TRABAJO. El plantel se entrena pensando en el primer objetivo: el duelo del viernes contra Gimnasia y Tiro de Salta. Prensa CASM
Como quien vuelve a encontrar el rumbo después de una tormenta, San Martín llega al duelo contra Tristán Suárez con la brújula alineada. El triunfo sobre Los Andes no fue apenas un resultado fue una bocanada de aire fresco; una dosis de confianza para un equipo que había extraviado el ritmo, pero no la fe. Ahora, el objetivo es claro: sostener la levantada y acercarse al rendimiento colectivo que lo acerque al gran anhelo de la temporada. Ese que no se grita todavía, pero que se palpa en el deseo de la gente, en el sacrificio del plantel y en cada entrenamiento silencioso que se multiplica en Ciudadela.
Esta tarde desde las 16.40, el “Santo” se medirá con Tristán Suárez en Bolívar y Pellegrini, donde la premisa será simple y a la vez compleja: confirmar que lo de la fecha pasada no fue un destello aislado, sino el inicio de algo más profundo. Un equipo que se encuentra a sí mismo, que pule su versión más afilada y que empieza a mirar el torneo desde un lugar distinto y con el objetivo soñado entre ceja y ceja.
“Faltan muchos partidos y estamos a un punto de la cima”, advierte Ariel Martos, como quien conoce bien los laberintos de la Primera Nacional. El DT no quiere espejismos: “No hay que enfocarse en Atlanta, sino en seguir creciendo nosotros, en lograr regularidad e ir a pelear con todas nuestras armas. Si lo logramos no vamos a tener que ponernos a pensar en el resto”, agrega el entrenador marcando la hoja de ruta más precisa y calculada.
Esa regularidad es justamente el desafío más complejo. En un torneo parejo y denso en el que cada partido es un rompecabezas, la búsqueda de la mejor versión se vuelve una urgencia con forma de ilusión.
Franco García lo sabe. “Haber ganado después de dos partidos perdidos ayudó mucho en lo anímico, en la confianza, y también en la gente, que estaba necesitando una alegría. Ahora hay que hacer un excelente partido con nuestros argumentos y dejar, otra vez, los tres puntos en casa”, afirma el delantero.
Porque, aunque Ciudadela siempre late, últimamente no ha sido sinónimo de fortaleza. Por eso, ganar en casa tiene un valor doble. Lo entiende Martín Pino, uno de los héroes del último triunfo. “Estoy contento porque cortamos esa racha de no ganar. Le dimos una alegría a la gente y también a nosotros. Ahora tenemos otro partido de local que vamos a ir a ganarlo de nuevo”, avisa el goleador “santo”.
El equipo no pierde de vista sus defectos ni tampoco subestima a sus rivales. “Todos los partidos son complicados, más en nuestra cancha por el juego que proponen nuestros rivales. Tristán es un equipo ordenado, pero nosotros también tenemos jugadores que pueden lastimar en cualquier momento”, analiza el “9”, con la confianza de quien sabe que los goles también curan heridas. Él, que venía trabajando lejos del área, volvió a gritar y a demostrar que está listo para más.
García, veloz y filoso, también detecta una aspecto que puede resultar crucial para este duelo. “Sabemos que Tristán Suárez deja mucho espacio en las transiciones defensivas. Nosotros somos un equipo muy vertical, entonces tenemos que tratar de aprovechar eso y embocar las ocasiones que tengamos”, dice.
Y no hay lugar para mirar demasiado el entorno. “A varios de los chicos no nos importa lo que haga Atlanta. Pensamos en nosotros, en hacer un buen papel en todos los partidos. Si después nos toca pasar y estar primeros, bienvenido sea. Será el fruto del trabajo del día a día”, cierra con madurez el cordobés.
San Martín se prepara para otra batalla. No es una final, pero tiene aroma a partido bisagra. Porque cada paso sólido reafirma el camino y cada buena actuación fortalece la convicción. La levantada empezó contra el “Milrrayitas”. Ahora, el desafío será sostenerla en casa, con su gente, ante un rival incómodo. El “Santo” quiere confirmar que está listo para pelear en serio. La historia, el escudo y la tabla de posiciones empiezan a alinearse. Pero aún falta lo más difícil: encontrar la mejor versión colectiva y sostenerla en el tiempo.







