Aunque la noticia de tener que parar justo cuando comenzaba a destacarse en sus primeras apariciones con la camiseta de River le deja un sabor amargo, Maximiliano Salas celebra que la lesión no es tan grave como pensó en un primer momento. Por eso, alrededor de las 9.40 de este lunes, cuando llegó caminando con cierta soltura a la clínica en la que se realizó los estudios médicos, lo hizo con una sonrisa. “Todo bien. Bien, bien”, respondió brevemente, levantando el dedo pulgar.
Se confirmó que el delantero no podrá estar presente ni siquiera en el primer cruce frente a Libertad por los octavos de final de la Copa Libertadores (el 14 de agosto), pero la principal preocupación (una lesión ligamentaria de mayor gravedad) quedó descartada. Esa posibilidad había generado incertidumbre tanto en el cuerpo técnico como en los hinchas, especialmente luego de su salida temprana en el clásico contra San Lorenzo.
Los resultados de la resonancia magnética confirmaron el diagnóstico preliminar que se manejaba en el Monumental: Salas sufrió un esguince en el ligamento lateral interno de la rodilla izquierda. Mientras se espera el parte médico oficial que brinde mayores precisiones, ya se estima que la recuperación demandará unas tres semanas. Así, parece improbable que llegue al choque de ida en Asunción, programado para el jueves 14 de agosto, dentro de apenas 17 días.
El atacante, que llegó desde Racing durante el actual mercado de pases, también quedará descartado para el duelo de este sábado frente a San Martín, por los 16avos de la Copa Argentina, y para el partido contra Independiente por la cuarta jornada del Clausura.
A partir de ahora, los trabajos de kinesiología y la evolución que muestre marcarán los plazos reales para su regreso. En caso de no poder acortar los tiempos, también estaría en duda su presencia para el partido de vuelta frente a Libertad, dentro de 24 días. Aunque de lograr llegar, lo haría sin ritmo de competencia.
En ese contexto, la baja del correntino de 27 años representa un contratiempo importante para el esquema que imagina Gallardo, basado en una presión intensa, dinamismo y movilidad en ofensiva. Su reemplazo ante San Lorenzo, Miguel Borja, no logró replicar esas cualidades: el equipo perdió intensidad, movilidad y terminó recurriendo con frecuencia a centros para el colombiano, lo opuesto al plan futbolístico del “Muñeco”.
La buena noticia para River es que Sebastián Driussi está disponible. Si no surgen inconvenientes, formará parte de los concentrados para el duelo contra el "Santo", tras un mes y medio de inactividad por una lesión en el tobillo.
En River respiran aliviados porque el "fantasma" de una lesión más seria pasó cerca, pero no tocó a una de sus grandes apuestas en este mercado de pases.







