Cardiólogos alertan sobre una rutina nocturna que puede aumentar la presión arterial

Estudios recientes advierten sobre prácticas comunes que, lejos de relajar, podrían afectar la salud cardiovascular.

Cardiólogos alertan sobre una rutina nocturna que puede aumentar la presión arterial
02 Agosto 2025

Diversas investigaciones médicas en Estados Unidos encendieron una señal de alerta sobre ciertos hábitos nocturnos adoptados para aliviar el estrés, que podrían tener un impacto negativo en la presión arterial. Un estudio realizado por expertos en salud pública y cardiología analizó cómo la percepción del agobio y las estrategias personales para enfrentarlo pueden incidir en la salud a largo plazo.

El estrés —sea laboral, personal o social— ha sido vinculado con distintas afecciones físicas, entre ellas, la presión arterial, una de las más sensibles a estos estímulos.

Según la investigación citada, cuando una persona interpreta el estrés como un factor perjudicial para su salud, se incrementa el riesgo de sufrir complicaciones. De hecho, los datos relevados entre adultos estadounidenses revelaron que quienes perciben altos niveles de agobio y consideran que esto les afecta físicamente tienen mayor propensión a desarrollar enfermedades e incluso a una muerte prematura.

El estudio advierte que no solo importa cuán estresado se esté, sino también cómo se interpreta esa tensión. La combinación de altos niveles de estrés con una percepción negativa sobre sus consecuencias se asocia con un incremento del 43% en el riesgo de muerte prematura.

¿Relajarse con una copa ayuda o perjudica?

Uno de los mecanismos más frecuentes que se utilizan para "bajar revoluciones" al final del día es el consumo de alcohol. Si bien puede generar una sensación de relajación inmediata, los cardiólogos advierten que sus efectos a nivel cardiovascular podrían ser contraproducentes.

“El consumo excesivo de vino o alcohol no tiene ningún beneficio para la salud cardíaca”, afirmó el Dr. Paul Drury, cardiólogo en California, en diálogo con Parade, consignó La Nación. 

Aunque algunos estudios atribuyen propiedades antioxidantes al vino, el contenido de alcohol puede anular estos beneficios. En ese sentido, Drury recomienda consumir frutas como uvas o arándanos para obtener antioxidantes sin los efectos negativos del alcohol.

Desde un enfoque fisiológico, el alcohol actúa como vasodilatador temporal, lo que genera una baja momentánea en la presión arterial. Sin embargo, este efecto desaparece rápidamente y se activa una respuesta del sistema nervioso simpático que provoca un aumento posterior en los niveles de presión.

Este efecto rebote, si se repite de manera habitual, puede derivar en hipertensión sostenida. Así lo explican también otros especialistas:

“La baja presión arterial, tras consumir alcohol, se debe, en parte, a que este reduce el estrés y aumenta la relajación”, explicó el Dr. Joshua Weisbrot, cardiólogo del Atlantic Health System.

“Esto se debe en parte a su efecto sobre las vías del óxido nítrico y a su efecto sedante sobre el sistema nervioso central”, añadió Lindsay Malone, dietista clínica e instructora en la Universidad Case Western Reserve.

El impacto del consumo habitual de alcohol

Una revisión exhaustiva de estudios médicos publicada hasta febrero de 2024 recopiló datos de 23 investigaciones independientes. Usando técnicas estadísticas avanzadas, se estableció una asociación clara entre el consumo constante de alcohol y la hipertensión.

Los resultados indicaron que a partir de los 12 gramos diarios de alcohol (equivalentes a una bebida), el riesgo de desarrollar presión alta aumenta progresivamente. En hombres, la relación es constante; en mujeres, se manifiesta desde el mismo umbral, aunque con efectos más intensos en niveles mayores de consumo.

Los investigadores subrayan la necesidad de limitar o evitar el alcohol, incluso en cantidades moderadas, si se busca prevenir afecciones cardiovasculares. El riesgo se vuelve más significativo entre quienes beben todos los días.

Opciones saludables para relajarse antes de dormir

Ante este panorama, los especialistas recomiendan adoptar estrategias más saludables para liberar el estrés nocturno. Actividades físicas ligeras como caminar, practicar yoga o hacer estiramientos suaves pueden ser grandes aliadas para reducir la tensión acumulada

Para quienes buscan opciones más tranquilas, se sugiere leer, pintar, armar rompecabezas o incluso preparar un cóctel sin alcohol o un té relajante como parte de una rutina saludable. “Hay maneras mucho mejores y más cardiosaludables de relajarse que consumir alcohol”, concluyó el Dr. Drury.

Incorporar estas alternativas no solo mejora la calidad del descanso, sino que también contribuye a proteger la salud del corazón a largo plazo.

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