Adiós a las LEFI: el Banco Central redefine su estrategia monetaria

La eliminación de las Letras de Regulación Monetaria marca un giro en la política del BCRA. El cambio impacta de lleno en plazos fijos, tasas de crédito y el financiamiento a empresas.

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20 Julio 2025

El pasado 10 de julio marcó el fin de las conocidas Letras de Regulación Monetaria (LEFI), en el marco de un esfuerzo por sanear los pasivos del Banco Central (BCRA). Aunque se trata de una medida técnica, su impacto se extiende directamente a la vida cotidiana: afecta el rendimiento de los plazos fijos, el costo del crédito y las condiciones de financiamiento para empresas.

Para dimensionar el alcance, el desarme de las LEFI implicó absorber un stock cercano a los $15 billones, en manos de bancos públicos y privados. Esto equivale al 33% de los depósitos a plazo fijo del sector privado.

¿Qué eran las LEFI? Florencia Linares, especialista de la firma local Amauta Inversiones, explicó que funcionaban como un instrumento del BCRA para absorber pesos del sistema bancario. “A través del ofrecimiento de tasas atractivas, se incentivaba a los bancos a prestarle al Central en lugar de canalizar esos fondos hacia el crédito o el consumo, contribuyendo así al control de la inflación. Sin embargo, este mecanismo también encarecía el costo del dinero para el resto de la economía”, aclaró.

Ahora, según la asesora, con la desaparición de las LEFI, el BCRA apunta a que la tasa de interés de referencia se defina de forma “endógena”, es decir, a partir del juego libre del mercado.

“A partir del jueves pasado, el organismo dejó de licitar estos instrumentos, y el stock remanente fue canjeado por una canasta de Letras del Tesoro (Lecaps) de corto plazo. La reacción del mercado no se hizo esperar: las tasas de las cauciones bursátiles -una suerte de plazo fijo en el mercado de capitales- se desplomaron del 26% al 12% anual, su nivel más bajo en cinco años. Las Lecaps también ajustaron su rendimiento: de convalidar tasas del 33% pasaron al 30% en los vencimientos más cercanos”, detalló.

“Pero estamos en Argentina, y nos interpela la volatilidad…”, reflexionó seguidamente Linares.

La economista remarcó que, ante la necesidad de tasas más altas, los bancos acudieron al Tesoro Nacional en un pedido de licitación sorpresa que se llevó a cabo este miércoles 16, totalmente fuera de cronograma. Con oferta de instrumentos cortos y convalidando tasas altísimas, logró absorber casi la totalidad de los $5 billones de que faltaban colocar del desarme de Lefis.

“Con este proceso de absorción de pesos prácticamente concluido, el nuevo desafío será lograr que las tasas regresen, al menos, a los niveles intermedios o bajos que veíamos apenas unos días atrás. En una maniobra poco prolija -y quizás algo improvisada- se pasó de validar una tasa de referencia del 29% a rendimientos promedio del 40%, casi sin transición”, agregó.

En el final, Linares hizo hincapié en que la “economía argentina entra ahora en una etapa distinta, con un mercado más expuesto a las reglas de oferta y demanda, al menos en la teoría, y con un nuevo reto para el Banco Central: administrar con precisión quirúrgica una transición que redefine su rol en la política monetaria. ¿Cuál es la gran incógnita? Veremos si se puede volver a tasas más bajas sin despertar al tipo de cambio”. “Aunque eso sería casi un lujo escandinavo”, cerró.

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