ABONO NATURAL. Es importante estar seguros de lo que estamos compostando para no tener inconvenientes.
En un contexto mundial atravesado por crisis sanitarias y fenómenos climáticos extremos, la disponibilidad de alimentos se encuentra cada vez más amenazada. Frente a ese panorama, reducir el desperdicio de comida se convierte en una acción clave que cualquier persona puede aplicar desde su casa.
El hábito de comprar de más, dejar que frutas y verduras se echen a perder o servirnos porciones más grandes de lo que realmente consumimos genera toneladas de residuos a diario. Sin embargo, darle una segunda vida a esas sobras es más fácil de lo que parece y, además, puede traer beneficios tanto económicos como ambientales.
Cinco grandes ideas para reciclar alimentos en casa
1- Armá tu propia compostera
Los restos de verduras, cáscaras de huevo, hojas secas o posos de café pueden convertirse en abono natural mediante compostaje. Podés hacerlo en tu balcón, en un rincón del patio o sumarte a programas de recolección de residuos orgánicos. Así reducís la basura y contribuís a regenerar la tierra.
2- Buscales destino en tu barrio
Si no tenés espacio para compostar, podés acercar estos residuos a productores locales o huertas comunitarias. Muchos los utilizan para nutrir el suelo o alimentar animales. Es una forma de colaborar con el reciclaje y evitar que terminen en un basural.
3- Doná lo que todavía sirve
Antes de que algo se eche a perder, revisá la heladera y pensá si podés donarlo a comedores, refugios o vecinos que lo necesiten. Frutas, verduras o pan en buen estado son muy valorados por organizaciones sociales. De esta manera, evitás el desperdicio y ayudás a quienes atraviesan situaciones de vulnerabilidad.
4- Reutilizá envases y paquetes
Cartones, bandejas y envoltorios también pueden tener una segunda vida. Además de destinarlos al reciclaje, se pueden usar como organizadores en el hogar o para manualidades escolares. Cada envase que no va al tacho significa menos residuos en los rellenos sanitarios.
5- Usá la creatividad en la cocina
Un guiso del día anterior puede transformarse en relleno de empanadas, las cáscaras de cítricos en ralladura para postres y el pan duro en budín o tostadas. La cocina creativa es aliada para reducir el desperdicio y sorprender con nuevos platos.
Cada comida que evitamos tirar implica menos basura en los basureros, menos emisiones de gases de efecto invernadero y más recursos aprovechados. Con gestos simples, cada hogar puede ser parte de un cambio positivo que beneficia tanto al ambiente como a la economía familiar.







