La decisión de llevar el partido Villarreal-Barcelona a Miami generó polémica y la voz más fuerte en contra fue la de Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA. El dirigente afirmó que no estaban contentos con la medida, aunque reconoció que no tenían demasiado margen de maniobra si la RFEF y la FIFA estaban de acuerdo con el traslado.
Ceferin señaló que en el futuro deberán debatir seriamente este tipo de iniciativas, porque considera que el fútbol europeo debe jugarse en su continente y que los hinchas no pueden viajar a otros continentes para alentar a sus equipos.
También adelantó que abrirán conversaciones con FIFA y federaciones, dejando claro que, salvo excepciones, los equipos europeos deberían mantenerse en Europa por respeto a su afición.
El presidente de la UEFA fue tajante al recordar la lucha contra la Superliga, destacando la unidad de Europa y asegurando que ese proyecto hubiera destruido el deporte tal como se lo conoce.
En su repaso, Ceferin cerró con críticas al calendario internacional, asegurando que el Mundial de Clubes es agotador para los futbolistas y que deben cuidarse los tiempos de descanso.







