
Advertencia sobre los próximos "nor'easters".

Sería un alivio si la advertencia solo fuera un título de una novela de Stephen King, sin embargo, no se trata de ficción. Los letales "nor'easters", que amenazan la costa este de Estados Unidos, se convertirán en fenómenos más devastadores de lo conocido, según un último estudio. Esta podría superar el último registro de los años 90 que dejó un centenar de personas muertas.
Un nuevo estudio científico advierte que los próximos nor'easters, tormentas destructivas y a menudo mortales que azotan la costa este de EE.UU con lluvia, nieve e inundaciones paralizantes, podrían volverse mucho más severos. El estudio, publicado por CNN, encontró causas en la contaminación climática donde un mundo más cálido podría agravar la intensidad de las tormentas.
Una experiencia que cambió la mirada
Michael Mann, científico climático de la Universidad de Pensilvania y autor del estudio, tuvo una experiencia que cambió por completo su mirada sobre estas tormentas severas. En 2010 quedó atrapado en un hotel de Filadelfia durante tres días durante el “Snowmageddon”, un fenómeno que arrojó más de 50 cm de nieve en partes de Pensilvania, Maryland, Virginia y Virginia Occidental, matando a 41 personas y dejando a cientos de miles sin electricidad.
Esta experiencia despertó su curiosidad sobre cómo el calentamiento global podría afectar estas tormentas. 15 años después encontró respuestas a esta incógnita.
Menos tormentas pero cada vez más letales
Existe consenso en que habrá menos “nor’easters” en un mundo más cálido, ya que el Ártico se calienta más rápido que el resto del hemisferio norte, lo que reduce el contraste de temperatura que alimenta estas tormentas. Pero lo que no estaba claro era cuál sería su intensidad.
Luego de un análisis de datos históricos y analizar 900 nor'easters entre 1940 y 2025, Mann y sus colegas encontraron que la velocidad máxima del viento de los “nor’easters” más intensos aumentó alrededor de un 6 % desde 1940, según el estudio publicado el lunes en Proceedings of the National Academy of Sciences.
Esto puede parecer poco, pero aumenta enormemente el daño potencial de una tormenta. Un aumento del 6 % en la velocidad del viento equivale a un incremento del 20 % en el potencial destructivo de la tormenta, explicó Mann. “Eso es sustancial”. Las tasas de lluvia y nieve también han aumentado alrededor de un 10 %, según el análisis.
El cambio climático detrás de todo
La razón por la que los “nor’easters” se están intensificando es “física básica”, dijo Mann. Los océanos y el aire más cálidos significan más evaporación y más humedad en la atmósfera, que se libera en forma de lluvias o nevadas más intensas.
Registros anteriores
La tormenta del “Miércoles de Ceniza” de 1962, por ejemplo, causó una devastación enorme en la costa este, con pérdidas económicas equivalentes a decenas de miles de millones de dólares actuales. Hizo “tanto daño como un gran huracán que toca tierra”, dijo.
La “Tormenta del Siglo” de marzo de 1993 fue una de las más mortales y costosas jamás registradas. Alcanzó vientos de más de 160 km/h, dejó casi 1,5 metros de nieve en algunos lugares y mató a más de 200 personas.
Jennifer Francis, científica principal del Woodwell Climate Research Center que no participó en el estudio, dijo que los hallazgos resaltan la necesidad de una mejor preparación.








