TREINTENA DE STANDS. Alumnos de varios niveles expusieron sus proyectos.
La Feria Provincial de Ciencias es, para muchos chicos, la primera puerta que invita a salir al mundo empuñando sus propios conocimientos. Así lo vivió el centenar de niños y de jóvenes que expusieron sus proyectos científicos en el patio del Ciidept. Pero no sólo fue especial para ellos. También lo experimentaron los alumnos de la modalidad de “contexto de encierro”, ya que fue la oportunidad para que mostraran sus iniciativas.
Los 31 stands integraron la muestra de San Miguel de Tucumán bajo el lema “Ruta de experiencias educativas que inspiran” y reflejaron la variedad de intereses de los alumnos tucumanos: cuidado del ambiente, cómo aprender matemáticas, inventos tecnológicos...
Los alumnos de la Escuela de Oficios General Belgrano y del penal de Villa Urquiza se esmeraron en demostrar que el séptimo arte puede ser aplicado a la educación. Concretamente, propusieron como propuesta pedagógica la enseñanza de la historia por medio de cortos cinematográficos.
ENTUSIASMADO. Daniel Ledesma contó su experiencia en la Feria.
Los alumnos presentaron un stand salpicado de coloridos personajes y maquetas, todo realizado en material reciclado, mientras proyectaban en pantalla a esas figuras en acción. El encargado de darles vida digital fue Marcos Fajre, alumno de capacitación profesional que permanece detenido y llegó a la feria en un móvil de Institutos Penales. Daniel Ledesma, su ex compañero, hace dos meses goza de libertad condicional y es el artista que fabricó los personajes que aparecen en el corto.
“El año pasado hicimos una encuesta entre los alumnos y vimos que el 55% aprobaban los cursos, pero después de proyectarles películas o documentales sobre historia sus notas mejoraron un 80%. Comenzaban a preguntar y a saber más. De ahí surgió la idea de llevar el método audiovisual al aula”, explica Fajre. Lo técnico no podría sustentarse sin lo artístico y literario que aporta Ledesma, que durante su encierro publicó un libro de poesía titulado “Un loco corazón”. Afirma que tiene otros dos libros inéditos sobre historias de vida.
“Mientras estuve en la institución, durante seis años, ayudaba a mis compañeros en los talleres de alfabetización y de lectoescritura. Cuando me detuvieron me faltaban sólo las prácticas para ser docente, profesión que por mi condición ahora nunca podré ejercer. También les dicté un taller de escritura creativa porque pienso que ellos tienen que aprender a contar sus historias”, afirma quien además dirigía el coro de la capilla del penal y ahora se enfrenta a la difícil tarea de encontrar alguien que le dé trabajo a pesar de la tobillera. “Todos los días me esfuerzo un poquito más y sé que lo voy a lograr”, confía.
Para conocer
En Villa Urquiza hay una gran variedad de ofertas educativas: primario, secundario y formación profesional para jóvenes y adultos, además de talleres socioeducativos que les sirven a los estudiantes para acceder a ciertos beneficios en relación a su condición de privación de libertad, explica Héctor Bravo, vicedirector de la escuela de oficios del penal y del CEJA Lucas Córdoba. En esta modalidad hay alrededor de 400 alumnos en los distintos niveles. “Lo que buscamos con la educación es que ellos vuelvan a resignificar su historia personal. Pensamos la escuela como un espacio donde puedan volver la mirada atrás, a lo que fue su vida, y luego proyectar algo nuevo, con otras herramientas y potencialidades”, reflexiona.
Hoy más que nunca se necesita la presencia de la escuela en el penal. “Hasta hace unos años, el grueso de los estudiantes llegaba con el primario completo, hoy nos encontramos con un alto nivel de analfabetismo; personas adultas, de Tucumán que por diferentes razones no empezaron o no completaron la escuela primaria -explica Bravo-. Ahora, gracias a la educación los alumnos pueden formarse, completar estudios primarios y secundarios, y hasta adquirir habilitades artísticas. A lo largo de los años hemos notado un cambio muy positivo en ellos, en su forma de pensar y de expresarse”.
Cuidado del ambiente
El cuidado del ambiente es una gran preocupación entre los jóvenes. Ámbar Espinosa, alumna del CEJA Enrique Mosconi, cuenta que su grupo se inspiró en el basural de San Cayetano que observa al ir a clases. “De ahí salió la idea del reciclaje”, revela.
Los chicos del colegio Almafuerte se inclinaron por la reutilización de la yerba después de su uso. Su proyecto se denomina “Del mate al arte”. De allí salieron macetas biodegradables, adornos móviles y porta sahumerios.
La instancia provincial de la Feria de Ciencias, organizada por el Ministerio de Educación, tendrá dos jornadas más, orientadas a permitir la participación de todas las escuelas de Tucumán. Los próximos encuentros serán el miércoles (en Concepción) y el 26 de agosto (en Banda del Río Salí).









