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El Gran Premio de Hungría de Fórmula 1 dejó a la escudería Alpine con un sabor amargo. El propio equipo, a través de sus redes sociales, lo calificó como “una carrera para olvidar”, en lo que fue una jornada decepcionante de principio a fin. Franco Colapinto, piloto del equipo, coincidió con ese diagnóstico: definió su actuación como “un desastre”, marcada por errores en la largada y problemas en los pit stops. La frustración se hizo sentir dentro del equipo y también en su entorno, con críticas veladas que llegaron desde el mánager del piloto argentino Jamie Campbell-Walter, aunque luego fueron eliminadas de sus redes sociales.
En ese contexto de malestar generalizado, la voz que no podía faltar era la del mandamás de Alpine: Flavio Briatore. El italiano, jefe de equipo y principal asesor, no eludió responsabilidades. “Fue un resultado final decepcionante y un fin de semana difícil en general para el equipo”, declaró. Más aún, remarcó que la carrera de Hungaroring dejó en evidencia “las debilidades de nuestro coche”.
El balance que hizo Briatore sobre la temporada no fue menos crítico: “Ha sido una temporada difícil hasta ahora”, reconoció. Con 14 fechas disputadas y con solo 20 unidades, Alpine se mantiene en el último lugar del Campeonato de Constructores.
De cara al futuro inmediato, el objetivo del equipo es “intentar mejorar nuestra situación actual”, aunque el propio Briatore admitió que se trata de “un gran reto”. Sin embargo, el foco ya está puesto más allá de 2025. “Toda nuestra atención se centra en 2026 y en aprovechar la oportunidad que ofrece la nueva normativa”, explicó. También destacó que el equipo de Enstone, donde se desarrolla el proyecto, está avanzando positivamente.
Por último, Briatore envió un mensaje claro a todo el equipo: “Espero que todos regresen del parón veraniego con mucha determinación y espíritu de lucha, dándolo todo para terminar la temporada lo mejor posible y asegurarnos de estar listos para 2026”. Con esa consigna, busca no solo salvar la imagen en lo que queda del año, sino también encender una esperanza de resurgimiento a futuro.







