Mensajeros de la Pacha, el periódico de los niños de Tafí del Valle: "Queremos que todos conozcan el problema que tenemos en la comunidad"

Un grupo de estudiantes se propuso entender por qué la tierra que habitan se encuentra en peligro y crearon un diario escolar digital que denuncia los efectos del extractivismo inmobiliario.

EN EL PELAO. Algunos de los alumnos de 6° año de la Escuela N°28 de Tafí del Valle con la docente. EN EL PELAO. Algunos de los alumnos de 6° año de la Escuela N°28 de Tafí del Valle con la docente. FOTO DE LA GACETA / BELÉN CASTELLANO

En 2024, un grupo de alumnos y alumnas de 5° año de la Escuela N°28 de Tafí del Valle inició un proyecto que transformó su manera de ver el lugar donde viven y culminó con la publicación de un periódico escolar. La docente Mercedes Fernández propuso una consigna simple: observar lo que pasaba en el entorno. Así nació una pregunta que lo cambió todo: ¿Qué es el extractivismo inmobiliario?

“Comenzamos a preguntar a los ciudadanos si conocían el término y nadie lo conocía”, cuenta la maestra. A partir de ese desconocimiento, el grupo se lanzó a investigar. En su recorrido se cruzaron con testimonios de los sabios de la comunidad indígena y vecinos que les dieron respuestas, pero también muchas más preguntas.

Un problema invisible

Fernández explica que el extractivismo inmobiliario es uno de los principales problemas ambientales de la región. Las grandes estancias, los loteos privados y la construcción de viviendas de veraneo avanzan sobre sitios ancestrales, cerros y márgenes de ríos. “Perjudican el equilibrio entre los cuatro elementos y borran la memoria de nuestros ancestros”, afirma.

La vicedirectora del Centro de Investigaciones Geográficas de la UNLP, Patricia Pintos, define el extractivismo urbano como “la utilización financiarizada del suelo con fines residenciales”, y lo equipara con actividades como la megaminería y el agronegocio. Los niños aprendieron que detrás de una casa nueva en la ladera de un cerro puede haber una historia de despojo y contaminación.

Los alumnos, acompañados por la maestra, realizaron entrevistas, encuestas, salidas de campo y experimentos para entender qué ocurre con el agua y la vida cuando el paisaje cambia. El trabajo fue destacado en la Feria de Ciencias Nacional y expuesto como periódico recientemente en la instancia zonal de este año.

DESDE LA ESCUELA AL PAÍS. El proyecto fue distinguido en la Feria de Ciencias Nacional y volvió a presentarse este año en la instancia zonal. DESDE LA ESCUELA AL PAÍS. El proyecto fue distinguido en la Feria de Ciencias Nacional y volvió a presentarse este año en la instancia zonal.

“Decidimos compartir los mensajes que nos transmite la Madre Tierra”, dice Daniel Mamaní de 11 años. “El año pasado creamos imagotipos para concientizar. Este año hicimos un periódico”. La escucha activa fue una parte central del proceso: los niños no solo estudiaron, sino que también preguntaron y se emocionaron con lo que descubrieron.

Tobías Gutiérrez recuerda con entusiasmo las salidas de campo al barrio Santa Rosa y al río El Churqui. “Hicimos un experimento con repollo morado para analizar el pH del agua. La muestra del río estaba muy contaminada”, cuenta. Franco Mamaní destaca el rol de los sabios que los acompañaron: “Nos ayudaron a entender la importancia de la naturaleza, personas como Marcos Pastrana, cuidador de la Tierra”.

Arian Cuello Vazquez resume el espíritu colectivo del trabajo: “Es un periódico de todos. Investigamos juntos, vimos cómo hay estancias y cosechas privadas que no dejan pasar a la gente por sitios ancestrales”. Maia Lara añade: “Las entrevistas y las salidas de campo fueron lo más importante. Hablamos con mi abuela, Mónica Méndez y Bartolina Casimiro”.

Identidad y territorio

A lo largo de la investigación, los niños descubrieron que los saberes ancestrales dialogan con la ciencia. Al observar el estado del agua y registrar datos, entendieron que los cambios en el paisaje afectan la vida cotidiana de las personas, de los animales, de las plantas. La información no quedaba solo en los cuadernos: se transformaba en conciencia.

“Esto no es algo que pasa lejos. Pasa en el barrio de los chicos, en los cerros que ven desde las ventanas del aula”, explica Fernández. El proyecto educativo puso en primer plano lo que queda al margen: las voces infantiles, las memorias de los pueblos originarios, el valor de una tierra que no puede medirse con dinero.

