La jornada “Energía Cultivada: el bioetanol en el desarrollo del NOA”, que se realizará el martes en Tucumán, es una señal clara de la vocación estratégica de la provincia y de la región para consolidarse como actor central en la transición energética argentina. Organizada por el Instituto de Promoción del Azúcar y Alcohol de Tucumán (Ipaat), por el Centro Azucarero Argentino (CAA) y por el Gobierno provincial, la jornada contará con disertaciones de especialistas de Argentina, de Brasil, de Costa Rica y de Estados Unidos. Se debatirán políticas públicas, posibilidades productivas y marcos regulatorios.
Los ingenios ya han alcanzado un 14% más de molienda, respecto del año pasado; y se prevé un pico a fin de julio y en agosto. Además, el Ipaat difundió que la producción de alcohol anhidro para bioetanol ha crecido un 28%, también en comparación con la campaña anterior. Esto consolida a la provincia como el principal contribuyente del NOA.
El aspecto regulatorio también toma protagonismo. En los últimos días, especialistas en la temática plantearon que el sector debería reclamar la aplicación plena de la resolución 689/2022, que permite una mezcla de hasta un 15% bioetanol en combustibles. Hoy, la Argentina mantiene obligatoriamente un corte de un 12% de bioetanol en naftas -vigente desde 2016, hace casi una década- aunque, de acuerdo al planteo de los expertos, ya resulta necesario aumentar ese porcentaje para aprovechar la capacidad ociosa local.
La comparación con Brasil -un peso pesado de la industria- resulta inevitable y revela hipótesis a considerar. El “Gigante sudamericano”, con más de 30 años de experiencia en motores “flex” y porcentajes de mezcla que oscilan entre un 25% y un 30%, constituye un modelo a seguir. Porque, además, Brasil no solo exige mayores cortes de biocombustibles para las naftas, sino que además basa su industria en un sistema integrado de producción automotriz y energético que la Argentina aún debe desarrollar.
Nuestro país avanza hacia récords de producción -el año pasado se alcanzó 1,21 millón de m³- de bioetanol, gracias a un aumento de un 26% en caña-. Pero ese crecimiento no está atado a una expansión regulatoria. El desafío es estructural: elevar los cortes en los combustibles para que se empiecen a acercar a los de Brasil, y que permitan internalizar los beneficios ambientales y económicos.
Los biocombustibles -en particular el bioetanol de caña- brindan múltiples ventajas: entre otras, reducen la dependencia energética externa y, sobre todo, reducen las emisiones de gases de efecto invernadero. A nivel provincial, promueven empleo, agregan valor a la producción local y fomentan inversiones. Por todo esto, la jornada del martes en Tucumán cobra una trascendencia concreta. No es sólo una charla académica; se trata de un foro para articular nuevas inversiones, para refrendar proyectos legislativos -regionales y nacionales-, y para alinear autoridades nacionales con la agenda provincial y regional.







