RESIGNADO. Colapinto pudo hacer poco en la Sprint con las modificaciones y los neumáticos blandos.
A esta altura de la participación en la F-1 de Franco Colapinto hay certezas sobre su presente, y también dudas. Entre estas últimas, está determinar cuáles son las diferencias entre el Alpine que él maneja y el de su compañero francés Pierre Gasly, que aparece como superior en cuanto a rendimiento. Y esto dispara otra pregunta: ¿ese es el motivo por el cual uno suma puntos y el otro no? Pero hay más: ¿la diferencia está en los autos, en el chasis, en la calidad conductiva, en la experiencia o en qué?
Lucas Mohamed es quizás uno de los mayores referentes que dieron los motores tucumanos de pista en los últimos tiempos. El piloto, hoy dedicado a la preparación, ofreció respuestas sobre estas cuestiones que atañen a Colapinto, a partir de su experiencia.
—¿Por qué los autos de Alpine no están funcionando igual?
—Primero, por la misma construcción del auto. En la Fórmula 1 hay equipos que son fábricas que trabajan, por ejemplo, en la elaboración de un motor. Este se hace igual, con control numérico, con todos los mismos materiales, con las mismas piezas, todo igual. Pero en el banco de pruebas, cuando van a desarrollarlo y a ponerlo a punto, por más que se lo haga igual, hay uno que siempre anda más que otro. En el ambiente del automovilismo a eso le dicen “tener un auto bien parido”. Luego vienen los desarrollos, y las operaciones para tratar de superar el mejor motor que uno logra, o sea trabajar sobre el segundo. Por eso los miembros de una escudería trabajan prácticamente sobre dos autos, dos o más. Porque siempre se trabaja en equipo, en conjunto. De la misma manera pasa con el chasis, se usan los mismos materiales, pero hay uno que dobla más que otro. Esa es la lógica, es lo real. Es en la pista donde se trabaja y se analiza por qué uno es mejor que otro. En el caso de mi equipo, toda la vida hemos trabajado siempre con el motor que no anda, para desarrollarlo, mejorarlo. Al que anda no se lo toca. Con ese uno compite.
—Motor y chasis son clave. ¿Y qué hay del presupuesto?
—Todos nos hemos entusiasmado al ver a Franco andar bien cuando comenzó a correr en Williams. Y hoy quizás nos desilusionamos porque no supera el puesto 15. Pero esa es la posición que corresponde, por el nivel de auto que tiene y por el presupuesto que maneja. Si él tuviera otro, si el equipo lo tuviese, estoy seguro que va a cambiar rotundamente el resultado. Con el dinero hay mejores motores, potencias y chasis. Él, como piloto, tiene tan buen nivel como todos los demás de la grilla. No hay un súper hombre en la Fórmula 1.
—Pero ¿no importa tanto entonces qué puede aportar el piloto para estar más adelante?
—Todo importa. Estamos hablando de carreras de autos. A mí me pasó hace algunos días que estaba hablando con una chica que debutó en el kartódromo de El Timbó, ella me preguntó cómo podía mejorar. Y yo le dije que lo primero que tenía que hacer es saber leer el auto con el que compite y poder tener un buen equipo de mecánicos, a quienes transmitir lo que se siente. Por más telemetría que haya, por más tecnología que tenga el coche, para hacer una buena vuelta, para ser veloz, hay que sentirse cómodo con el auto. Es él el que debe ponerse acorde a las maniobras que uno hace, a la forma de manejo. Eso es algo de lo cual frecuentemente habla Colapinto, que dice no estar cómodo con el Alpine. No hay piloto en la Fórmula 1 que sea malo. Sí hay corredores que sufren con la preparación del auto, o con el presupuesto. Esas cosas lo condicionan mucho. En la interna de la categoría todos saben quiénes son los cinco que van a pelear por los primeros lugares. Entre ellos uno puede superar a otro. Y lo mismo pasa con los equipos. Salvo que aparezca un factor externo, como un accidente o la condición de la pista por lluvia, frío o calor. Ahí sí es dable que una escudería logre un puesto de los de adelante, como pasó con Nico Hülkenberg en Silvestone con un Sauber. Pero cosas así pasan en una fecha, no es algo constante.
—¿Incide la falta de experiencia de Colapinto sobre un auto como el Alpine, a la par de su compañero que ya suma en el equipo más de 50 grandes premios?
—Incide muchísimo. La experiencia sirve siempre. También la preparación del piloto. Franco es un chico que está preparado, viene de una previa importante en las categorías en las que ha corrido anteriormente. Hoy está en la Fórmula 1 y uno le exige más de lo que el auto o la escudería le puede dar. Y está claro que no puede dar más. Es más, todos los accidentes, los golpes al auto que tuvo con anterioridad se dan porque él quiere pasarse de los límites que le da la máquina. El auto le da los límites.
—¿Qué pasaría si hoy lo subieran a Colapinto a un McLaren? ¿Andaría igual o mejor?
—Se tendría que adaptar primero. Este es un punto que me parece importantísimo. Son tan distintos los autos de la Fórmula 1 que, por ejemplo, un McLaren tiene un desarrollo que no tiene el Alpine, que está en un proceso de no inversión, por lo menos hasta el año que viene. Para dar un ejemplo cotidiano, si alguien se sube hoy a una moto de 50 centímetros cúbicos y al otro día a una de 200cc, va a demorar un poquito en encontrar el límite.
—¿Eso es lo que le está pasando por ejemplo al japonés Yuki Tsunoda, que pasó del equipo B de Red Bull al titular y no le ha ido bien?
—Sí, le falta adaptación, no es que sea mal piloto. Aparte, la Fórmula 1 es como un equipo de fútbol, tienen que coincidir todos sus integrantes: el corredor, los mecánicos, los ingenieros. Todos tienen que estar en sintonía. Juan Manuel Fangio dijo en su momento que el piloto gana cuando el mecánico quiere que gane. Cuando hablamos hoy de mecánico, hablamos de todo el equipo, de todo el entorno. En eso de la adaptación, recuerdo por ejemplo lo que le costó a Michael Schumacher adaptarse al manejo de una Ferrari, porque ese auto era muy distinto al que él venía manejando.
—¿Cómo se explica, por ejemplo, que Colapinto el año pasado con pocas carreras en Williams haya llegado a lograr puntos y hoy con una cantidad similar de competencias no lo esté logrando?
—Y, porque evidentemente Williams estaba ya en otra etapa del desarrollo de su auto, lo está demostrando este año.
—Según tu experiencia, independiente de todo esto que dijiste sobre el presupuesto y la cuestión simbiótica entre el auto, el equipo y el piloto, ¿qué tiene que pasar o qué proceso tiene que vivir Colapinto para aspirar a estar un poquito más adelante?
—Tiene que correr muchas más carreras para que él finalmente encuentre ese punto de confianza. Pienso que lo que viene haciendo es perfecto. Además, tiene el apoyo de la Argentina, tiene la popularidad, tiene la atención de la Fórmula 1, que sabe que él suma mucho y que se está ganando un buen lugar. Creo que no falta mucho para que Franco tenga una buena performance en la categoría y, tal vez, aspirar a correr en un equipo competitivo.