ENTREVISTAS. Los niños con uno de los sabios de la comunidad del pueblo diaguita. ENTREVISTAS. Los niños con uno de los sabios de la comunidad del pueblo diaguita.

El experimento del repollo morado: una prueba casera con resultados reveladores

En el río El Churqui, los estudiantes notaron restos de escombros que alteraban el paisaje natural. Entonces decidieron tomar muestras de agua y realizar un experimento: la prueba de la col morada, que permite conocer el pH del agua. Con ayuda de su maestra, hirvieron repollo morado para extraer antocianinas, pigmentos que cambian de color según la acidez o alcalinidad del líquido. El agua con escombros reaccionó de forma alcalina, lo que reveló una alta contaminación. “La gente que construye, tira los escombros al río”, explicaron los chicos.

Lo que dicen las encuestas: voces del territorio sobre un problema común

Para conocer qué pensaban sus vecinos, los estudiantes diseñaron una encuesta online que respondieron 120 personas. Las preguntas abordaban el estado del ambiente, la tierra y los derechos indígenas. Relevaron también el avance de las máquinas sobre el cauce del río La Puerta y la extracción de áridos. “Dos compañeros nuestros recibieron una orden de desalojo”, contaron. La encuesta confirmó lo que sospechaban: una gran mayoría desconocía el concepto de extractivismo inmobiliario como un problema para Tafí del Valle.

Para cuidar la Pachamama: ¿Qué contiene el diario digital de los chicos de Tafí del Valle?

Resignifica el acto de aprender, de escribir, de leer, y convierte al aula en un espacio donde la voz de la tierra se escucha a través de las infancias.

El periódico “Los Mensajeros de la Pacha” se presentó el 28 de julio en la Feria de Ciencias. Es un medio escolar digital, ambiental e intercultural. Fue diseñado para no utilizar papel y puede leerse en línea a través del canal institucional de la escuela en YouTube. La primera edición incluye el manifiesto de los Mensajeros, un imagotipo creado por un niño que recibió una notificación de desalojo y artículos que explican qué es el extractivismo inmobiliario.

Cómo nació el proyecto

“El territorio se expresa a través nuestro”, escribe la docente en su registro pedagógico. En su planificación, la docente propuso una metodología interdisciplinaria, con Lengua e Interculturalidad como ejes. “Al observar el estado del aire, el agua, el fuego y la tierra, detectamos desequilibrios causados por las actividades inmobiliarias”, explica.
Las observaciones en campo, la lectura de leyes ambientales, las entrevistas a referentes como Alejandro Álvarez (delegado de Base Malvinas), y la investigación en sitios como El Tolar o el río La Puerta permitieron sistematizar datos. “Cada salida era una prueba”, recuerda la maestra. “El territorio hablaba”.

EL PERIÓDICO. Una de las páginas del diario lanzado el 28 de julio. EL PERIÓDICO. Una de las páginas del diario lanzado el 28 de julio.

Escuela y comunidad

Los chicos y chicas del grado no sólo dialogaron con especialistas y funcionarios. También se acercaron a los saberes de su comunidad. Las entrevistas a los abuelos, como doña Bartolina y el contacto con la memoria viva de los sitios ancestrales dieron forma a una producción cargada de sentido. “Aprendieron que un territorio no es propiedad privada: es donde se entreteje la vida de un pueblo”, subraya Fernández.
En la primera edición, los Mensajeros incluyeron además referencias a sus guías y referentes, como Pastrana. “La tierra tiene valor para la biodiversidad, no para el mercado”, dice uno de los artículos. Esta afirmación, transmitida por los sabios y elaborada por los niños, resume uno de los aprendizajes centrales del proceso pedagógico.
El periódico es sólo una de las formas que adoptó el proyecto. Los contenidos nacen de un enfoque que articula ciencias sociales, naturales, matemáticas, artística y tecnologías diversas, y que coloca a la lengua como eje conector. El resultado es un trabajo colectivo, planificado desde febrero, que cruzó aulas y generaciones, con las voces de los niños como protagonistas.
“El aprendizaje se volvió necesario y real”, sostiene la maestra y agrega: “La amenaza de desalojo a dos familias del aula hizo que todo cobrara otro peso. La palabra ya no era sólo un contenido: era una herramienta para defender la vida, el territorio y el futuro”. El periódico es ahora también una ofrenda: un modo de agradecer a la Pachamama, y una forma de decir que aún hay quienes la escuchan.

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