EN SILENCIO. Lionel Messi, con la medalla de subcampeón, permaneció en la cancha y observó la celebración de Seattle Sounders
Lionel Messi ya acumula 45 títulos en su carrera, pero el lunes por la noche en Seattle vivió otra cara del fútbol. Inter Miami cayó 3-0 ante Seattle Sounders en la final de la Leagues Cup y, mientras varios de sus compañeros se enredaban en una gresca que incluyó empujones, insultos e incluso un salivazo de Luis Suárez a un asistente rival, el capitán argentino optó por una actitud opuesta.
Con la medalla de subcampeón colgada del cuello, Messi permaneció solo en el centro del campo, con los brazos cruzados en la espalda y la mirada fija en la celebración del rival. El gesto se viralizó de inmediato: en silencio, sin mezclarse en la pelea y sin abandonar la premiación, fue el único jugador del conjunto rosado que esperó hasta el final para reconocer a los campeones.
La derrota significó para Messi la decimotercera final perdida y le negó la posibilidad de sumar un nuevo trofeo a su palmarés, que sigue en 45 conquistas entre Barcelona, PSG, Inter Miami y la Selección Argentina. Aun así, su actitud dio la nota en una noche marcada por la tensión y los cruces.
Mientras Pedro De la Vega, figura del Seattle y autor de declaraciones conciliadoras, levantaba el trofeo, el rosarino de 38 años eligió quedarse al margen de la polémica y mostrar hidalguía. Porque, en su manera de entender el fútbol, ser líder también se demuestra en las derrotas.






