¿Qué es la caminata interválica? el ejercicio de moda que propone cambiar tu rutina por completo

Lejos de las ideas de largas y aburridas caminatas o entrenamientos intensos, la caminata a intervalos propone una forma dinámica y accesible para todo el mundo de transformar la rutina diaria en un motor de bienestar. Así nos alejamos de las agotadoras series de ejercicios y podemos incorporar los beneficios que la ciencia propone para nuestra salud el caminar, especialmente si consideramos que un nuevo estudio encontró que caminar entre 3 y 6.5 kilómetros por hora durante una o dos horas a la semana puede reducir significativamente el riesgo de muerte prematura.

La caminata a intervalos no solo es una manera fantástica de aprovechar esos beneficios generales, sino que los potencia. Se trata de alternar períodos de caminata rápida con otros de ritmo más moderado o lento. Esto no solo hace que el ejercicio sea más variado y entretenido, sino que también impulsa tu metabolismo, lo que te ayuda a quemar más calorías y a mejorar tu salud cardiovascular de manera más eficiente que la caminata a un ritmo constante.

Más beneficios y mayor eficiencia

La caminata interválica ofrece una amplia gama de ventajas para tu cuerpo y mente, señalan desde el medio especializado, Today.com. Este enfoque permite que tu corazón y tus pulmones trabajen a diferentes intensidades, mejorando su capacidad sin generar un estrés excesivo. Además, es un ejercicio de bajo impacto, lo que lo hace ideal para personas de todas las edades y niveles de condición física.

Uno de los puntos clave es que puedes adaptarlo a tus necesidades. No tienes que ser un atleta para comenzar ya que puedes ir a tu propio ritmo. Esto significa que, ya sea que estés empezando o buscando llevar tu entrenamiento al siguiente nivel, la caminata interválica se ajusta a ti. Permite una mayor quema de grasa y mejora la resistencia de una manera que las caminatas uniformes no logran por sí solas.

Cómo empezar tu caminata interválica

Empezar es muy sencillo y solo requiere unos minutos. Puedes iniciar con un calentamiento de cinco minutos a un ritmo suave para preparar tu cuerpo. Luego, alterna periodos de caminata rápida (donde sientas que tu ritmo cardíaco aumenta y te cuesta un poco hablar) con períodos de recuperación a un ritmo moderado. Por ejemplo, podrías caminar rápido durante tres minutos y luego bajar el ritmo durante un minuto. Repite este ciclo varias veces, según tu resistencia, y finaliza con un enfriamiento de cinco minutos a un ritmo suave.

Lo más importante es la constancia y escuchar a tu cuerpo. Con solo una o dos horas a la semana, divididas en sesiones cortas, podrías empezar a notar una gran diferencia en tu energía, peso y estado de ánimo. La caminata interválica es una prueba de que no necesitas pasar horas en el gimnasio para cuidar tu salud. Solo necesitas unos minutos y la decisión de dar el primer paso. Anímate a probar esta estrategia sencilla y llena de beneficios para tu bienestar.