En la Casa de Gobierno las elecciones nacionales no se viven como una más. Usualmente, salvo excepciones, las de medio término solían ser sosas y previsibles. La candidatura del gobernador Osvaldo Jaldo, el contexto general para el peronismo en el país y la situación de La Libertad Avanza (LLA), sin embargo, generaron que la contienda se provincialice y tome otro color para la dirigencia.
La estrategia inicial de mantener el proselitismo dentro de los márgenes locales fue del oficialismo y, lógicamente, está arrastrando a las otras fuerzas hacia ese terreno. Por ello, la campaña de “Tucumán Primero”, que reúne a sectores mayoritarios del justicialismo, se basa en la gestión y la de la oposición, en cuestionarla.
Los primeros chispazos fuertes se vivieron durante la semana, a dos meses de la contienda. Entre ellos estuvo la confrontación directa entre Jaldo y el diputado Roberto Sánchez, líder de “Unidos por Tucumán” (suma de radicales más legisladores de Compromiso Tucumán). El concepcionense impugnó ante la Cámara la postulación del mandatario provincial al entender que la Constitución Nacional sostiene que un gobernador no puede ejercer como miembro del Congreso. Jaldo defendió su participación y tildó a su contrincante de “flancito”. “Tiene miedo, está asustado porque no está entrando como diputado. Le teme a la urna y le teme al pueblo tucumano, que ya le dijo que no cuando fue candidato a gobernador”, expresó. Sánchez, a su vez, retrucó que “prometer un cargo que no asumirá es una estafa al electorado”.
El foco en la gestión
También hubo un capítulo con LLA, que denunció la detención de una simpatizante de su espacio que habría gritado “¡Viva la Libertad, Carajo!” en un acto oficial en Graneros. El candidato del mileísmo, Federico Pelli, repudió la situación y pidió sanciones para los responsables.
En el oficialismo restaron importancia a ambas cuestiones y afirmaron que pretenden que el tono de los cruces no suba más que lo visto durante estos días.
La idea del frente es mantener el foco en la gestión y aprovechar las condiciones que, consideran, hoy son favorables para el espacio. Aunque la situación del país puede mutar en poco tiempo, tienen elementos que les permiten buenas proyecciones para las urnas por ahora. El número ideal para el “pejota” es mantener las dos bancas de diputados que ponen en juego. Se ilusionan también con arrebatar una a la oposición (arriesga dos). La cantidad de votos que necesitarían para alcanzar tres sería muy alta y el rendimiento de los oponentes debería ser demasiado bajo. Pero en política todo es posible.
La alianza entre el jaldismo y el peronismo antimileísta tiró un manto de paz sobre el PJ, que corría riesgos de interna y de perder si competía por separado, en el escenario medido al momento del acuerdo. Colateralmente, la unificación derivó en una campaña más armoniosa puertas afuera. Puertas adentro, como era previsible, hay algunos desacuerdos. Cerca del jaldismo afirman que están llevando adelante el trabajo electoral como si fuese para la gobernación y que no tienen margen de tener un mal desempeño. “Si le va mal a Osvaldo nos va mal a todos”, resumió un cacique del interior.
Explican que no ven que los miembros de la otra línea estén en la misma sintonía y que por eso están apelando a mitines grandes con aquellos que no tienen cargos institucionales en este período y a recorrer todos los municipios y comunas. Ayer, por ejemplo, hubo un encuentro en la sede de ATSA de El Cadillal del que participaron más de 300 dirigentes.
Hay quienes dentro del propio antimileísmo consideran que, más allá del resto de los candidatos, el que se está mostrando más activo es Juan Manzur. De distintas líneas creen que intenta recuperar el tiempo -y el terreno- perdido durante estos años. El senador y miembro de la mesa nacional del PJ, repiten, no abandona sus sueños nacionales con la mirada puesta en el 2027.
Un dato no menor al respecto es que Manzur no volvió a compartir actos oficiales de gestión con las autoridades provinciales. Jaldo y Manzur están juntos, pero tampoco tanto.
Como contrapartida, celebran la atomización de la oposición provincial. Parte del espectro disidente, además, apunta a perfiles similares de votantes.
En ese contexto, los cruces Jaldo-Sánchez no son casuales. La Casa de Gobierno lo elige como contendiente y pelea contra él, para no “levantar” a LLA. Y viceversa. En todo caso, en el discurso se nota que Jaldo critica las políticas del Presidente Milei, pero suele evitar hacerlo contra sus postulantes.
