AIRE. Aviones jordanos y emiratíes lanzaron paquetes con alimentos sobre una devastada Gaza.
NUEVA YORK, Estados Unidos.- La conferencia de alto nivel en la sede de la Organización de las Naciones Unidas, para discutir una “solución de dos Estados” constituye un nuevo intento para encontrar la manera de poner fin al conflicto palestino-israelí.
Convocada por la Asamblea General de la ONU y presidida por Francia y Arabia Saudita, el encuentro ministerial en Nueva York se desarrollará por cuatro días. Responde a una Resolución de la Asamblea General en 2024. Antes del evento, ambas naciones declararon que el consenso internacional sobre la solución de dos Estados “goza todavía de un apoyo casi universal” y que es “claramente la única manera de satisfacer las aspiraciones legítimas, de conformidad con el derecho internacional, tanto de israelíes como de palestinos... y crear las condiciones para la paz y la estabilidad regionales”.
“No es una conferencia de paz”, dijo Bob Rae, embajador de Canadá ante las Naciones Unidas, antes del evento, encomendado por la Asamblea General, en el que su país desempeñará un papel destacado. “Es una forma de intentar mantener el debate y superar los puntos conflictivos para llegar a las soluciones. Esperamos que se escuche y que se aprenda de lo que oigamos”.
La cautela de Rae refleja los altos niveles de incertidumbre y preocupación que rodean la solución de dos Estados. Ninguna de las dos partes en el conflicto participa.
Tampoco se espera que lo haga Estados Unidos, principal aliado de Israel. Sin embargo, en una rara admisión de lo que ocurre en Gaza, Donald Trump dijo que hay señales de “verdadera hambre” en el territorio palestino y anunció que Estados Unidos creará centros de distribución de alimentos.
Convivencia en paz
La idea de establecer una nación para las poblaciones judía y palestina, que convivan en paz, es anterior a la fundación de la ONU en 1945. Redactado y reformulado desde entonces, el concepto aparece en docenas de resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, en múltiples conversaciones de paz y en el décimo periodo extraordinario de sesiones de emergencia de la Asamblea General, reanudado recientemente.
En 1947, Gran Bretaña renunció al mandato sobre Palestina y llevó la “Cuestión Palestina” a las Naciones Unidas, que aceptaron la responsabilidad de encontrar una solución justa. Las Naciones Unidas propusieron la partición de Palestina en dos Estados independientes, uno árabe palestino y otro judío, con una Jerusalén internacionalizada.
En 1991 se convocó una Conferencia de Paz en Madrid para lograr una solución pacífica mediante negociaciones directas en dos vías: entre Israel y los Estados árabes, y entre Israel y los palestinos. En 1993, el primer ministro israelí, Yitzhak Rabin, y el presidente de la Organización para la Liberación de Palestina, Yasser Arafat, firmaron los Acuerdos de Oslo, que definieron bases para un autogobierno provisional palestino en Cisjordania y Gaza.
Los Acuerdos de Oslo aplazaron ciertas cuestiones hasta las posteriores negociaciones sobre el estatus permanente, que se celebraron en 2000 en Camp David y en 2001 en Taba, pero resultaron inconclusas.
Tres décadas después, la postura de las Naciones Unidas sigue siendo la de apoyar a palestinos e israelíes para resolver el conflicto y poner fin a la ocupación, de conformidad con el derecho internacional y los acuerdos bilaterales, para alcanzar “la visión de dos Estados -Israel y un Estado palestino independiente, democrático, contiguo, viable y soberano- que convivan en paz y seguridad dentro de fronteras seguras y reconocidas, sobre la base de las fronteras anteriores a 1967, con Jerusalén como capital de ambos Estados”, manifiesta la organización.
También es la postura que manifestó Francia, una de las potencias convocantes del encuentro. “No hay alternativa” a la creación de dos Estados, israelí y palestino, declaró el ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Noël Barrot. “Solo una solución política de dos Estados permite responder a las legítimas aspiraciones de israelíes y palestinos de vivir en paz y seguridad”.
Para el canciller saudí, príncipe Faisal bin Farhan, “un Estado palestino independiente es la clave para la paz en la región” y condicionó la normalización de las relaciones con Israel al establecimiento de dicho Estado palestino.









