CREAR DESDE EL CORAZÓN. José Luis Aguirre es uno de los autores folclóricos más reconocidos del momento, parte de un nuevo cancionero.
Desde antes de la pandemia, José Luis Aguirre no pisa Tucumán. Esa larga ausencia tendrá punto final esta noche, cuando el más reconocido compositor folclórico contemporáneo, ganador en Cosquín en Revelación y Consagración, del Gardel en 2020 al Mejor Álbum de Folklore y del premio Konex este año con el diploma al mérito como solista (entre muchas otras distinciones), llegue a las 21.30 a La Taberna de Saturno (Pringles y Chacho Peñaloza, Yerba Buena), para recorrer sus canciones. La celebración del reencuentro será abierta por Sanata Tango y por Manolo Salguero.
El músico cordobés vuelve con nuevo disco bajo el brazo, el séptimo de su producción. “Suelto” es definido por su autor para LA GACETA como “la expresión de un momento de mi vida durante el encierro, en el que necesitaba transmutar ese tiempo difícil y hacer arte para transmitir con mucha claridad algunos mensajes que quería escuchar por fuera incluso de mí y de mi pensamiento, para darme fuerza; muchas personas pasamos por ciertas cuestiones y ayudándose a uno también se acompaña a los demás”.
La región de Traslasierra -donde nació y vive- forma parte de su identidad. Sus creaciones “constituyen el alma de uno, con sus partes, reflexiones o imágenes para nunca olvidarlas, para recordar quiénes éramos antes y somos hoy, de dónde venimos y quizás hacia dónde vamos, lo que se está sintiendo y se necesita comunicar a los demás”. “Las canciones son una guía, una especie de repisa donde voy poniendo momentos, cosas, personas, imágenes, conocimientos y una manera de mirar los cambios y transformaciones trascendentales junto a la parte férrea e inamovible de lo que uno es y ha hecho en la vida para plasmarlo eterno a través de palabras, melodías y danza. No me siento un artista quieto en una sola disciplina sino que busco en varias herramientas”, afirma en relación a sus incursiones en la literatura (con tres libros editados), el audiovisual y la docencia.
Aunque buena parte de su obra nace en soledad, reivindica componer con otros: “siempre hay una mirada colectiva en lo que hago porque soy un canal para transmitir palabras en el oficio de recolectar lo que dijeron los demás, alguna expresión, pensamiento, palabra o melodía que los atravesó; lo más lindo es cuando alguien canta y hace suyas las canciones con lo que tenga a mano y que le permita expresarse”.
Así, admite que su propuesta “se hace desde el corazón, de cero, encontrando cosas que no estaban en ningún lado y que aparecen”. “Lo mío es artesanal, grabando en estudios independientes sólo con un micrófono, lo que demuestra que no hace falta tanto para construir algo, sino más bien ponerse a trabajar y a conectarse con lo que uno tiene que decir y que la tecnología y la industria apoyen eso y no al revés”, puntualiza.
En este viaje no dictará ninguno de los talleres que suele dar, pero aclara que no enseña a componer: “no hay una manera genérica de escribir. Lo que intento hacer es que cada uno se encuentre con lo que es; siempre digo que cuando veamos algo que no nos gusta, no hay que sacarlo de una sino detenerse a ver, porque es lo que nos hace distintos y únicos, y eso solamente lo sabe cada persona”.
“Uno siempre está buscando el cariño, la aprobación, la satisfacción de saberse querido, pero no es la intención esencial de mis canciones. Lo principal es la comunicación e ir dejando algo en la huella del camino. Soy un agradecido con los reconocimientos, pero tampoco los estoy buscando y los trato con respeto, los siento como regalos y frutos de un camino. Simplemente formo parte como uno más de una camada de artistas maravillosos y con una obra profunda que tiene muchísimo para decir. Es lo único que a mí me mueve: busco que nuestra cultura siga viva, haciendo un pequeño y humilde aporte junto con los demás. La mejor forma de manejarlo es no sentirse ni más ni menos que el resto, que son compañeros antes que músicos. Nos protegemos, somos hermanos, amigos, parientes, como no sabría cómo decirlo. Nos encontramos en festivales, en espacios y nos abrazamos y cuidamos”, resalta.
Tucumanos
En esa lista incluye a tucumanos como Salguero, el Topo Encinar, Lucho Hoyos y “muchos otros a quienes admiro por su cultura y su música, por todo lo que le han dado a la provincia y a la región que es muy valioso y a mí me despierta respeto, alegría y cariño”. “El NOA tiene composiciones de una belleza muy profunda y una trascendencia importante. Si no la tuviese, no la atacarían quienes hoy maltratan y entregan al pueblo. Al querer esconder, bastardear y tapar al folclore, están visibilizando la música de nuestra tierra, con sinceridad, con humildad, con amor y con integración popular”, reivindica.
Aguirre no es un nombre recurrente en las carteleras de las citas folclóricas masivas (aunque sus canciones sí están en boca de otros y circulan entre todos), pero está presto a estar donde se lo convoque. “Quiero llegar a donde más pueda, y no me pregunto tanto por qué no me llaman a los festivales. Soy muy agradecido de quienes van a mis conciertos y de los miles que han permitido que yo siga haciendo lo que me gusta sin tener que transformar ni modificar nada en estos 25 años de cantar lo mío. Lo más importante es aceptarse como uno es y expresar un arte genuino”, concluye.







