EL DILEMA ARGENTINO. ¿Apostar al dólar o a las colocaciones en pesos?
El dólar no para de subir y ayer volvió a reajustarse en $ 55 para cerrar a $ 1.380 en las pantallas del Banco Nación, un nuevo máximo histórico. En el mercado informal, el “blue” se negoció también al alza, en $ 1.335 por unidad. Esta dinámica de la divisa estadounidense se dio en el mismo día en que el Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó la revisión técnica del acuerdo con la Argentina, por lo que se prevé el inminente desembolso de unos U$S 2.000 millones. Así lo indicó el organismo en un comunicado, donde afirma que marcó “un hito inicial importante” en el marco del programa.
“Si bien no se alcanzó la meta cuantitativa de mediados de junio para la acumulación de reservas internacionales netas (RIN), se cumplieron otros criterios clave de desempeño y objetivos indicativos, y se implementaron medidas correctivas para acercar las reservas a la meta de RIN. El Directorio Ejecutivo celebró el compromiso de las autoridades de implementar políticas coherentes con los objetivos del programa”. Así, la Argentina recibirá un desembolso inmediato de DEG 1.529 millones (unos U$S 2.000 millones), lo que eleva el total de desembolsos en virtud del acuerdo a DEG 10.729 millones (aproximadamente U$S 14.000 millones). Asimismo, las autoridades del organismo insistieron con conseguir la consolidación fiscal respaldada por reformas tributarias. “Siguen siendo importantes los esfuerzos para garantizar la financiación completa de cualquier nueva iniciativa fiscal o de gasto. Las condiciones monetarias restrictivas deberían seguir impulsando la desinflación y el proceso de remonetización en curso”, enfatizó la titular del FMI, Kristalina Georgieva. Esa remesa es clave para robustecer las reservas internacionales del Banco Central que ayer cerraron el séptimo mes del año en U$S 38.864 millones.
Durante julio, el dólar oficial subió $ 165 y terminó el mes cerca del techo de las bandas de flotación. Así, el tipo de cambio minorista en el Banco Nación (BNA) cerró en $ 1.380 y tuvo un incremento de 13,58%. Por su parte, el dólar mayorista operó a $ 1.374.
En tanto, el informal saltó el mes pasado $ 120 y cerró a $ 1.335. En los primeros días del mes pasado, la divisa paralela operaba cerca de los $ 1.230. Pero con una mayor demanda de divisas y las dudas sobre el equilibrio cambiario actual, avanzó hasta tocar valores de mediados de abril. “El Banco Central tiene las herramientas para que la suba del dólar no impacte en los precios”, afirmó anoche el ministro de Economía, Luis Caputo. Atribuyó el incremento del valor de la divisa estadounidense al “riesgo kuka”, por lo cual “algunos deciden cubrirse”. “Si empiezan a remarcar por la suba del tipo de cambio, van a vender menos, como ya sucedió”, expresó en su participación en el canal de streaming Carajo, cuando se le consultó sobre el impacto en los precios al consumidor. Respecto de la decisiónn del FMI, Caputo dijo que el dato más importante es que se cambia el sendero de acumulación de reservas y eso “va a ser bien recibido por el mercado” porque dará mayor estabilidad al dólar.
Desde hace un par de semanas el dólar ganó terreno. Varios factores explican el rebote de la cotización. Desde desequilibrios monetarios autoinducidos, al desarmar las Letras Fiscales de Liquidez (LEFI), que significaron una catarata de pesos que deprimiendo las tasas, hasta que el Banco Central decidió apagar el incendio subiéndolas a valores muy altos, el permanente debate por el atraso del dólar y por supuesto, el clima electoral que hace crecer la incertidumbre y el dólar es el refugio, afirma a LA GACETA el economista Eduardo Robinson.
Desde el 14 de abril pasado rige un esquema de bandas en las que el tipo de cambio flota. Es decir, oferta y demanda. Sin embargo, acota el consultor, el Central, interviene vendiendo en la cotización de futuro con el objetivo de desalentar expectativas de devaluación. “Por ahora lo va logrando. Los reacomodamientos del dólar siempre implican luces amarillas, por el probable traslado a precios. Sin embargo, hay dos aspectos que pueden influir para que eso no ocurra. La apertura económica que en ciertos rubros pone un techo a los precios internos y el regreso del apretón monetario con suba de tasas”, alerta el economista. En este contexto, la pregunta es: ¿dólar o colocaciones en pesos? “Diversificar, como siempre es lo ideal”, sugiere. Si bien hay cierto recalentamiento en el mercado cambiario, los fundamentals macro, no llevan a un descontrol cambiario y el gobierno priorizara contener la inflación aunque se resienta algo la actividad económica. Por lo tanto, un sendero de premio al peso se impone por una suba más significativa del tipo de cambio. “La pulseada está nuevamente planteada. Pero, todo indica que por ahora la tasa corre con alguna ventaja”, observa Robinson.
La Bolsa: dispar reacción en bonos y acciones
En medio de la tensión cambiaria y política, los mercados locales e internacionales mostraron señales divididas. El índice Merval anotó ayer su séptima rueda consecutiva en alza, con una suba del 0,5%, y marcó su mejor racha desde principios de mayo. Sin embargo, los bonos en dólares y las acciones argentinas que cotizan en Wall Street operaron con fuertes retrocesos, que llegaron hasta un 6%, en el caso de los papeles de Tenaris y de Globant. Esta divergencia entre la plaza local y los ADRs reflejó la cautela externa frente al riesgo argentino.
Aranceles: ¿cuánto se aplicará para el caso argentino?
Estados Unidos comunicó que aplicará su plan de aranceles recíprocos y la Argentina mantuvo las alícuotas que habían sido anunciadas meses atrás. Así, el país deberá pagar un 10% sobre sus exportaciones. La Argentina no figura en el listado de países mencionados por la administración de Donald Trump que sufrirán gravámenes superiores al 10%. Según anunció la Casa Blanca, “las mercancías de cualquier socio comercial extranjero que no figure” en esa lista “estarán sujetas a un arancel ad valorem adicional del 10%, de conformidad con los términos de la Orden Ejecutiva 14257”.
Industria: inquietud por la caída del nivel de empleos
El presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Martín Rappallini advirtió que la industria pierde entre 1.000 y 1.500 puestos de trabajo por mes desde marzo, en un escenario marcado por la caída del consumo interno, la baja en la actividad y la falta de reformas que mejoren la competitividad. Según explicó, el impacto es heterogéneo: mientras algunos rubros como el automotor, la minería, el petróleo, las motos o determinados segmentos de línea blanca logran sostenerse, otros exhiben retrocesos significativos.








