EN EXPOSICIÓN, Funcionarios del museo exhiben pinturas. grabados y esculturas en 9 de Julio 44.
El patrimonio artístico de un museo da cuenta de los distintos tiempos que atravesó un país, una provincia, una ciudad, una región. Pero también escudriñando un poco, se puede leer el discurso de poder, patriarcal, sobre qué tanto participan o no las artistas mujeres en esa historia. El director del Museo Nacional de Bellas Artes Andrés Duprat dijo hace algunos años que “hay un auge de rescatar a las artistas mujeres” (octubre 2019). En rigor, la marea verde se inició en 2017 y se extendió a todo el país.
Se formó la agrupación nacional #NosotrasProponemos que busca promover, exigir y respetar la representación igualitaria en el mundo del arte. Una de las metas es que las producciones femeninas alcancen el 50% del total de las muestras en los salones y museos. Actualmente, sólo llega al 20%, afirma Andrea Giunta.
El centenario Museo Timoteo Navarro, según se informa en la página del Ente Cultural, está integrado por más de 900 obras; pinturas, esculturas, dibujos, grabados, cerámicas, fotografías, poemas ilustrados y arte textil de artistas provinciales, nacionales e internacionales de los siglos XIX, XX y XXI.
Las obras son adquiridas a través de compras, donaciones, y adquisiciones por premios en los salones anuales.
Pero en realidad en la provincia no hubo una política de compras. Todo comenzó en 1916 cuando la Comisión Nacional de Bellas Artes envió obras a varios museos del país, entre ellos al Timoteo Navarro (que tenía otro nombre en ese momento) para que inicien sus propias colecciones; se donó un lote de 94 obras (Decreto provincial 28-12-1915; Boletín Oficial, 03-01-1916), según cuenta la jefa de patrimonio artístico Mónica Mírcoli.
DÍPTICO. Los gofrados de Antonio Berni son un díptico del personaje de Ramona Montiel.
Hoy el Museo Timoteo Navarro tiene una colección compuesta de 1.000 trabajos (contados están los tres premios adquisición del Salón que se inauguró la semana pasada). En 1927 el artista Atilio Terragni viajó a Buenos Aires con una partida presupuestaria y concretó compras de Carlos Ripamonte, Antonio Álice, Pío Collivadino, Juan Carlos Oliva Navarro y Ernesto se la Cárcova. A partir del año 1942 se estableció el carácter de adquisición para los premios otorgados a los artistas durante el Salón Anual de Artes Plásticas.
La primera obra en haber ingresado al patrimonio artístico del Museo en tales circunstancias fue el óleo titulado “Figura”, del pintor tucumano Edmundo González del Real. En ese momento sumaban 250 las obras de la colección. En 1996, tras la quiebra del Banco de la Provincia, fueron transferidas al Museo Provincial de Bellas Artes las obras que pertenecían a la pinacoteca de la institución bancaria. Ingresaron así 51 piezas de gran valor para la plástica local y nacional, lo que significó uno de los aportes más importantes que haya tenido la colección en su historia (ver “Museo de Bellas Artes de Tucumán. Historia entre dos centenarios”, de Alejandro Esser y Marcos Emeterio).
“VIENTO PUENTE DE BARRACAS”. Un clásico de Benito Quinquela Martín.
Hoy, dice Mírcoli, el número redondo llega a 1.000. Y aclara que las obras que se compraron en el gobierno de Juan Manzur “son de un programa de adquisición y promoción de las Artes Visuales, pero no pertenecen al museo”. Esas obras se hallan en algunas despachos oficiales de la Casa de Gobierno.
Sexo y géneros
El informe indica: total de artistas: 463; artistas mujeres 112 (tucumanas, 52) y artistas hombres, 342. Son ocho los autores a determinar género y desconocidos, siete; colectivo de artistas, uno. En otras palabras, el dominio de los hombres tan criticado en las últimas décadas está muy presente en esta provincia: representa el 73% y las mujeres el 24%.
La situación fue expuesta, en particular, en una manifestación que se hizo en el Salón de 2018. “De los 61 artistas admitidos en la convocatoria, sólo 18 fueron mujeres, ninguna de las cuales recibió alguno de los cuatro premios más importantes”, señaló una declaración de esa protesta.
En cuanto a los géneros, la pintura se lleva los laureles: 392, el dibujo 88, grabados 157, esculturas 113, poemas ilustrados 48; arte textil, seis; nuevos soportes, 24; y, curiosamente 100 fotografías, de las cuales 70 son de autores desconocidos. “No llegamos a dar con certeza aún el (los) posible (s) autor (es)”, comenta Mírcoli, es decir, se está en una etapa de investigación.
