¿VUELVE?. Juan Cruz Esquivel se entrenó con normalidad y podría ser de la partida este sábado contra Tristán Suárez. Prensa CASM
En el fútbol, como en la vida misma, hay semanas que pesan más que otras. Algunas se arrastran como días de lluvia, otras avanzan ligeras como el viento a favor. Y para San Martín, esta fue de las segundas.
Después del desahogo contra Los Andes, el ánimo volvió a iluminar los entrenamientos en el complejo “Natalio Mirkin”. La victoria trajo aire y, sobre todo, la posibilidad de construir sin la sombra del resultado inmediato.
Ariel Martos lo sabe. Por eso, desde el inicio de la semana comenzó a delinear el equipo que este sábado, desde las 16.40, recibirá a Tristán Suárez. El DT busca que el “Santo” confirme su levantada y se consolide entre los protagonistas de la zona A.
“Siempre los triunfos te predisponen de manera diferente. Era un partido importante para ganar, por suerte se dio y eso viene muy bien para trabajar”, reconoció Martos, dejando en claro cuánto pesa la confianza a la hora de corregir errores y ajustar piezas. Durante estos días, el plantel se entrenó con otra cara, con mayor intensidad y enfoque, sabiendo que el desafío que se viene requiere precisión y carácter.
El DT confía en que el triunfo haya sido el punto de partida. “Tenemos que aprovechar los espacios y ser intensos. Tristán Suárez es un equipo al que le gusta manejar la pelota. Por eso tenemos que estar ordenados y tratar de hacer nuestro juego”, explicó.
El “Lechero”, que viene de igualar con Gimnasia de Mendoza, se caracteriza por intentar mantener la posesión y atacar en bloque. Para contrarrestar esa propuesta, San Martín buscará cortarle el circuito de juego y lastimar con transiciones rápidas. La clave estará en mantener el orden y en no cometer errores en la salida, algo que el cuerpo técnico remarcó durante la semana.
En cuanto a la conformación del equipo, Martos podría contar con varios futbolistas que regresan tras diferentes molestias o procesos de recuperación. Juan Cruz Esquivel ya está recuperado y se entrenó con normalidad, por lo que podría volver a jugar. Por su parte, Mauro Osores también se encuentra a disposición: “Ya comenzó a trabajar de manera normal y lo queremos poner a punto para que esté para jugar”, aseguró Martos. En tanto, Gabriel Hachen y Nahuel Cainelli podrían sumarse al grupo la próxima semana. Así, Nicolás Moreno y Gustavo Abregú quienes continúan avanzando en sus respectivas recuperaciones, tras haber sido operados, quedarían como únicos lesionados.
Martos aún no definió el “11”. En defensa no se prevén grandes modificaciones, aunque el entrenador aseguró que siempre hay aspectos por corregir. “No vi grandes problemas con los laterales, pero hay que mejorar siempre”, afirmó, dejando entrever que las bandas seguirán siendo un sector de atención táctica. Mientras tanto, el regreso de Esquivel podría ofrecer una opción para potenciar el ataque.
En La Ciudadela apuestan a que el equipo pueda dar el salto definitivo
Con 38 puntos, el “santo” se mantiene entre los animadores de la zona A y quiere continuar en esa posición para pelear por el ascenso. Cada partido se vuelve una final, especialmente en un campeonato tan parejo en el que una victoria puede significar un salto importante en la tabla, mientras que un traspié puede relegarlo varios lugares.
El duelo contra Tristán Suárez, entonces, se presenta como una buena oportunidad para confirmar la levantada.
Martos sabe que el margen de error es cada vez menor, pero también confía en la respuesta de sus dirigidos. “Siempre hay cosas para mejorar”, insistió. La victoria ante Los Andes fue un respiro, pero también un punto de partida. Ahora, San Martín busca seguir sumando, mantener la solidez y dejar en claro que está dispuesto a pelear hasta el final por uno de los pasajes a la Liga Profesional.
Con el objetivo de subirse a la cima de la zona y mientras mira de reojo el duelo contra River por Copa Argentina este sábado, desde las 16.40, el objetivo será claro: ganar, convencer y seguir trepando. Por eso el equipo se prepara para demostrar que el envión anímico no fue casualidad, sino parte de un proceso que empieza a dar resultados.






