La Reserva inauguró las canchas de San Andrés y Atlético Tucumán acelera su proyecto más ambicioso

El martes el equipo de Hugo Colace realizó un entrenamiento en una de las canchas de complejo de San Andrés.

El martes la Reserva realizó una práctica en el complejo de San Andrés. El martes la Reserva realizó una práctica en el complejo de San Andrés. Prensa CAT.

Atlético dio un paso simbólico y a la vez estratégico en el camino hacia la concreción de su complejo deportivo en San Andrés. La Reserva del club utilizó por primera vez una de las canchas recientemente sembradas, con el doble propósito de empezar a trabajar la tierra y de ensayar los cuidados que demandará cada campo de juego en el futuro. La decisión marca el inicio de una etapa decisiva: la de poner a prueba un proyecto que promete transformar la vida cotidiana de las divisiones formativas.

El club difundió una vista aérea del predio, en la que se aprecian las dimensiones del complejo y el estado de las canchas en desarrollo. La imagen confirma algo que desde la dirigencia remarcan como central: el predio de San Andrés será exclusivo para el fútbol formativo, mientras que el complejo Ojo de Agua quedará reservado únicamente al plantel profesional.

Una prueba necesaria

Marcos Cossio, dirigente y arquitecto a cargo de la obra, explicó que la presencia de la Reserva en el predio responde a una planificación pensada con detalle. “La Reserva se entrenará una o dos veces por semana para ir preparando toda la logística de los cortes y de los riegos. Cada cancha es un mundo nuevo: hay que ver cómo se comporta el campo de juego, cómo se recupera después del uso, si se rompe, si no, la dureza. Es un ensayo que nos permite ajustar todo antes de la inauguración oficial, aunque todavía no hay una fecha específica para eso”, señaló.

El ensayo es parte de un proceso biológico inevitable. Las cuatro canchas iniciales se sembraron a fines de febrero y cambió de cuidado durante el invierno. Con la llegada de temperaturas más altas, el crecimiento de la bermuda híbrida “celebration” -una variedad utilizada en los mejores campos de golf- retomó su ciclo. “Es el momento de observar, medir y corregir. No es sólo sembrar; es aprender a convivir con la superficie, a entenderla, a cuidarla”, agregó Cossio.

Cinco canchas

La primera etapa del complejo incluye cinco canchas: una de césped sintético, que ya estaría en su etapa final, y cuatro de césped natural, todas con sistemas de drenaje y riego automático.

El sistema de drenaje incluye excavaciones profundas con caños cribados y perforados que recolectan el agua de lluvia y la conducen hacia ductos principales. En paralelo, el riego se alimenta de un reservorio de 70.000 litros, ya finalizado y listo para energizarse.

Además de las cinco canchas principales, se nivelaron otras seis auxiliares. Por ahora, sólo se trabajó en la maleza, pero la siembra se realizará más adelante.

Calles y servicios

El predio de San Andrés no se limita a los campos de juego. Se diseñaron calles internas, espacios de estacionamiento y caminerías que conectan cada sector. La vía principal, de ocho metros de ancho con cordón cuneta y vereda, permitirá el tránsito de vehículos, mientras que una secundaria estará destinada a los servicios.

El estacionamiento principal tendrá capacidad para 350 autos, y ya se instalaron luminarias LED en la entrada y en la calle de servicio que conduce a la casilla de bombeo. Toda la instalación eléctrica es subterránea: unos 300 metros desde el ingreso hasta la primera cancha y 1.200 hasta el final del predio. Este sistema dará energía al riego, la iluminación de calles y a los futuros edificios.

“Hoy ya están terminadas todas las caminerías peatonales, los cordones cuneta y se plantearon los sectores de estacionamiento. También se levantaron depósitos a lo largo de las cinco canchas. Fue un trabajo enorme que se amplió sobre la marcha: al principio se pensaron tres canchas, después fueron dos más, luego la caminería y el pórtico, y eso hizo que cada vez esto se haga más ambicioso. Hace un año y dos meses comenzó todo, y no paramos”, contó Cossio.

Vestuarios y proyección

El proyecto también incluye la construcción de vestuarios principales. Por ahora, la obra avanzó en los cimientos, mampostería y encadenados superiores, con el techo en ejecución. Según Cossio, en dos o tres meses podrían estar listos para continuar con el interior. En el corto plazo se evalúa el uso de contenedores con baños y espacios básicos para los jugadores.

A futuro, el predio contempla un área frontal para emprendimientos comerciales: un hotel, una estación de servicio o un complejo de canchas sintéticas son algunas de las opciones en estudio.

El futuro

La dirigencia fue clara en su planificación: el complejo San Andrés será utilizado únicamente por las divisiones inferiores. Actualmente, los juveniles entrenan en un predio privado, pero la idea es que, a partir del próximo año, todas las categorías trabajen en San Andrés. Es decir, se convierta en el corazón del semillero “decano”.

El ensayo de la Reserva en una de las canchas no fue solo un entrenamiento. Fue la primera marca en la tierra de San Andrés, un gesto fundacional. El club empieza a probar sus canchas, a darles vida y a imaginar a cientos de chicos formándose allí en los próximos años.

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