Los nombres de Jaldo: acuerdos “imposibles”y un pie en el 2027

Osvaldo Jaldo clamó ante la dirigencia durante estos meses que haría todo para ganar las elecciones. Y todo es todo. La dirigencia de sectores oficialistas y opositores quedó atónita tras la presentación de la lista del frente “Tucumán Primero”. Jaldo no sólo se refería a que él mismo se postularía, sino a que en la nómina incluiría a quien tenga que incluir para poder aspirar a un triunfo. Es así como el vice Miguel Acevedo y el senador Juan Manzur terminaron inscriptos.

La presencia de los dos últimos fue la sorpresa, pergeñada antes del acto y tras negociaciones apuradas.

La unidad del peronismo se selló con la cesión de más espacios de los previstos para la línea del ex manzurismo-antimileísmo-kirchnerismo. De hecho, cuatro de los siete candidatos no provienen del jaldismo. Todo es todo. Jaldo reaccionó y sumó a críticos de su gestión.

El mandatario provincial volvió a dar un giro estratégico y cerró filas con el peronismo para intentar blindar Tucumán ante un posible avance morado.

Atrás quedó por ahora la intención de buscar ese voto independiente al que le podía gustar que el tranqueño dialogue con la Casa Rosada.

Si bien los últimos números de las encuestas que se manejan en los pasillos del poder son auspiciosos para el justicialismo unificado, el potencial de La Libertad Avanza (LLA), cómo actuará el electorado y qué impacto tendrá el nuevo sistema electoral (Boleta Única de Papel-BUP) son incógnitas que pesaron mucho para las definiciones.

Lo que quedó claro es que el nombre de la lista es “Necesidad”, el apellido, “2027” y que Jaldo no escatimará en esfuerzos. Porque la unidad era vital para la supervivencia y porque los comicios provinciales ya están a la vuelta de la esquina para la dirigencia.

Los sondeos encargados marcan que el grueso del electorado podría estar dividido en dos en el distrito. En el pejota consideran que pueden retener cerca del 50%. La mitad restante es la que, sostienen, se debería distribuir entre todas las ramas opositoras, los ausentes y los votos en blanco.

Un aspecto que beneficia sustancialmente al justicialismo es la dispersión opositora. Apuntan a que LLA tiene “competencia” de sectores disidentes locales que pueden tener perfiles de votantes similares como Unidos por Tucumán, Fuerza Republicana o CREO.

Durante una reunión que compartieron ayer dirigentes de la Capital en la Legislatura con Jaldo, Manzur y Acevedo, los referentes territoriales vislumbraron cuáles serán los lineamientos de la campaña.

Entre las consignas principales que sobrevolaron están que el candidato a mencionar en actos y actividades es Jaldo, por su imagen y gestión y porque la pelea será “Jaldo o Milei”; que hay que capacitar al electorado en relación a la BUP y que la movilización de votantes hacia las escuelas debe ser contundente.

En el encuentro, del que participaron gran parte de los institucionales del PJ, la intendenta Rossana Chahla presentó una agenda de actividades en la Ciudad para la campaña. Manzur tuvo las palabras más duras, según algunos presentes, y planteó que Milei no sólo blande la “motosierra” sobre el Estado sino que viene por la “estructura del peronismo”. La idea de las cabezas del armado es que todos se vuelquen a la campaña y trabajen mirando a octubre pero, sobre todo, al 2027.

Jaldo planteó, por ello, la necesidad de que hagan política, sobre todo, en San Miguel de Tucumán. Por primera vez en algunos años, el justicialismo es oficialismo en la jurisdicción y es una ventaja importante.

Imposibles posibles

El acuerdo pejotista derivó en fotos casi imposibles en el justicialismo, partiendo de los abrazos entre Jaldo y Manzur. Las negociaciones para llegar a ellas fueron duras y por momentos, estuvieron al borde del quiebre. Dentro del jaldismo y del antimileísmo se cocieron habas, desconfianzas y enojos. Eso se refleja en la composición de la propuesta electoral. Los porqués de cada nombre permiten entrever cómo se fue amasando la alianza.

Jaldo y Acevedo: el gobernador sintió la obligación de ponerse al frente cuando Acevedo y Chahla decidieron -inicialmente- no jugar. El plan original era que los dos -o los tres- alimenten las boletas. Jaldo por necesidad y temperamento, decidió salir de lleno a competir. Es la figura que más mide y que personifica la gestión que hay que “defender”.

En su entorno no recuerdan antecedentes recientes de un mandatario que haya tenido que candidatearse en una contienda intermedia y en los alrededores del gobernador afirman que estaba muy molesto por la negativa de los otros dos referentes más prominentes del PJ. Finalmente, el vicegobernador dio el sí. De todas maneras, quienes conocen bien al titular del Ejecutivo creen que no sólo piensa a corto plazo sino a mediano y futuro: le quedan dos años de convivencia con LLA en la Rosada y sería beneficioso plantarse como un gobernador ganador y, además, Jaldo tiene la posibilidad de aspirar a otro mandato en 2027.

