Cómo vivieron los hinchas lo que podría ser la última función de Lionel Messi en casa

Miles de argentinos colmaron Núñez para acompañar al capitán del seleccionado en una jornada que muchos vivieron como una despedida anticipada

Cómo vivieron los hinchas lo que podría ser la última función de Lionel Messi en casa LA GACETA / SOFÍA LUCENA

En la previa ya se respiraba distinto. El camino hacia Núñez estaba lleno de murmullos mezclados con el ruido de los colectivos y las camisetas argentinas. En uno de esos viajes, un hincha le decía a otro: “hoy es el último partido de Messi por eliminatorias”. Su amigo le preguntaba qué venía después y la respuesta quedaba flotando. “Ecuador la semana que viene, amistosos, Mundial el año que viene, y después no sé”, afirmó el primero. El silencio que siguió no necesitó mas explicaciones.

A medida que la caminata acercaba al imponente Monumental, la marea de gente se hacía más intensa y la emoción empezaba a sentirse en el aire. Vaso en mano, banderas en la espalda, gorros, pelucas… cada quien con su ritual, pero todos con la misma pasión: despedir, o empezar a aprender a despedir, al último héroe. Este 4 de septiembre se convirtió en el inicio de una cuenta regresiva que nadie quiere transitar, pero que todos saben que inevitablemente terminará.

El alrededor del estadio era una fiesta, con un trasfondo de melancolía. Nadie quiere que llegue el día en que Messi ya no esté. Entre banderas, una resaltaba: “SALTA”, bien grande. Isaias González había viajado desde esa provincia para lo que podría ser la última vez que vea a su ídolo vestido de celeste y blanco en suelo argentino. “Messi significa todo para mí, no hay palabras para describirlo ni para decir lo que uno siente. Es un momento muy especial para todos”, aseguró, con los ojos húmedos.

Los vendedores ambulantes también entendían la magnitud del día. Entre llaveros, stickers y vasos descartables, sabían que no se trataba de un partido más. Jorge, que vende bebidas en la puerta, tiene 70 años y la memoria llena de recuerdos. Vio a la Selección en ese mismo estadio durante el Mundial ’78 y todavía guarda el autógrafo que consiguió de Diego Maradona ocho años después del primer suceso. “Messi nos dio tantas alegrías y, lo más importante, nos devolvió la ilusión”, dijo, y siguió compartiendo anécdotas con los hinchas que se detenían a escucharlo.

La procesión al estadio tenía todo: familias enteras caminando juntas, chicos ilusionados ver a su superhéroe de carne y hueso, padres que recordaban sus propias infancias en la figura de sus hijos. Messi es Superman, Batman e Iron Man a la vez. Y para los adultos, una parte esencial de su propia vida.

Néstor Lara viajó desde Neuquén para vivir este momento. La pregunta fue inevitable: ¿qué le dirías a Messi si pudieras hablar con él? Su respuesta salió rápida. “Le diría que se quede, porque gracias a él y los gladiadores que tiene con él nos ha dado mucha alegría. Yo creo que una de las alegrías más grandes que he tenido en la vida me la ha dado él. Le diría que se quede y que queda Messi para el rato todavía”, afirmó. Después recordó una cábala muy personal. “Cuando nació mi hija, ganamos y salimos campeones. Vino con la copa bajo el brazo el 26 de noviembre, el día del partido en México”, compartió.

A su lado, Cristian Vera, también neuquino, completaba la escena. “Mirá, decirte un significado me quedaría corto. No existe palabra. No existe algo que pueda describir lo que uno siente por Messi, porque más que nada para la gente que ama el fútbol Messi es importantísimo. Para el argentino, para el que vive el fútbol de otra manera, es decir: gracias eternamente a Messi. Y ojalá que no sea el último partido”, expresó, mezclando emoción y súplica.

En Argentina, esta noche, se cruzan miles de historias. Todas con un mismo destino: acompañar al capitán en una noche que puede ser la última en Argentina, en un partido oficial. Tal vez algunos vuelvan a verlo en un Mundial, en una Finalissima o en algún amistoso, pero nadie tiene el futuro asegurado. Por eso, este presente tenía un peso especial.

El Monumental será testigo de una jornada donde la alegría y la tristeza caminarán de la mano. Porque cada despedida, aunque sea parcial, deja una marca. Y esta vez es la de Lionel Messi, el hombre que transformó lágrimas en sonrisas, derrotas en sueños y que logró unir a generaciones enteras bajo la misma bandera.

Gracias, capitán. Por lo que diste, por lo que das y por lo que seguirás dando, aún cuando ya no estés en la cancha.

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