ÁMBITO UNIVERSITARIO. Solana Esther Casella, Luis Ontiveros, el catedrático Fernando Carbajo Cascón y el camarista Mario Leal.
El juez federal de la Cámara de Apelaciones de Tucumán, Mario Leal, se encuentra en el ojo de la tormenta debido a las intrincadas relaciones personales y laborales que lo vinculan con los actores de una denuncia por supuesto tráfico de influencias que sacude a la Justicia Federal. Su nombre emerge constantemente en la investigación, no como denunciado directo, sino a través de su supuesto “sobrino”, Luis Alejandro Ontiveros, y con su relatora, Solana Esther Casella, quienes son figuras centrales en la presunta trama de venta de sentencias que investiga la Justicia. Estas conexiones, que van desde el uso de vehículos oficiales hasta lazos académicos y lazos personales, están siendo examinadas por la Fiscalía Federal, que busca determinar el alcance y la naturaleza de la influencia dentro de los pasillos de la justicia provincial.
Leal se ve indirectamente involucrado en la grave denuncia presentada por Mario Alberto Martínez Salazar Pérez. El denunciante identificó a Luis Alejandro Ontiveros como el principal acusado de ofrecer sentencias favorables a cambio de dinero y dijo que era “sobrino” del camarista Leal, un lazo que, aunque negado como filial por la investigación, subraya la percepción de una cercanía. Esta denominación inicial de parentesco, aunque luego aclarada como un “vínculo personal no filial” por el fiscal Agustín Chit, es crucial para entender cómo se percibían y presentaban estas relaciones en el contexto de las supuestas negociaciones ilícitas, dándole a Ontiveros una credibilidad hacia el resto de las personas basada en su acceso al círculo íntimo del juez, según indicaron los investigadores.
Cercanía
La pesquisa de Chit ha logrado desentrañar una serie de conexiones que, más allá de lo familiar, demuestran una cercanía entre el juez Leal y Luis Alejandro Ontiveros. Un detalle llamativo y concretamente probado por la Fiscalía es que Ontiveros habría utilizado la billetera virtual del propio magistrado para realizar pagos de consumos, lo que sugiere un nivel de confianza y dependencia económica que va más allá de una relación casual. Esta práctica, aunque no necesariamente ilegal en sí misma, plantea interrogantes sobre la relación en el contexto de una investigación por tráfico de influencias, y cómo podría haber sido percibida y utilizada para generar una aparente capacidad de influencia.
Leal ejerce como abogado con estudio propio desde julio de 1992. En el ámbito judicial fue Vocal Cámara de Apelaciones Civil y Comercial Centro Judicial Concepción desde agosto de 2018 hasta fines de 2020. En febrero de 2021 asumió como vocal de la Cámara Federal de Apelaciones de Tucumán, puesto en el que se desempeña actualmente. LA GACETA intentó infructuosamente hablar con el camarista. Se le enviaron mensajes a su número de teléfono personal y se lo buscó en su despacho en reiteradas ocasiones, pero en ningún caso obtuvo respuesta.
Otro punto fundamental que vincula a Leal con el denunciado Ontiveros es el uso de un vehículo oficial. El fiscal Chit logró determinar y corroborar con la propia Cámara Federal que Ontiveros se presentó a una cita con Martínez Salazar Pérez en un vehículo Fiat Toro bordó, registrado a nombre de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y asignado específicamente a la vocalía de Mario Leal en la Cámara Federal de Apelaciones de Tucumán. Incluso se investiga si el mismo camarista no estaba a bordo de la camioneta. El uso del vehículo, confirmado por las autoridades judiciales, no solo demuestra una conexión directa y material entre el acusado y los recursos asociados al juez, sino que también refuerza la idea de que Ontiveros operaba con un nivel de acceso y respaldo que podía utilizar para sustentar sus presuntas ofertas de sentencias, dando visos de oficialidad a sus encuentros.
La red de relaciones se extiende también al ámbito profesional y académico. Solana Esther Casella, pareja de Luis Ontiveros, no es solo su relatora asignada, sino también la directora de Despacho interina de la Cámara Federal y, además, comparte con el juez y su pareja el ámbito universitario. En la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNT, Leal ocupa el cargo de profesor titular de la cátedra de Derecho Privado I, mientras que Ontiveros se desempeña como jefe de trabajos prácticos y Casella como docente auxiliar en la misma asignatura. Esta superposición de roles –laborales, académicos y personales– entre los principales implicados genera un ambiente de interdependencia que la justicia ahora examina.
El denunciante relató que Ontiveros le ofreció revertir los votos de la Cámara Federal a cambio de dinero, insistiendo en que Casella sería la relatora encargada de redactar la resolución. Aunque los jueces firman en forma colegiada, la mención de una relatora con acceso directo a los expedientes es vista como un elemento que refuerza el presunto poder de negociación.
El denunciante Mario Alberto Martínez Salazar Pérez dijo que la vinculación acreditada de Ontiveros con personas que trabajan en la Cámara Federal de Apelaciones de Tucumán demuestra su “capacidad real de influir en el resultado” de las causas. Para el denunciante, quien está representado por el abogado Juan Andrés Robles, el hecho de que Ontiveros se moviera en el entorno del juez Leal, utilizando incluso recursos asignados a su vocalía y manteniendo relaciones cercanas con su relatora, es prueba suficiente de que podía generar una expectativa legítima de influencia, sin importar la jerarquía formal.
Punto central
El juez federal subrogante N ° 2, José Manuel Díaz Vélez, a cargo de la investigación, ha desestimado los planteos de nulidades y recursos presentados por la defensa, lo que indica que las relaciones entre el juez Leal y su entorno seguirán siendo un punto central de análisis. Al menos dos de las decisiones de Díaz Vélez y la recusación presentada por Ontiveros contra el magistrado deberán ser consideradas por la propia Cámara Federal, el mismo cuerpo donde Leal ejerce sus funciones, creando una situación delicada y una tensión interna palpable.
La expectativa en el avance de la causa se acrecienta ante el inminente resultado de la pericia del teléfono de Ontiveros, que podría arrojar luz definitiva sobre el verdadero alcance de estas conexiones y si hubo complicidad de actores de la Justicia Federal.






