Festejo del Día del Amigo: arrojaron el aceite de las frituras en el lago San Miguel

Se demorará unos 20 días en limpiar la mancha. También el parque Avellaneda quedó muy sucio.

CAPAS DE SUCIEDAD. El borde del lago, con botellas y desechos de basura flotando en el agua, mostraron signos evidentes de contaminación. La Gaceta / Fotos de Santiago Gimenez CAPAS DE SUCIEDAD. El borde del lago, con botellas y desechos de basura flotando en el agua, mostraron signos evidentes de contaminación. La Gaceta / Fotos de Santiago Gimenez
Por Roberto Delgado y Matías Auad 22 Julio 2025

Después del gran festejo del Día del Amigo, el parque 9 de julio amaneció repleto de botellas de plástico, restos de comida y una mancha aceitosa que se extendía sobre el lago San Miguel. En la orilla, los pastos estaban salpicados de vasos descartables, cajas de pizza y bolsas.

Tres patos blancos nadaban lentamente entre los residuos. Más allá, al pie de un árbol, se acumulaba un improvisado basural: cajas, bolsas y papeles.

“Esto me deja totalmente sorprendido. La cantidad de basura es enorme. Hemos sacado siete toneladas de desperdicios. El doble de lo que se recogía en jornadas de mucha afluencia de gente, como fue el Día del Padre”, dijo Luciano Chincarini, el secretario de Servicios Públicos municipal, tras recorrer el parque. Según explicó, el municipio había desplegado un operativo especial para los festejos, con 16 contenedores extra de un metro cúbico distribuidos por el parque, personal de limpieza desde temprano, baños en condiciones y un plan para jerarquizar aún más el espacio. Pero no alcanzó.

PLÁSTICO. Bolsas con residuos se vieron desparramadas en el lugar. PLÁSTICO. Bolsas con residuos se vieron desparramadas en el lugar.

Uno de los problemas más visibles fue la mancha de aceite flotando en el lago. “Claramente es aceite de fritura, tirado por vendedores de papas fritas. Esa mancha no se limpia en unas pocas horas como el pasto. Afecta a las aves migratorias y también a las bombas que hacen funcionar las fuentes que oxigenan el agua y mejoran el paisaje. Son daños ambientales serios”, advirtió Chincarini. Explicó que se va a limpiar esa mancha “con una barquilla de dragado superficial, que contratamos normalmente en función de la limpieza de las algas que son endémicas en el lago. Calculo que de acá a 20 días va estar eliminado ese aceite”.

Responsables

El funcionario enfatizó que el daño no es sólo responsabilidad de los vendedores ambulantes.. También había residuos de casas de comida rápida y basura doméstica dejada por las familias que se reunieron allí.

TRABAJO ARDUO. Se recogieron 7.000 kilos de desperdicios. TRABAJO ARDUO. Se recogieron 7.000 kilos de desperdicios.

Según describió, la jornada ha estado marcada por el consumo de alimentos -probablemente por el día fresco-. También el parque Avellaneda quedó con gran cantidad de residuos -se estima que se recogieron 2.000 kilos- y se desbordaron los contenedores que se había dejado en previsión. “No así el parque Guillermina, que fue bastante cuidado por la gente”, dijo el funcionario.

En el 9 de Julio, “este festejo le va a dejar cicatrices al parque que van a demorar un tiempo en cerrarse”, dijo, porque también ha quedado sin pasto, afectado por la gente, los vehículos subidos al césped y los fuegos hechos por los 60 vendedores de comida.

DURO. La belleza de los patos choca con la degradación del entorno. DURO. La belleza de los patos choca con la degradación del entorno.

Chincarini planteó medidas para los próximos festejos como el del Día del Niño. “No se va a festejar en forma centralizada en el parque, sino que se van a hacer jornadas en los distintos barrios. Y en el 9 de Julio se va a invitar a los que venden alimentos a que se sitúen en un lugar que no va a ser el perilago, sino la calle que está a 20 metros al norte”. Además -concluyó- “vamos a reducir el tránsito vehicular para darles prioridad a los peatones”.

“En tres décadas nada cambió”: el testimonio de un trabajador del parque 9 de Julio

A pesar de los carteles, los contenedores extra y las campañas de concientización, las postales del Parque 9 de Julio después de cada festividad son las mismas desde hace décadas: toneladas de basura esparcidas por el césped, el lago y los senderos. Así lo afirman los vecinos de la zona, y también los trabajadores del espacio que ayer pasaron horas enteras intentando devolver su esplendor al lugar. O al menos su limpieza.

Juan Uraga, trabajador de la Dirección del Parque desde hace 33 años, lo resume con resignación. “Esto pasa todos los años. Siempre lo mismo, en cada festividad. Nunca cambia”, indicó ante las cámaras de LG PLAY.

El trabajador considera que la raíz del problema está en la falta de responsabilidad de los visitantes. “Así como hay quienes llevan una bolsita para recoger los excrementos de sus perros, podrían hacer lo mismo con sus residuos”, indica.

OPERATIVOS. Se desplegaron dispositivos exhaustivos de limpieza. OPERATIVOS. Se desplegaron dispositivos exhaustivos de limpieza.

Uraga insiste en que no es solo una cuestión de infraestructura -que hoy existe y se refuerza en estas fechas especiales para la comunidad-, sino de conciencia ciudadana. “En 33 años siempre vemos toneladas de basura después de estos festejos. Es triste, pero es la misma historia una y otra vez”, lamenta en un testimonio que invita a reflexionar sobre lo ocurrido.

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