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Por seis minutos, la Tierra permanecerá a oscuras en poco menos de dos años. Para ese entonces nuestro planeta será testigo del eclipse solar más extenso del siglo, un evento sin precedentes del que la NASA ya puso fecha: el 2 de agosto de 2027 el Sol se apagará por completo. ¿Y cuáles serán los efectos de su ausencia?
Los astrónomos ya dieron el aviso de que el 2 de agosto de 2027 el planeta quedará a oscuras por una alineación total entre el Sol, la Luna y la Tierra. Desde nuestro mundo podremos ver la sombra proyectada que bloquea la luz solar. Valdrá la pena dejar a un lado las tareas para mirar el cielo por un rato, siempre con anteojos especiales.
Los efectos del eclipse en la Tierra
Mientras que el día se convierte en noche por un plazo definido de tiempo, la Tierra también sufre algunos efectos. Aunque se desconoce cuáles serán las consecuencias de un eclipse tan prolongado, lo cierto es que los expertos estudiaron qué ocurre en nuestro planeta cuando el Sol desaparece por un tiempo.
Descenso de la temperatura
Quizás una de las consecuencias más notorias será un descenso de la temperatura. Desde un artículo de la BBC detallaron que, cuando la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol y por un momento se hace de noche, las temperaturas bajan de forma rápida.
Según explica la NASA, el descenso equivale a la diferencia de temperatura que existe entre el día y la noche en esa época del año para ese lugar. Sin embargo, el tiempo no llega a ser lo suficientemente extenso como para que el ambiente pueda responder a ese cambio térmico tan brusco. En eclipses anteriores, las caídas en el termómetro fueron de tres cuartos o la mitad de la diferencia de temperatura que en el lugar existía entre la noche y el día.
Cambia el comportamiento del viento
De acuerdo con un estudio de la Universidad de Reading, en Reino Unido, como resultado del cambio de temperatura, el aire caliente deja de elevarse desde el suelo y provoca un cambio en la velocidad y la dirección del viento.
Los investigadores que analizaron un eclipse parcial en Reino Unido en 2015, detallaron que el cambio en el viento está provocado por las variaciones en la "capa fronteriza", que es la zona de aire que separa los vientos altos de aquellos más cerca del suelo. El efecto dura sólo unos minutos durante el eclipse y luego el viento vuelve a soplar como antes, cuando el Sol era visible en el cielo.
Los animales reaccionan a la noche repentina
La mayoría de los organismos vivos tienen un reloj biológico sincronizado con el ritmo del Sol. Durante el período de oscuridad, por más breve que sea, los animales entienden que es de noche y actúan en consecuencia.
Las aves diurnas comienzan a chillar y a dispersarse en busca del nido o se agrupan y permanecen en silencio, mientras que las nocturnas inician su actividad, las grillos y las lechuzas comienzan a dar sus conciertos nocturnos, las polillas remplazan a las mariposas, las abejas regresan a sus panales, las hormigas van a sus nidos y algunas arañas desarman sus redes. pero lo más probable es que las mascotas como gatos o perros no sientan el efecto de la sombra de la Luna.
En 1932, la Sociedad de Historia Natural de Boston observó animales durante un eclipse solar que se prolongó por 10 minutos y descubrió que la mitad de los animales observados parecía atemorizado. Hay que aclarar que la mayor parte de la información sobre el comportamiento de los animales es anecdótica y no hay muchos estudios científicos sobre el tema.
Problemas en las radiocomunicaciones
La radiación solar que llega a la atmósfera superior de la Tierra, conocida como ionosfera, disminuirá lo que provocará un enfriamiento de esta capa y a la vez una reducción en el proceso de ionización (cuando átomos o moléculas ganan o pierden electrones), lo que lleva a un descenso temporal en la densidad de electrones en la ionosfera.
Desde National Geographic explicaron que ambos factores, el enfriamiento y la reducción de la ionización, disminuyen la densidad de electrones en la ionosfera. Dado que la propagación de las ondas de radio, especialmente las de alta frecuencia que se utilizan para la comunicación a larga distancia, depende de la reflexión ionosférica, esta disminución en la densidad de electrones afecta cómo se propagan dichas ondas. Esto puede causar problemas temporales como desvanecimiento de la señal, absorción y refracción, interrumpiendo las comunicaciones de onda corta y por satélite, y afectando los sistemas de navegación GPS.








