
IMAGEN TOMADA DE INFOBAE

Los chats del personal de los laboratorios vinculados a la producción de fentanilo adulterado, investigados por la muerte de 96 personas, dejaron al descubierto un escenario alarmante. Lejos de ser filtraciones, forman parte de la acusación fiscal presentada por la Fiscalía Federal 1 de La Plata, a cargo de Laura Roteta, contra Ariel García Furfaro -dueño de HLB Pharma-, su familia, directores técnicos y empleados.
Las conversaciones recuperadas de los teléfonos de los imputados, a las que accedió Infobae, muestran cómo los trabajadores ocultaban reactivos vencidos antes de las inspecciones de la ANMAT. “Escondan todos los reactivos vencidos”, ordena un mensaje previo a un control. Esos químicos fueron dejados a la intemperie, bajo la lluvia y el sol, con el riesgo de descomposición, derrames o explosiones.
“Pudo haber explotado eso tranquilamente”, advirtió un empleado, acompañado de una foto que documenta la situación.
Además, los chats reflejan improvisación en la documentación de procesos. “El fentanilo dio mal, hay que repetirlo mañana… Quedan dos ampollas en la heladera”, dice un mensaje del 26 de diciembre de 2024, apenas ocho días después de fabricarse el lote 31202 de fentanilo contaminado.
En otros intercambios, se admite que la producción “se hizo en el aire con respecto a lo documental” y que fue necesario “armar todo de cero” para cubrir vacíos en la trazabilidad del medicamento.
Otro aspecto insólito de los chats es la referencia a la pintura de las instalaciones. Ante la inminencia de una inspección, se ordenó: “El piso está descascarado, hay que pintar todo”. El apuro por maquillar las falencias edilicias expone la precariedad con la que se intentaba simular condiciones de control ambiental.
La acusación fiscal
La Justicia sostiene que los imputados produjeron, distribuyeron y vendieron fentanilo adulterado, en los lotes 31202 y 31244, lo que provocó la muerte de al menos 20 pacientes confirmados.
Entre los cargos enumerados en la acusación figuran:
- Desatender alertas de la ANMAT e INAME sobre fallas críticas.
- No ejecutar el recupero farmacéutico ni retirar los lotes cuestionados.
- Poseer sellos oficiales de la ANMAT sin justificación.
- Elaborar documentación retroactiva o falsa sobre los procesos.
- Encubrir inspecciones simulando condiciones de seguridad y asepsia.
- Ocultar solventes y reactivos durante controles oficiales.
- Permitir que bacterias multirresistentes como klebsiella pneumoniae y ralstonia mannitolilytica contaminaran los lotes de fentanilo.
Después del escándalo
Incluso tras las muertes denunciadas por el Hospital Italiano de La Plata, los chats siguieron revelando irregularidades. El 25 de febrero de 2025, un mensaje admitía que la planta retomaba producción en ampollas plásticas -no autorizadas- y que se planeaba etiquetar con un lote viejo para encubrir la fabricación.
En otro intercambio, cuando la magnitud del caso ya era pública, un empleado reconoció: “Nadie entiende nada, puede ser real la contaminación tal como dicen en las noticias”.
El 19 de mayo de 2024, Wilson Daniel Pons, director técnico, escribió: “La verdad que es lamentable lo de producción, hasta que no pase algo grave, parece que no van a escarmentar”.
Finalmente, lo grave ocurrió: casi un centenar de vidas perdidas por la combinación letal de negligencia, encubrimiento y la búsqueda de ganancias millonarias.







