
Obesidad.

En un contexto donde el exceso de peso afecta a más del 65% de la población argentina, la obesidad se consolida como uno de los principales desafíos para la salud pública. La situación preocupa tanto por su impacto en enfermedades crónicas -como diabetes, hipertensión y patologías cardiovasculares- como por la multiplicidad de mensajes erróneos que circulan sobre el tema.
Elena Pastor Manfredi, directora de Nutrición de la Fundación Iberoamericana de Salud Pública (FISP), sostiene que “los enfoques deben ir más allá de las dietas convencionales”, incorporando evidencia científica, estrategias personalizadas y una mirada crítica sobre el contenido que se difunde en el entorno digital.
Si bien el descenso de peso es uno de los objetivos en el tratamiento del sobrepeso, la especialista remarca que la clave está en tratar la raíz del problema, muchas veces vinculada con la inflamación crónica que subyace a enfermedades como la obesidad, la diabetes o la hipertensión.
Actualmente, existen medicamentos que, bajo indicación médica y con acompañamiento profesional, pueden contribuir al descenso de peso. No obstante, Manfredi advierte sobre sus efectos secundarios y la necesidad de evaluar cada caso en forma individual.
Uno de los enfoques más prometedores apunta al estudio de la microbiota intestinal, la comunidad de microorganismos que habita en nuestro sistema digestivo y que juega un papel clave en la salud general. “Aunque aún no sabemos cuál es la simbiosis óptima, cada vez hay más estudios que buscan identificar qué combinación de bacterias sería más adecuada para cada persona”, señaló.
Redes sociales y desinformación
Otro de los temas que preocupa a los especialistas es la creciente influencia de los creadores de contenido en temas de nutrición. “Muchos influencers no son profesionales de la salud y promueven productos sin aval científico”, alertó la directora de FISP.
El consumo de suplementos, dietas extremas o productos “milagrosos” puede representar un riesgo si no están respaldados por profesionales o investigaciones serias. La recomendación general es verificar siempre la formación de quienes difunden contenidos de salud y evitar seguir consejos que no estén validados por especialistas.
Frente a un escenario donde confluyen la emergencia sanitaria, el avance de la ciencia y el poder de la comunicación digital, la Dra. Pastor Manfredi insiste en la necesidad de una mirada integral. “La nutrición del futuro requiere personalización, formación continua y responsabilidad en los mensajes que se difunden”, concluyó.
En definitiva, la lucha contra la obesidad no se gana con soluciones rápidas. Requiere información confiable, compromiso profesional y políticas públicas que garanticen acceso a una alimentación saludable y acompañamiento médico sostenido.







