

La osteoporosis es una enfermedad que afecta a los huesos y suele no presentar síntomas. El anuncio de la osteoporosis puede ser muy abrupto, porque suele llegar cuando un paciente se fractura un hueso. Recién entonces los médicos hacen evaluaciones para constatar si la persona tiene o no huesos debilitados. Pero hay algunos rasgos en el cuerpo que pueden indicar osteoporosis.
Aunque no es una enfermedad exclusiva de hombres o de mujeres, las mujeres blancas y asiáticas y las posmenopáusicas son las que tienen mayor riesgo de padecerla. La medicación, la alimentación y la ejercitación son algunos factores que pueden ayudar a prevenir la osteoporosis o a fortalecer los huesos que ya están debilitados.
La señal que puede alertar sobre aparición de osteoporosis
En las etapas en que los huesos empiezan a perder masa, no suele haber síntomas. Pero uno de los cambios que se dan cuando la osteoporosis avanza es la pérdida de estatura. De hecho, es uno de los aspectos que los médicos evalúan para diagnosticarla. Pero no sirve como indicador en las etapas más tempranas, sino en las más avanzadas de la enfermedad.
También puede aparecer el dolor de espalda que se asocia a la rotura de algún hueso o al aplastamiento de las vértebras de la columna. Es común que un hueso se fracture, incluso si no hubo golpes bruscos o de gran intensidad. Otra de las características de la enfermedad es la adopción de una postura encorvada producto del deterioro o debilitamiento de la columna.
Otros factores de riesgo de la osteoporosis
Además de la edad, la raza y el sexo, hay otros factores que pueden influir en la aparición de la osteoporosis. Por ejemplo, los cambios hormonales –cuando hay una baja de ciertas hormonas– pueden incrementar el riesgo de desarrollarla. Lo mismo ocurre cuando hay una deficiencia de calcio, vitamina D o proteína.
También algunos medicamentos pueden afectar la composición ósea. El uso prolongado de corticoides, inhibidores de la bomba de protones –que se utilizan para tratar la enfermedad del reflujo gastroesofágico– y los medicamentos para tratar la epilepsia también puede ser un detonante.
Incrementan el riesgo de desarrollar osteoporosis hábitos como fumar, el consumo excesivo de alcohol y la inactividad física o los extensos períodos de reposo en cama.








