica foto de Ángel Paganelli en la Casa Histórica, aquella que permitió reconstruir la fachada original. Se sentaron en el mismo lugar que los retratados en 1869. También recorrieron el Museo Folclórico y otros puntos del casco histórico. Es como si hubieran redescubierto su provincia”, detalla Zelarayán.
Lautaro ya piensa en estudiar kinesiología o profesorado de historia, mientras que Javier prefiere concentrarse en el presente. “Quiero vivir este momento al 100. Después veré”, dice entre risas.
Cómo se preparan
Los estudiantes afirmaron que el domingo se retomó el estudio de cara a la gran final. “Empezamos a revisar datos curiosos, averiguar hasta en su propia página web de LA GACETA también, porque la verdad es que ahora tengo el doble de ganas de estudiar porque ahora veo una estatua, por ejemplo y la valoro más. Veo el arte, el trasfondo que tiene. Son estructuras mudas pero plagadas de historia, que a veces no valoramos”, observa Lautaro.
CÁBALA. La moneda de la suerte que los chicos llevan siempre con ellos.
Mientras que Javier agrega: “Creo que aprender tanto de lo nuestro nos hace mirarlo de otra manera, y así como hay matemáticos que ven formas en los números, nosotros vemos historia en lugares donde antes no lo hacíamos”, reflexiona.
ÁNIMO. Las escaleras están pintadas con colores y frases motivacionales.
El próximo 26 de septiembre, la escuela Normal volverá a alentar a su equipo, y los chicos confiesan que llegarán con un deseo dentro del corazón. “Como las primeras finalistas fueron las chicas de Yonopongo, este viernes alentaremos a la escuela Técnica de Monteros, para que esta instancia esté llena de gente de esta tierra”, anhelaron.









