EN TUCUMÁN. Steinberg trabaja con la escuela secundaria.
Cora Steinberg trabaja en Unicef desde 2016 y apoya a las escuelas más vulnerables de Tucumán desde 2018, tarea que implica afrontar nuevos desafíos, entre ellos el debate de cómo incluir la tecnología -en especial el celular y la inteligencia artificial- en las aulas. “La IA y el celular ya están incorporados en la vida de los chicos. No los pondría en un lugar de prohibición, sino más bien de regulación”, destaca.
Durante su visita a Tucumán, Steinberg acompañó a la ministra de Educación, Susana Montaldo, en la presentación del plan “Juntos de Nuevo: tu educación, tu futuro”. El programa prevé la recuperación y el acompañamiento de los alumnos que por diversas razones dejaron el sistema educativo.
Sucede que a casi dos décadas de la aplicación de la Ley de Educación Nacional que estableció como obligatoria la escuela secundaria en el país, el 7% de los adolescentes está fuera del sistema. Fue uno de los temas que tocó la especialista durante la entrevista.
-¿Cuál ha sido el resultado del trabajo en Tucumán y el resto del país a lo largo de estos años?
- La obligatoriedad del secundario se da a partir de 2006, con la Ley de Educación Nacional, y desde entonces ha habido un incremento muy significativo de inclusión de alumnos, según los indicadores educativos tanto del sistema como del censo. La tasa de escolarización de los adolescentes ha aumentado considerablemente, sobre todo en los sectores en contexto de mayor vulnerabilidad, que eran los que no estaban en la escuela, los que abandonaban o interrumpían su escolaridad. Ahora no solo acceden al nivel secundario sino avanzan al ciclo orientado. Y esto es el resultado de muchas políticas que pusieron el foco en asegurar la inclusión, tanto a través de becas como de políticas sociales, como la Asignación Universal por Hijo hasta los 17 años, becas educativas, boleto estudiantil, y muchas estrategias y políticas que aseguran mejores condiciones. Por otro lado está la mejora del modelo pedagógico, pero hay que seguir profundizando en el cambio para que sea relevante la escuela para la vida de los chicos y las chicas.
- ¿Por qué dejan la escuela los chicos?
- Durante 2019-2020 Unicef hizo un estudio junto con el Gobierno nacional que se llamó “MICS de condiciones de vida”. Demostró que hay factores sociales y económicos vinculados a la necesidad de salir a trabajar de manera temprana y situaciones familiares que hacen que los chicos necesiten ocupar su tiempo en tareas de cuidado de otros chicos. También hay adolescentes que son padres y la escuela no es compatible con esta actividad. Y hay también un porcentaje muy importante de chicos y chicas que dicen: “la escuela no es para mí, no me interesa, no me sirve”.
- ¿Quiénes son estos últimos?
- Nos referimos a alumnos que no pueden sobrellevar una escuela tradicional, enciclopedista, con 12 o 13 materias por año, donde los chicos tienen que abordar una propuesta curricular muy fragmentada por distintas disciplinas. Cuestiones que hoy en día no encuentran sentido en un mundo donde ya los chicos y chicas viven atravesados por las tecnologías.
- ¿Qué deben hacer las escuelas en relación a incorporar o no el celular y la IA?
- Un estudio reciente de Unicef señala que el 95% de los chicos de 9 a 17 años tiene un celular con conectividad. Un profesor de Alderetes me contaba que en el ámbito rural los estudiantes están aplicando IA. Esto ya está en nuestras escuelas y nosotros todavía no hemos logrado transformarla en nuevas habilidades, no digo digitales, sino de convivencia en el entorno digital. Habilidades de pensamiento crítico para evaluar qué información de la que circula en el mundo digital es valiosa y qué me sirve, por ejemplo cómo reconocer una fake new (noticia falsa).
-¿Qué aspectos de la tecnología se podrían enseñar?
- La encuesta que comentaba señala que más del 60% de los adolescentes mira todos los días en redes contenidos vinculados al cuerpo, a cómo estar más flaco, o a cómo hacer más dinero. Esto nos demuestra que los chicos y chicas están muy expuestos, porque los algoritmos acrecientan este consumo. Es muy importante que sea la escuela donde se aprendan procesos de autorregulación, prácticas de desconexión. Y también hablar de lo que ellos ven en las redes, de qué significados tienen, y ponerlos sobre la mesa para hacer un análisis crítico.
- ¿Cómo se incorporaría la IA en la escuela?
- El 58% de los chicos admite que usa IA y dos de cada tres, para temas escolares. Claramente necesitamos acompañar a los profesores en una actualización, para que puedan conocer ellos estas herramientas, cómo manejarse y llevarlas al aula, pero sobre todo cómo hacer un uso crítico, no para copiar y pegar ni obtener una respuesta perfecta, sino para hacer un ejercicio crítico: analizar qué me propone la IA, ver si tiene una situación de sesgo, qué referencias está considerando, si deja fuentes de lado, cómo le pregunto a la IA. Todo esto tiene que ser parte de las herramientas del profesor, pero primero tiene que conocerlas, y desde la formación profesional.
- Además es importante para la salud mental de los chicos aprender a manejar la IA...
- En la encuesta nacional que hicimos en Unicef junto con Unesco hace unos meses, “Kids on line”(niños y niñas conectados), se muestra que el 48% de los chicos de 9 a 17 años reconoce un uso problemático con las tecnologías; es decir, sienten que no pueden dejar el celular ni las redes. Además el 27% de chicos y chicas miran contenidos sensibles. Si una niña, aunque sea por curiosidad, mira cómo autolesionarse o cometer suicidio, luego el algoritmo le envía más de ese tipo de contenido y eso termina impactando en su autoestima. Como dato alentador, se ha demostrado que cuando padres, docentes y adultos cercanos acompañan a los chicos en el uso de las tecnologías disminuye el riesgo.
- Hay algunos Estados que han prohibido el celular en las aulas. ¿Qué opina?
- Hay provincias que han avanzado en normativas restrictivas con respecto al uso del celular en las aulas. Pero Sonia Livingstone, que es una especialista global consejera de la Unión Europea, hizo una observación en la comisión de los derechos del niño donde se especifican algunas orientaciones para asegurar los derechos de las niñas y niñas en el entorno digital. Ella señala que los caminos de restricción son siempre cortos. Un ministro de Mendoza nos contaba que la provincia prohibió el uso de celulares en el aula y que eso no funcionó. Es como sacar la pelota afuera. O sea, en el mundo actual es muy difícil pensar que algo restrictivo, de arriba hacia abajo, va a quedar absolutamente afuera, sobre todo en niños y adolescentes.
- ¿La clave entonces es no prohibir?
-¿Por qué no pensar en enseñar prácticas de desconexión? Poner en práctica competencias muy básicas como la autorregulación, la autonomía progresiva para que los chicos desarrollen su capacidad de entender cuándo es útil una herramienta o una respuesta. Pensar estratégicamente en una escuela que se integra al mundo contemporáneo y donde estos temas entren en las aulas de manera estratégica, atentos al grupo y a la edad.









