La Ciudad Universitaria es inviable desde el aspecto ambiental

Un informe técnico reciente puso en evidencia la complejidad del entorno físico y las restricciones legales para nuevos desarrollos edilicios.

GIGANTE DORMIDO. La estructura de hormigón de más de 100 metros de largo se encuentra en buenas condiciones y podría dársele otro uso. Gentileza Pablo Salcedo GIGANTE DORMIDO. La estructura de hormigón de más de 100 metros de largo se encuentra en buenas condiciones y podría dársele otro uso. Gentileza Pablo Salcedo

El proyecto de la Ciudad Universitaria en la Sierra de San Javier, promovido por la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) desde 1946, vuelve al centro del debate. Un informe técnico reciente, elaborado por el Observatorio Ambiental de la UNT, analizó las condiciones del suelo, la infraestructura y el marco normativo del área, y puso en evidencia las complejidades que existen en el entorno físico y las restricciones legales para nuevos desarrollos edilicios. Dicho de otra manera: hoy es prácticamente inviable desde lo ambiental y lo normativo el poder desarrollar el campus con viviendas que se ideó para albergar a unas 30.000 personas.

El equipo interdisciplinario de profesionales participó de la elaboración del informe técnico denominado “Condiciones Ambientales e Institucionales de la Idea Proyecto Ciudad Universitaria (IPCU) y el Parque Sierra de San Javier (PSSJ)”, el cual fue coordinado por el ingeniero Álvaro Bravo y se concluyó en mayo de 2025. Dicho documento, encargado por el rector de la UNT, Sergio Pagani, fue el eje central de la sesión del Consejo Superior que se llevó a cabo el pasado martes.

Origen de la idea

Se repasó que el proyecto de la Ciudad Universitaria de San Javier tuvo su origen en el Primer Plan Quinquenal del peronismo, durante el rectorado de Horacio Descole. Se realizó entonces una expropiación de 14.000 hectáreas (1947), pero con el golpe de Estado de 1955 se interrumpieron las obras y algunas de ellas (como la estructura de hormigón, conocida como block) quedaron a medio construir. En 1958 la UNT se integró a Yacimientos Mineros Agua de Dionisio (YMAD), cuyas regalías (un 40%) debían destinarse exclusivamente al proyecto, pero las primeras utilidades llegaron a partir de 2006 (hay proceso judicial en curso).

En el informe se consignó que a partir de 1964 la UNT (bajo el rectorado de Eugenio Flavio Virla) reorientó su expansión al área urbana (actual Campus Herrera, conocido popularmente como Quinta Agronómica) y empezó a institucionalizar un enfoque ambiental: creó la finca Horco Molle como reserva (1966) y el Parque Biológico - Reserva Sierra de San Javier (1973), para preservar la flora y la fauna autóctona.

Leyes y limitaciones

En paralelo, en 2007 se sancionó la Ley Nacional 26.331 (Protección Ambiental de Bosques Nativos) y en 2010, la Ley Provincial de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos (8.304). Según la cartografía de respaldo, el Parque Sierra de San Javier ingresa casi su totalidad como de muy alto valor de conservación (Categoría I) y no puede ser transformado.

Se plasmó en el informe que el área presenta una geodinámica activa, atravesada por fallas sísmicas, cuencas con dinámica torrencial y suelos frágiles que han sido modificados por intervenciones humanas. Se consignó también que la infraestructura hídrica muestra un alto grado de deterioro y que hay ausencia de sistemas centralizados de tratamiento de efluentes. Se añadió que el acceso vehicular también presenta serias limitaciones ya que la única ruta es la 338, la cual es inestable y vulnerable a derrumbes. Realizar un camino alternativo por Horco Molle (idea original) implicaría hoy un fuerte impacto ambiental y alto costo económico.

Frente a este panorama, en el informe se recomendó: no avanzar en nuevas obras de infraestructura urbana en estas áreas de alto valor de conservación, pendientes fuertes o riesgo geológico; y priorizar usos compatibles con la conservación, entre otras cosas. “Se evidencia que el crecimiento de la UNT desbordó las previsiones del proyecto original tal como fue concebido, cuya financiación no se pudo concretar en tiempo y forma”, se consignó en el texto.

“Ciudad verde”

En diálogo con LA GACETA, Bravo desarrolló que cuando se pensó el proyecto no había tecnología como para estudiar la fragilidad geológica ni concepción ambiental del impacto que representaría. Resaltó que el parque Sierra de San Javier brinda un enorme servicio ecosistémico al área metropolitana, que además estabiliza la ladera del cerro y controla aluviones. Resaltó que hubo una reconversión de una idea de ciudad universitaria de residencia y uso masivo. “Se transformó en una ciudad universitaria verde”, dijo. Remarcó también que el marco legal impide avanzar en modificaciones del uso del suelo, pero que al terreno ya intervenido (como el block) se le podría dar otro tipo de uso (hotelero o centro de convenciones, por ejemplo) siempre que esté acompañado por un estudio de impacto ambiental.

Consejo Superior: asumió el nuevo consejero estudiantil

El Consejo Superior de la Universidad Nacional de Tucumán sesionó el martes. La reunión fue presidida por el rector, Sergio Pagani, quien estuvo acompañado por la vicerrectora, Mercedes Leal y miembros del gabinete rectoral. Previo al tratamiento de los temas, se convalidaron las actas de la sesión ordinaria del 24 de junio pasado, y de la extraordinaria del 26 del mismo mes. Posteriormente, iniciado el orden del día, asumió como consejero estudiantil Esteban Emilio Frías, en reemplazo del saliente Evaristo Ulivarri Pereira. Fue el rector de la UNT quien tomó juramento al representante de los estudiantes.

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