DEMOLICIÓN. Las topadoras arrasaron con varias construcciones de la Reserva.
Los agentes estatales cumplirán hoy con un trámite que quedará en la historia de Tucumán. Concurrirán a El Mollar y colocarán un cartel en el que se podrá leer “Propiedad del Superior Gobierno de la Provincia”. Al recuperar el predio conocido como Loteo Monroy, el Estado pondrá punto final a las usurpaciones de la Reserva Natural La Angostura, proceso que duró menos de nueve meses.
“La verdad es que siempre pensé que esto era un show y nada más. Pensé que, como había sucedido en otras oportunidades, los funcionarios sólo hacían esos operativos para la foto. Pero con todo lo que ocurrió y lo que está sucediendo en Tafí del Valle, tengo esperanza que realmente se ordene el Valle”, explicó Patricia Sosa, veraneante de El Mollar.
A principios de noviembre del año pasado, funcionarios descubrieron que integrantes de la Comunidad Diaguita de El Mollar habían ocupado tierras fiscales para instalar una feria de artesanos. Por este caso, se hizo un relevamiento y las autoridades comprobaron que en el espacio protegido había cinco barrios (“Juana Azurduy”, “El Lago”, “Náutico” y “Loteo Gaucho Castro”), un emprendimiento turístico (“Pesca El Pelao”), la estructura de un boliche ubicado en las orillas del lago, el club de fútbol El Sauce, el “Loteo Monroy”, la sede del Tucumán Yacht Club y una confitería y comercio.
La Provincia decidió tomar dos caminos. Por un lado, la Policía intervino derribando todas las parcelas de dos caseríos que pretendía instalar la Comunidad Diaguita. Por el otro, la fiscala Gilda Pedicone logró que el fuero contencioso administrativo dictara una medida de no innovar para que se evitaran más tomas y se detuvieran las construcciones o modificaciones en las tierras fiscales.
Paralelamente, se formó un equipo de trabajo con representantes de la Fiscalía de Estado, las direcciones de Catastro, Agua, Flora y Fauna y el Ente Tucumán Turismo para juntar evidencias y judicializar los casos. Lograron que se dictaran órdenes de desalojo en contra de los ocupantes o que se hicieran entregas voluntarias. No hizo falta el uso de la fuerza para que se cumplieran las medidas, ya que los usurpadores sacaron sus pertenencias antes de que se vencieran los plazos. El del boliche Costa de Piedra fue un caso particular. Al no haber podido ubicar a sus propietarios, las autoridades decidieron derrumbar las construcciones que habían realizado.
En el del “Loteo Gaucho Castro” no sólo fue el más mediático, sino el que más lejos llegó. Por acción de la Provincia, se denunció a siete personas por la comercialización de tierras fiscales. Entre los imputados aparecen dos empleados de la ex Secretaría de Regularización Dominial y Hábitat (el gobernador Osvaldo Jaldo decidió eliminarla por este caso) y el suspendido delegado comunal Jorge Cruz. Es una causa inédita que está cerca de llegar a juicio.
Un ejemplo
El del “Loteo Monroy” no sólo es un caso atípico, sino que además es un claro ejemplo de que durante años hubo desidia estatal para controlar su patrimonio. En los años 80, la Provincia le cedió las tierras al Automóvil Club Argentino para que construyera una hostería y una playa para el expendio de combustible. Después de más de 10 años, la empresa confirmó que no realizaría el proyecto y devolvió las tierras. El acto fue oficializado, pero nunca inscripto en la oficina correspondiente.
Durante más de 20 años, la titularidad de esa tierra quedó en el limbo. Esa situación fue aprovechada por la familia Monroy. “Ellos decían que esas tierras eran de ellos, que por tenencia les correspondía. Primero cercaron, después construyeron sus casas y, al parecer, pretendían venderla. Se trata de uno de los lugares más lindos de la entrada del Valle. Está lejos del ruido y es una especie de balcón que permite ver los mejores paisajes del valle”, comentó Luis García.
Las autoridades, cuando descubrieron las ocupaciones de la Reserva, hallaron el problema. Tuvieron que realizar los trámites de inscripción en el Registro Inmobiliario para entonces accionar judicialmente contra los ocupantes. La Justicia ordenó que la desocuparan y le dieron plazo hasta mañana. Los Monroy decidieron acatar el fallo y comenzaron a retirar sus pertenencias para que la Provincia recuperara las tierras.
Otros planteos
En la Reserva sólo quedan por recuperar dos predios que fueron concesionados. Uno es el del club Náutico, que estaba destinado a que se transforme en la sede de un club de pesca, pero allí terminó edificándose el único barrio cerrado de El Mollar. El otro, conocido como Loteo Haten, también fue cedido por el Gobierno con el propósito de que funcionase un autocamping, pero en esa tierra sólo se edificaron dos cabañas que están siendo alquiladas.
En ambos casos, sus ocupantes están negociando con la Provincia cuál será su futuro, según confirmaron fuentes de ambas partes.






