San Martín, entre la fe y la impaciencia de su gente, busca levantar vuelo en casa

El duelo contra Alvarado, que se jugará mañana a las 17.10, aparece como la gran oportunidad para que el “Santo” recupere confianza.

San Martín, entre la fe y la impaciencia de su gente, busca levantar vuelo en casa Alejandro Cruz/PRENSA CASM 

Cada vez que San Martín vuelve a casa, lo hace bajo la mirada exigente de su gente. Tras la dura caída en Puerto Madryn, el choque con Alvarado en La Ciudadela se vive como una auténtica final tanto para el plantel como para los hinchas. El equipo de Mariano Campodónico no solo jugará por los tres puntos, sino también por recuperar la confianza de sus seguidores, que esperan un gesto convincente para volver a creer. La presión es fuerte: la obligación de ganar en casa, la necesidad de cortar la racha negativa y la expectativa por ver si el nuevo entrenador puede reactivar un equipo que se había acostumbrado a sufrir en los momentos claves.

Para muchos, esta tarde será un examen que medirá el carácter del grupo y la capacidad del DT para transmitir serenidad y ambición en un escenario que siempre fue determinante.

El duelo contra el “Torito” será el primero de dos compromisos consecutivos en La Ciudadela -el miércoles se disputará el pendiente frente a Deportivo Maipú-. Son seis puntos vitales que pueden modificar de manera sustancial el panorama inmediato de un equipo que hoy aparece en la quinta posición y que necesita sumar para no alejarse de la pelea por los puestos de privilegio. Dos triunfos en fila no solo lo acomodarían al “Santo” en la tabla, sino que también servirían para enviar un mensaje de fortaleza a los rivales directos.

Alvarado llega golpeado y con sus propias urgencias: se encuentra en zona de descenso y acumula frustraciones en las últimas fechas, con resultados que lo dejaron contra las cuerdas. Sin embargo, este tipo de rivales suele transformarse en un arma de doble filo. Con poco que perder y mucho por ganar, suelen plantarse con firmeza, cortar el ritmo y esperar el momento justo para dar un zarpazo. “Va a ser un rival que arma un bloque bajo y te puede lastimar porque tiene buenos jugadores”, remarcó Campodónico en la previa.

El entrenador del “Santo”, que vivirá su primera presentación en casa, entiende que parte del partido también se jugará en las tribunas. El malestar por las últimas actuaciones dejó al público con la guardia alta y con la impaciencia a flor de piel. Sin embargo, el recuerdo del DT como uno de los grandes protagonistas del ascenso a Primera en 2008 puede servir de puente para bajar tensiones y transformar el enojo en aliento. “Confío y sé que con mi llegada la gente va a acompañar. El hincha sabe que si el equipo necesita una inyección, son ellos quienes lo pueden dar”, afirmó con seguridad. La expectativa se centra en que ese vínculo emocional pueda encender nuevamente la llama en Bolívar y Pellegrini.

El mensaje también se refleja en el vestuario. “Tenemos dos partidos consecutivos en casa, pero por ahora tenemos que pensar solo en Alvarado. Estamos obligados a ganar y ser protagonistas, pero también a tener paciencia porque los rivales suelen venir a hacer un partido lento y trabado. El máximo deseo es que la gente se sienta identificada con nosotros”, expresó Matías García, quien reconoció que la autocrítica tras la derrota en Madryn fue dura y sin atenuantes. La exigencia es total y, en ese marco, los referentes marcan que lo colectivo debe estar por encima de las individualidades para recuperar la mística de local. “Necesitamos a la gente, lo sabemos y siempre fue así. Entiendo el enojo, pero en esta tenemos que estar todos juntos y de esa manera va a ser más fácil salir adelante. El empuje de La Ciudadela es único y lo necesitamos para lograr lo que todos queremos”, agregó con convicción Darío Sand, referente de experiencia y voz autorizada en el plantel.

Un doble examen en casa

San Martín afronta un punto de inflexión. El golpe en Madryn expuso debilidades, pero también abrió la puerta a una reacción inmediata. Con dos partidos en fila como local, el equipo tiene la chance de reencauzar su campaña y recuperar la confianza de sus hinchas. Campodónico se juega su primera prueba grande como DT en La Ciudadela y confía en que su impronta de ex jugador pueda contagiar serenidad y decisión a un plantel que necesita firmeza. El calendario no da respiro y, en un torneo donde nadie concede ventajas, la obligación es clara: ganar para ilusionar y ganar para creer. Porque cada fecha que queda hasta el final se asemeja a una final, y en ese escenario, la reacción no puede esperar.

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