De quedar varados en Ecuador a alentar a Atlético Tucumán contra Boca en Santiago del Estero

La familia Barboza se dio el gusto de alentar al "Decano" en el Madre de Ciudades.

De quedar varados en Ecuador a alentar a Atlético Tucumán contra Boca en Santiago del Estero DIEGO ARÁOZ/LA GACETA

Manuel Barboza, acompañado por sus dos hijos y su nieto, emprendió un viaje muy especial a Santiago del Estero para alentar a Atlético en el partido contra Boca Juniors por los 16avos de final de la Copa Argentina. Para esta familia, el amor por el “Decano” es un legado que trasciende generaciones y se vive con pasión, sacrificio y anécdotas inolvidables.

“Yo siempre he viajado a todos lados con Atlético”, comienza Manuel con orgullo, mientras recuerda cómo hoy pudo compartir esta experiencia con su nieto, que por primera vez salía fuera de la provincia para seguir al club tucumano. “Tuve que cerrar la carnicería por un día para poder venir y darle gusto a mi nieto. Para mí es un orgullo enorme porque siempre Atlético fue lo mejor que tuve en la vida”, confiesa.

El negocio de Manuel, una carnicería, quedó cerrado por unas horas para hacer posible esta aventura familiar. “A veces hay que priorizar la pasión, y cerrar el negocio por un día fue la locura que hice por mi nieto y por Atlético”, asegura. Esa pasión los ha llevado a vivir situaciones fuera de lo común, incluso más allá del país.

De quedar varados en Ecuador a alentar a Atlético Tucumán contra Boca en Santiago del Estero DIEGO ARÁOZ/LA GACETA

Una de las historias más sorprendentes que compartió Manuel ocurrió durante un viaje a Ecuador, donde la familia Barboza intentó acompañar a Atlético en la Copa Libertadores. “Llegamos hasta Ecuador, pero no pudimos llegar a Quito porque el micro no tenía permiso para cruzar tres países”, relata. “Estuvimos varados, 58 personas de Argentina, durante 15 días arriba del micro. Siete días de ida y siete días de vuelta, cruzando Argentina, Chile y Perú”. En medio de esa odisea, un policía local les ayudó a abrir un bar exclusivo para que pudieran juntarse y ver el partido, un gesto que Manuel recuerda con emoción: “Fue algo único”.

Los viajes con Atlético son una tradición que la familia Barboza sostiene desde hace años. “Fuimos a Paraguay, a Bolivia, a Peñarol dos veces, a Palmeiras y a muchos otros destinos”, enumera Manuel. “La familia siempre está presente, nos viajamos todos juntos cuando podemos. La pasión es algo que llevamos adentro”.

Uno de los recuerdos que más marcó a Manuel fue un viaje a Ñuñorco, donde la hinchada de Atlético sufrió malos tratos en el colectivo. “Nos hacían mierda el colectivo, pero no importaba, porque cuando llegamos al estadio Palmeiras fue algo increíble, impensado”, recuerda con una mezcla de nostalgia y orgullo. “Esos momentos son los que te hacen amar aún más al club”.

De quedar varados en Ecuador a alentar a Atlético Tucumán contra Boca en Santiago del Estero

Este viaje a Santiago del Estero es especial, porque es la primera vez que viajan todos juntos, abuelo, hijos y nieto. “Es la primera vez que puedo viajar con mi nieto, que tiene cuatro años y ya es socio del club”, dice Manuel, con una sonrisa que refleja la emoción de ver cómo la pasión por Atlético se transmite de generación en generación. “Él ya lleva el bombo y los colores, y eso es lo más lindo que me puede pasar”.

Manuel también recuerda las dificultades que tuvo que sortear para sostener esta tradición familiar. “En Ecuador, cuando cerramos el negocio por vacaciones, pensamos que iba a durar una semana y fueron dos semanas largas, pero la pasión nos mantiene firmes”, explica. Y aunque la situación económica no siempre es fácil, la familia Barboza no duda en hacer los sacrificios necesarios por estar cerca de su equipo.

La pasión por Atlético no es solo un sentimiento personal, sino que se vive en familia. “Mis hijos Pablo y José, y ahora mi nieto Milo, también son parte de esta historia, y siempre que podemos nos vamos juntos”, comenta Manuel. “El amor por Atlético es algo que se lleva en la sangre, no se puede explicar con palabras”.

En medio de risas y recuerdos, Manuel reconoce que para él y su familia seguir al “Decano” es mucho más que un hobby: “Es algo que pasa por dentro, no se puede explicar, es una locura, una pasión que une a toda mi familia”.

Así, la familia Barboza se prepara para alentar a Atlético Tucumán en Santiago del Estero con la esperanza intacta de una victoria contra Boca. Para ellos, cada viaje, cada partido y cada momento compartido es parte de una historia de amor que sigue creciendo y que ya atraviesa tres generaciones.

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