El último round: "Tigresa" Acuña despidió a "Locomotora" Oliveras entre lagrimas y gratitud

Años de rivalidad y una pelea histórica en el Luna Park marcaron su vínculo. Pero el reencuentro llegó a tiempo, y la despedida fue con amor y buenos recuerdos.

ETERNAS RIVALES. Luego de la histórica pelea en 2008, Tigresa y Locomotora pasaron años distanciadas. ETERNAS RIVALES. Luego de la histórica pelea en 2008, "Tigresa" y "Locomotora" pasaron años distanciadas.
29 Julio 2025

Una sola pelea bastó para convertirlas en leyenda. Marcela “Tigresa” Acuña y Alejandra “Locomotora” Oliveras compartieron ring una vez, en 2008, pero lo que construyeron en ese Luna Park desbordado fue historia. Y este lunes, esa historia quedó herida para siempre.

La muerte de Oliveras, a los 47 años, sacudió al boxeo argentino. Tras dos semanas internada en Santa Fe por un ACV isquémico, “Locomotora” no resistió. Y entre tantos mensajes de despedida, uno fue imposible de ignorar: el de Acuña, su rival de toda la vida.

“Era pura luz, energía. Se ganó su lugar en el boxeo a puras piñas, como ella misma decía. Siempre fue transparente, no le importaba nada”, dijo "Tigresa", conmovida. Las lágrimas no tardaron en aparecer. Tampoco el repaso de una historia compartida que no siempre fue sencilla.

“Fuimos las únicas que unificamos títulos mundiales en la Argentina, la AMB y el Consejo Mundial. Llenamos el Luna Park, dejamos gente afuera. Se habló antes, durante y después. Creo que desde ese momento nos transformamos en dos íconos del deporte argentino”, rememoró sobre aquella pelea que terminó con su triunfo por puntos y que, con el tiempo, derivó en años de distanciamiento.

La rivalidad, admitió Acuña, también se vivió fuera del ring. Pero en octubre de 2024, después de más de 15 años, se reencontraron. “Simplemente nos miramos, nos abrazamos, nos dimos un beso y nos reímos. Dijimos: ‘estamos viejas para estas pelotudeces (sic), demos vuelta la página’”. La reconciliación fue genuina. Y llegó a tiempo.

“Gracias a Dios reconstruimos nuestra relación. Me hubiese sentido muy culpable si no lo hubiésemos logrado. No me quedó nada por decirle”, repitió con alivio.

Acuña también recordó la potencia de Oliveras como rival: “Tuve que armar una estrategia distinta porque yo también iba al frente como ella. Cuando logré tirarla en el quinto round cambió la pelea, pero siempre se la respetó por su fortaleza”.

Más allá del ring, compartían otro sueño: un proyecto audiovisual. “Ella quería que hagamos una serie juntas. Íbamos por el mismo camino: ella filmaba 'En el barro', y yo 'La mujer de la fila', con Natalia Oreiro”, contó. Esa serie quedó pendiente.

Durante una entrevista, Acuña se quebró al recordar a su colega. “Era una guerrera, una locomotora, se llevaba el mundo por delante. Me emociona escucharla, y más ahora que ya no va a poder hacer sus videos. La gente no la va a poder escuchar”, lamentó.

“No éramos amigas íntimas, pero compartíamos valores. Siempre decía lo que pensaba. Y eso, en este mundo, vale muchísimo”, señaló.

En medio del dolor, hubo lugar para una frase que caló hondo: “Ella sabía que no iba a estar mucho tiempo, siempre decía que uno se podía ir en un sueño. Y así se fue”.

Según contó, en las últimas dos semanas recibió decenas de mensajes de personas que le agradecían a Oliveras por haberles cambiado la vida con sus videos. “Nos deja un vacío. Vamos a extrañar sus frases motivacionales”, expresó.

"Tigresa" también puso en valor el legado que construyeron juntas. “Logramos que no demonizaran al boxeo femenino. Las chicas que hoy arrancan no sufren lo que nosotras vivimos. Borramos esa discriminación a fuerza de perseverancia”, destacó.

Ahora, sin su rival, su colega, su par, Acuña se queda con el consuelo de haber podido sanar la herida a tiempo. Y con una certeza que compartió en el cierre de su despedida: “Íbamos por el mismo camino y hoy me toca decirle adiós. Pero su energía sigue presente en cada uno de nosotros”.

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