En otro plano, en los despachos del poder siguen muy de cerca lo que sucede en la Casa Rosada y ya recibieron las primeras encuestas que les dan pistas sobre el impacto electoral que podría tener el caso de los audios. De acuerdo con distintas mediciones que llegaron desde consultoras de Buenos Aires, la imagen de Milei estaría en retroceso. Los consultores interpretan que, si la polémica se mantiene, esto podría tener mayores consecuencias y transferirse, eventualmente, a su lista.
A esto se suma que entre las principales preocupaciones de la ciudadanía reflejadas en las planillas están el desempleo y los bajos salarios, atribuidos a la gestión nacional. Si bien hay un reconocimiento de que se logró controlar la inflación, los otros ítems vienen en suba.
“Creíamos que el Gobierno se caería un poco antes de las elecciones por la economía y terminó siendo por sospechas de corrupción. Tan distintos no eran”, enrostró un justicialista de experiencia. Además, añadió que la confianza es fundamental para los variables y que eso es lo que precisamente está en conflicto.
Otra arista está en el cronograma multielectoral del país. Las próximas batallas les permitirán a los de 25 de Mayo y San Martín tener nociones más ajustadas con la realidad sobre el comportamiento del electorado. Las perspectivas del peronismo mejoraron para la contienda de hoy en Corrientes y del próximo domingo en Buenos Aires. Aunque el escenario en Tucumán es diferente, podrán obtener algunos indicios de cómo está LLA en general.
En el justicialismo local afirman que les conviene un escenario en el que LLA disminuya levemente su performance y que el peronismo se le acerque sin que sean números demasiado disruptivos.
Distintos asesores nacionales vienen marcando que si el PJ triunfa por mucha diferencia en tierras bonaerenses eso podría generar un efecto negativo en las nacionales para el propio movimiento ¿Cómo? Son conscientes de que gran parte del electorado sigue rechazando al kirchnerismo y sus derivaciones y que, ante una posible victoria en Buenos Aires, puede reaccionar con un apoyo más contundente de los votantes no peronistas hacia la LLA en las parlamentarias.
No son pocos los peronistas locales que ven en Axel Kicillof al futuro del movimiento y que estarán observando el siete de octubre.
En Tucumán hubo movimientos del kicillofismo en estos días. Se presentó una mesa promotora “Axel es futuro”, que implica que el “Movimiento Derecho al Futuro” pone un pie en la provincia. Confluyen allí diversos espacios políticos, universitarios, gremiales y de derechos humanos. Además de Jesús Salim y Mabel Carrizo, están representantes como Gabino Pacheco (Nuestra América), Laura Sánchez (referente del feminismo), Mauricio Suárez (Fetraes) y la adhesión de Sara Mrad (derechos humanos) y la participación de sectores como Los Irrompibles o Espacio Puebla.
Esta vertiente apoya a “Tucumán Primero”, pero son afines y acompañan la candidatura del vicegobernador Miguel Acevedo.
Jaldo y lo que sigue
El gobernador tiene la mirada puesta más allá de octubre. Y no sólo en el año 2027. Jaldo ya piensa en el lunes 27 de octubre. El conductor del justicialismo evaluará a cada dirigente y, con base en ello, tomará decisiones. Planifica un relanzamiento de la gestión y el inicio de una etapa nueva. El mandatario sostiene ante propios y ajenos que lo peor que puede pasarle a un Gobierno es “plancharse” tras una elección y, sobre todo, cuando quedarán dos años para las próximas elecciones provinciales.
Volviendo a ese lunes, Jaldo no sólo mirará cada circuito y sección electoral sino también hacia su propio equipo. Viene ajustando tuercas y haciendo cambios desde que asumió, algunos más perceptibles que otros. Al nombramiento de Martín Viola como secretario de Energía se sumará el pase de esa área del ministerio de Obras al de Economía. Con el fin también de agilizar espacios la secretaría de Deportes se mudó a la cartera de Interior (dependía de Educación).
El mandatario viene observado al Gabinete y los resultados electorales serán clave. Si el rendimiento no es el esperable, podría dar nuevos aires y nombres a algunas áreas. El gobernador, dicen, tampoco quiere “flanes” en las dependencias de trabajo por debajo de los ministros.
En la Casa de Gobierno las elecciones nacionales no se viven como una más.







