Foto de Diego Araoz/LA GACETA.
La derrota contra Gimnasia y Tiro no sólo profundizó la crisis futbolística. Fue también el punto de inflexión que llevó a Ariel Martos y a la dirigencia de San Martín a entender que la situación no daba para más. En una reunión realizada durante el mediodía de este domingo, ambas partes coincidieron en que lo más sano para el club y para el propio entrenador era cerrar el ciclo, justo en la semana previa al partido más trascendental del semestre: el cruce contra River por los 16avos de final de la Copa Argentina.
Según explicaron desde la comisión directiva, en la madrugada del sábado un grupo de hinchas causó destrozos en las afueras del estadio y atacó la vivienda de la madre de Martos, quien reside cerca de La Ciudadela.
Ese hecho, que impactó profundamente en el entrenador, terminó por convencerlo de que la situación no daba para más. "Ariel es hincha de San Martín y quiere lo mejor para el club. Pero la locura es inentendible. Por ese motivo vamos a ir a la Justicia, ya tenemos todos los datos de los vehículos en los que se movilizaban los agresores", le confirmó a LA GACETA un vocero de la CD.
Martos habló con los principales dirigentes y decidió dar un paso al costado, con el objetivo de descomprimir la situación.
Más allá de este grave episodio, lo cierto es que el vínculo ya estaba desgastado. San Martín sumó apenas cuatro de los últimos 15 puntos en juego, el equipo perdió la identidad de juego y los constantes cambios de nombres y esquemas alimentaban el desconcierto. El ciclo, que había comenzado con buenas expectativas, ya no encontraba impulso.
El recorrido de Martos al frente del primer equipo se había iniciado el 3 de enero cuando, tras evaluar distintos perfiles, la dirigencia le había confiado el cargo. Hasta entonces, luego de la abrupta salida de Diego Flores, se había desempeñado como DT interino. Su vínculo con el club, sus antecedentes en la estructura formativa y una propuesta coherente lo habían colocado al frente del proyecto.
Su historia en La Ciudadela tiene raíces profundas. Llegó de la mano de Omar Marchese, su mentor, cuando la dirigencia encabezada por Emilio Luque aprobó el plan de trabajo de los ex UTA para las divisiones inferiores. En el Federal A, Martos fue ayudante de Marchese, Arnaldo Sialle y Darío Tempesta, y tuvo su primer partido como entrenador en diciembre de 2014, cuando San Martín goleó 4-0 a Vélez de San Ramón por la Copa Argentina.
Ya en 2023, tras la salida de Iván Delfino, fue ayudante en el interinato de Alexis Ferrero, y luego colaboró con Pablo Frontini y el propio Flores. Además, tuvo participación en el departamento de scouting que fue clave en la construcción del actual plantel.
Cuando finalmente asumió el mando del equipo, lo vivió con una mezcla de emoción y responsabilidad. “Esto representa un anhelo y un sueño que tenía desde siempre, aunque parecía muy difícil de concretar. Creo que no hay antecedentes de algo similar, y que me haya tocado a mí es algo que me llena de orgullo. Te lo podría describir como una alegría inmensa”, declaró en su presentación.
Su campaña mostró puntos altos y bajos. San Martín nunca bajó del tercer puesto en la tabla y fue sólido como visitante: ganó seis, empató tres y perdió tres de los 12 partidos fuera de casa, con una efectividad del 58,33%. Sin embargo, el rendimiento como local fue flojo: de 12 encuentros en La Ciudadela, solo ganó cuatro, empató seis y perdió dos, con un 50% de efectividad.
La falta de conexión con el hincha y la ausencia de una línea de juego definida fueron las principales críticas. La caída en Salta terminó por exponer todas esas debilidades. Frente a Gimnasia y Tiro, el equipo jugó mal, no tuvo reacción y fue superado. “Es justificado el resultado”, reconoció Martos en zona de vestuarios. “No fue una buena actuación y tendremos que revisar a fondo lo que pasó. Decirlo ahora en caliente… capaz me equivoco en el análisis. Siempre cuando uno mira el partido de nuevo ve muchas más cosas en profundidad, inclusive hasta más errores de los que uno advierte durante el juego”.
Con 39 puntos en 24 fechas, Martos cerró su ciclo con una efectividad del 54,17%: 10 triunfos, 9 empates y 5 derrotas. En otro contexto, esos números tal vez le habrían dado más respaldo. Pero el entorno, el desgaste, la baja de rendimiento y, finalmente, los hechos violentos de las últimas horas precipitaron el final.
La dirigencia, en busca de un reemplazo inmediato
La comisión directiva ahora deberá moverse con rapidez. El partido contra River, por Copa Argentina, no es solo un choque con uno de los grandes del país: es una oportunidad única de reencauzar el ánimo y de mostrar carácter ante el contexto adverso. El equipo, pese a todo, sigue puntero junto a Atlanta y continúa en carrera por el ascenso.
El ciclo de Martos ya forma parte del pasado. Un proceso que nació desde abajo, con fuerte sentido de pertenencia y con momentos valiosos, pero que no pudo sostenerse en el tiempo. Ahora, San Martín necesita encontrar un nuevo líder, que devuelva la ilusión, recupere el juego y, sobre todo, calme las aguas de una semana convulsionada.







