
Los hombres de la base de la isla Rey Jorge dependían de trineos y perros para desplazarse por el duro terreno. Russell Thompson/BBC News

Explorar la Antártida en los 60 era aún más desafiante de lo que puede serlo hoy. Gran parte era territorio desconocido y cada paso en la excursión podía implicar una decisión entre la vida y la muerte. Eso pasó con un meteorólogo de 25 años que el 26 de julio de 1959 desapareció en una mortífera grieta, sin ningún rastro más que el recuerdo de la tragedia para su compañero, que había rozado la posibilidad de salvarlo. Su cuerpo nunca fue recuperado hasta ahora.
Dennis "Tink" Bell se perdió entre el inmenso manto blanco que cubría el glaciar de la Bahía Almirantazgo, en la Isla Rey Jorge, frente a la Península Antártica hace 66 años. El terrible accidente limitó las posibilidades de encontrar los restos del hombre y dejó a los familiares de uno de los pioneros en la exploración de la Antártida en la incertidumbre total, una desaparición en un territorio aislado y remoto.
El peligroso lugar donde encontraron los restos
Pero el cambio climático está provocando cambios dramáticos en muchos glaciares antárticos, incluido el del glaciar Ecology, en la isla donde desapareció el investigador. El intenso derretimiento y el retroceso de la nieve reveló los restos del meteorólogo de 25 años que trabajaba para el Servicio de las Dependencias de las Islas Malvinas (FIDS), predecesor del British Antarctic Survey (BAS), junto con más de 200 objetos personales.
Un equipo de científicos formado por Piotr Kittel, Paulina Borówka y Artur Ginter de la Universidad de Lodz, Dariusz Puczko de la Academia Polaca de Ciencias y su colega investigador Artur Adamek rescató cuidadosamente los restos en cuatro viajes. Los recuperaron de un lugar peligroso e inestable, “saturadisimo de grietas” y con pendientes de hasta 45 grados, según detalló el equipo polaco.
¿Qué encontraron?
Entre los restos se hallaron equipos de radio, una linterna, bastones de esquí, un reloj de pulsera Erguel con inscripciones, un cuchillo sueco Mora, bastones de esquí y una boquilla de pipa de ebonita, según informó el BAS.
Mediante pruebas de ADN lograron identificar al científico que falleció durante una expedición en la isla Rey Jorge para producir algunos de los primeros mapas de este lugar en gran parte inexplorado. Durante un viaje de reconocimiento, unas semanas después de su 25º cumpleaños, ocurrió lo inesperado.
La dramática tragedia en la que desapareció Dennis
En pleno invierno antártico, Dennis y un hombre llamado Jeff Stokes abandonaron la base para escalar y examinar un glaciar. La nieve era profunda y los perros empezaban a mostrar signos de cansancio. Dennis se adelantó solo para animarlos, pero no llevaba los esquís puestos. De repente, desapareció en una grieta, dejando un agujero tras él.
Según los relatos, Jeff Stokes gritó a las profundidades y Dennis pudo responder a gritos. Se agarró a una cuerda que bajaron. Los perros tiraron de la cuerda y Dennis quedó enganchado al borde del agujero.
Pero se había atado la cuerda al cinturón, quizá por el ángulo en el que se encontraba. Al llegar al borde, el cinturón se rompió y volvió a caer. Su amigo volvió a llamar, pero esta vez Dennis no respondió.
Una historia de reencuentro
Su hermano, David Bell de 86 años, hace tiempo había desistido de buscar a su hermano y hoy en día todavía parece abrumado por la noticia y repite lo agradecido que está con los científicos polacos.
"Estoy triste porque mis padres nunca pudieron presenciar este día", dijo a la BBC. David pronto visitará Inglaterra, donde él y su hermana, Valerie, planean finalmente dar descanso a Dennis.
"Es maravilloso; voy a conocer a mi hermano. Quizás digas que no deberíamos estar emocionados, pero lo estamos. Lo han encontrado; ya ha vuelto a casa", concluyó.








