El Día Nacional del Árbol

El árbol no solo embellece la ciudad con sus flores, sino que aporta múltiples beneficios; entre otros, absorben el CO2 -ayuda a reducir la concentración de gases-, regulan la temperatura en áreas urbanas y mejoran la calidad del aire. El Senasa garantiza la producción de árboles nativos sanos, lo que fortalece la conservación de la biodiversidad y fomenta el arbolado urbano.

El Día Nacional del Árbol
Gustavo Frías Silva
Por Gustavo Frías Silva 06 Septiembre 2025

El 29 de agosto se celebró en nuestro país el Día Nacional del Árbol. A raíz de esta efeméride, resulta necesario reflexionar sobre la importancia de la forestación y de la protección de las especies arbóreas nativas y exóticas que forman parte de nuestra identidad y de nuestro patrimonio natural.

A la fecha ya podemos visualizar y disfrutar de las floraciones de los lapachos rosados y blancos, y de las diferentes floraciones de bahuinas que están presentes en las calles y en las plazas de Tucumán. En pocos días se sumarán las floraciones de los lapachos amarillos, de los tarcos, de los ibirá pitá y de los demás arboles de la provincia.

Una interesante nota publicada por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) hace referencia a la importancia de los árboles en la vida cotidiana, y a los porqués deben ser protegidos.

La publicación indica que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) impulsa la concientización mundial sobre la importancia de proteger las plantas para combatir el hambre, para reducir la pobreza y para fomentar el desarrollo económico. Enfatiza, además, que las plantas son esenciales para la vida, debido a que generan el oxígeno que respiramos.

En esa línea, el Senasa pondera los beneficios que brindan los árboles: absorben el CO2, lo que contribuye significativamente a reducir la concentración de gases; regulan la temperatura en áreas urbanas. Pueden disminuir la temperatura del aire entre 2° C y 8° C, ayudando a combatir el efecto de calor urbano generado por el concreto, y mejoran la calidad del aire: filtran contaminantes como monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, ozono y óxidos de azufre, además de partículas finas como polvo o humo.

También generan hábitats y alimentos para otras plantas y animales; proporcionan alimentos, madera y energía, esenciales para poblaciones rurales y urbanas; ayudan a reducir inundaciones y a evitar la erosión del suelo; regulan el ciclo del agua y protegen los recursos hídricos, evitando la desertificación y degradación del suelo.

La Argentina cuenta con una amplia diversidad de árboles nativos que enriquecen su geografía. En el norte, se destacan especies como los lapachos, de flores rosadas o amarillas, que embellecen las ciudades y forman parte de bosques subtropicales junto a quebrachos y a algarrobos, fundamentales para las comunidades rurales y para el equilibrio de los ecosistemas chaqueños y áridos.

En la región pampeana y central, los espinillos representan una especie resistente, asociada tanto a usos ornamentales como a la restauración de ambientes degradados. Hacia la cordillera patagónica, especies como las lengas y otros Nothofagus constituyen la base de los bosques templados australes, mientras que el pehuén o araucaria araucana, emblema de la Patagonia andina, posee además un valor cultural, alimenticio y ancestral para los pueblos originarios.

Cada una de estas especies refleja la riqueza biológica de nuestro territorio y la necesidad de protegerlas frente a amenazas fitosanitarias que pueden comprometer su regeneración y permanencia. En este sentido, el Senasa, mediante su accionar en viveros y el control de movimientos de plantas mediante el Documento de Tránsito Vegetal electrónico (DTV-e), cumple una función estratégica en la prevención de plagas y en la promoción de un desarrollo sustentable del sector viverista y forestal.

El Programa Nacional de Sanidad de Material de Propagación, Micropropagación y/o Multiplicación Vegetal del Senasa es una herramienta clave para cuidar la producción, trazabilidad y sanidad de los viveros que abastecen al sector forestal y ornamental en todo el país.

Rol central

Cumple un rol central en la prevención y control de plagas que pueden afectar la producción y el ambiente, asegurando que los viveros trabajen bajo condiciones fitosanitarias adecuadas. Esto adquiere especial relevancia cuando se trata de especies autóctonas, cuya conservación y propagación resultan esenciales para la protección de los ecosistemas y el fortalecimiento de corredores biológicos que sostienen la biodiversidad, indican desde el organismo nacional.

La producción de árboles nativos sanos no solo fortalece la conservación de la biodiversidad y la resiliencia de los ecosistemas, sino que también genera beneficios sociales ya que fomenta el arbolado urbano, mejora la calidad de vida de la población, contribuye a la mitigación climática y favorece el arraigo cultural en cada región.

El Senasa llama a comprometerse con la protección vegetal y con el trabajo que hacen los viveristas, instituciones y comunidades para contribuir a que las generaciones futuras continúen disfrutando de la belleza, los servicios ambientales y el valor cultural de nuestros árboles autóctonos.

Todo lo que se hace en pos de mantener, conservar y aumentar los arbolados urbanos y naturales de nuestros montes es en beneficio de todos.

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