Dato: cuando se cumplió el centenario, el público eligió para su adquisición (se votó durante 20 días) “Luz de luna”, una escultura de Guillermo Rodríguez.
En una visita a la colección que está ubicada en la Sala Spilimbergo del Museo (9 de Juio 44), se pueden observar dispuestos en racks (y estanterías) decenas de pinturas y grabados. Sobresalen “Viento puente de Barracas” de Benito Quinquela Martín (un cuadro de 1,60 x 2 metros de la década del 30) y el díptico de Antonio Berni un gofrado en el que aparece su personaje Ramona Montiel (“El Strip-Tease de Ramona”). Clásicos históricos de la institución, como “Industria azucarera” de Alfredo Guido, que debe ser una de las obras de mayores dimensiones, y que actualmente está expuesta.
Contemporáneos
Entre los artistas contemporáneos se pueden encontrar una pintura de Lulú Lobo (ganó el premio 2017) junto a Valeria López (Córdoba). El plano que se conserva de Sofía Noble atestigua su obra premiada en 2019 titulada “Perspicere”. Igualmente se puede observar el delicado dibujo de Rosalba Mirabella (“Jardín de la república”).
Obras de Ezequiel Linares están allí, en alguna estantería, y como si contrastaran en un rack arriba estaba la pintura de Gerardo Ramos Gucemas “Figura”, de 1974, y abajo, un paisaje de Luis Lobo de la Vega. Trabajos de Miriam Holgado y grabados de Lía Rojas Paz se pueden ver en esta inmensa sala, en la que los ventiladores están encendidos (por la humedad) y las esculturas están tapadas con enormes mantos blancos.
El MUNT atesora un valioso archivo fotográfico
En el MUNT no hay una cifra exacta en cuanto a su colección, según informó a LA GACETA. Se sabe que está integrada por tres grandes donaciones: la colección Roberto Córdoba (fotógrafo tucumano) que está integrada por su archivo de fotos copiadas en papel y la mayor parte de sus diapositivas, sumando alrededor de 3.500 piezas.
La famosa Colección Bachur (donada en diciembre de 2013), está compuesta por negativos de vidrio, copias en papel, máquinas fotográficas y otros objetos que se utilizaban en la galería Luz y Sombra, que funcionó en Maipú al 400. La colección suma cerca de 2.000 piezas. La Colección Terragni suma 62 obras, fotografías, herramientas de trabajo, objetos personales y otros.
“CON CARIÑO PARA EL JURADO”. Instalación de Lorena Kaethner.
Finalmente, está la Colección León Ferrari, con 199 piezas donadas por el autor. Existe también una recopilación de videos, que se construyó a partir del trabajo de entrevistas, producciones propias, video arte (Concurso Video Arte 2009), y registros de actividades generadas institucionalmente.
Y además están los premios adquisición del Salón Contemporáneo.
Con premios
El MUNT posee pinturas de Rosalba Mirabella, instalaciones de Carlota Beltrame y de Lorena Kaethner y de Miriam Holgado y Lucrecia Lionti, entre otras. A ellas habrá que sumar la instalación “Teatros de Saturno Indoor” de El Bondi Colectivo, la pintura instalación “Selva o naturaleza muerta’’, de Sandro Pereira y más recientemente las instalaciones de Nahuel Ibarra “No es el cuerpo, es la idea”, María Victoria Pastrana construye su “Casa de la memoria de una migrante” y “Buen Gobierno”, de Inti Soria.
En 2009 se creó el área de Archivo y Conservación, dedicada al resguardo y producción de patrimonio intangible en formato de videos.
Rentas: 30% de obras de mujeres
La Dirección General de Rentas presentó su colección en 2007 por iniciativa de su ex director Pablo Clavarino, sobre un poco más de 30 obras; un tercio son de mujeres.
En una colección que se preocupó por un perfil netamente contemporáneo, se pueden observar trabajos de Rosalba Mirabella, Blanca Machuca, Natalia Lipovetzky, Juliet Ruiz, Flavia Romano, Ada Porcel y Belén Romero Gunset, entre otras, en una mayoría con fotografías.
Pablo Clavarino inauguró la colección en el Museo Timoteo Navarro con bombos y platillos y un catálogo-libro propio, y luego esa muestra itineró por distintas ciudades del interior y de Santiago del Estero. En ese momento el artista Rubén Kempa fue el impulsor de esta iniciativa.
Hoy, algunos de esos trabajos pueden observarse en el primer piso del edificio de 24 de Septiembre al 900. “La colección está marcada por una condición de oscilación, por artistas y obras que visitan tendencias y géneros distintos”, se lee en el catálogo.
Participaron también Sebastián Rosso, Alejandro Gómez Tolosa, Rolando González Medina y Rodolfo Bulacio, entre otros.