Acevedo es de los nombres que representan un recambio relativo. Si bien es un profesional de carrera y fue funcionario y ministro, el cargo electivo le llegó de imprevisto. En 2023, reemplazó de emergencia a Manzur luego de un movimiento de la Justicia contra la “fórmula invertida”. Acevedo cuenta con buena imagen entre los legisladores y en parte del peronismo que no es cercano a Jaldo. Llegó de la mano del ex gobernador, pero pudo acercarse al tranqueño. La definición habría llegado luego de conocer que Manzur sería de la partida.

El caso de Chahla generó la mayor cantidad de comentarios en el justicialismo. No se sumó, pero sí formará parte activa de la campaña y aseguró que trabajará como si encabezara ella misma. No son pocos los que consideran que quedó expuesta ante los ojos del jaldismo. La jefa municipal estaba en los primeros trazos de la lista, porque encarna una alternativa “fresca” dentro del peronismo, con proyección y capacidad de trabajo, y porque afirman que lleva bien su gestión. Algunos interpretaron que la participación de la legisladora Carolina Vargas Aignasse tiene que ver con la decisión de mantenerse al margen. La parlamentaria es una de las dirigentas fuertes capitalinas y no es un secreto que sueña con administrar la Ciudad. La incorporación de la ex ministra habría sido, además, un pedido de Manzur. El acople que ella representa suele estar entre los más votados desde hace años.

Manzur es la garantía de la unidad. El ex gobernador fue incluído porque Jaldo necesitaba asegurar que sus disidentes se comprometieran con la campaña. Él, dicen, quería recuperar protagonismo político y poder llevar al PJ nacional la presea de la unidad. Si bien ya estuvo en varios encuentros, secundará a Jaldo. Sucede que la imagen del médico no tiene buenas mediciones y pretenden evitar que eso pueda perjudicar al proyecto.

El resto de los nombres era previsible. Gladys Medina era la que estaba inamovible desde hace meses. Su presencia marca el trabajo en el Este provincial y del interior en general porque integra el armado político que encabeza el ministro Darío Monteros. En el caso de la también diputada Elia Fernández de Mansilla, del Oeste, tiene que ver con la línea del legislador Sergio Mansilla y, además, busca renovar su banca. Noguera, por su parte, es el candidato del antimileísmo desde el primer minuto.

Aunque a la oposición le irriten las testimoniales, para el peronismo son casi anecdóticas. O al menos, eso sostienen puertas adentro. Aseguran que no serán reprochadas el electorado afín porque se usarán de manera masiva en la provincia de Buenos Aires y por diferentes fuerzas.

Tanto las figuras propias como de otras fuerzas plantean escenarios de cómo serán los “corrimientos” eventuales porque, salvo Noguera que asumirá de ser electo, el resto de los hombres tienen puestos de mayor relevancia como para cambiarlos por una banca en Diputados. De todas maneras, hay quienes advierten que hay antecedentes en la Cámara Baja de que pueden ser reemplazados por candidatas mujeres.

En la vereda opositora

Las dos facciones mayoritarias de la oposición tuvieron sus definiciones por estas horas. LLA, cuyo jefe político es Lisandro Catalán, optó por un anuncio sin acto. Los lugares preponderantes quedaron para Federico Pelli, Soledad Molinuevo, Manuel Guisone y Celina Moisá. La apuesta tiene que ver con la esencia de la estrategia del Presidente: referentes puros del espacio y caras nuevas para la política partidaria y destacadas en distintos ámbitos. Los candidatos de Milei ya vienen recorriendo la provincia y trabajando en la instalación.

Unidos por Tucumán, que concentra a parte del radicalismo y del ex alfarismo, irá por una línea parecida. El diputado Roberto Sánchez estará acompañado por Micaela Viña, José María Canelada y Milagros Céliz. Hasta último momento hubo conversaciones con los sectores de Mariano Campero y Agustín Romano Norri, pero el acuerdo para que formaran parte con la inscripción de algunos representantes propios no llegó.

Si bien inicialmente se había mencionado que Silvia Elías podría postularse, la legisladora habría desistido. También se habría analizado incorporar al intendente Alejandro Molinuevo tras su desacuerdo con la Provincia, pero tampoco se concretó.

El armado sanchista pretende ser una alternativa diferente al peronismo y el mileísmo.

Tanto Fuerza Republicana como CREO ya habían dado a conocer sus opciones con anterioridad, encabezadas por Ricardo Bussi y Sandra Orquera y Paula Omodeo y Sebastián Murga. Se sumaron a la competencia Pueblo Unido (Silvio Bellomío-Alejandra Medina), el Frente de Izquierda (Alejandra Arreguez-Martín Correa) y Política para la Clase Obrera (Raquel Grassino-Diego Carrazan).

Jaldo había clamado ante la dirigencia durante estos meses que haría todo para ganar las elecciones. La lista de Tucumán Primero es testigo de los acuerdos imposibles y de las perspectivas del gobernador para el 2027.