Sustitución sensorial: cómo el cerebro aprende a “ver” sin ojos tras la ceguera

Las estructuras visuales no caen en desuso, nuestro cerebro es capaz de reinventarse utilizándolas de otra manera.

Nuestro cerebro se las arregla para seguir viendo después de la ceguera. Nuestro cerebro se las arregla para seguir viendo después de la ceguera.
14 Julio 2025

Son muchas las personas que coinciden en que la vista es el sentido más preciado del que se puede disponer y también del que más podemos lamentar su pérdida. Cuando eso ocurre, la vida de una persona puede cambiar dramáticamente. Pero, aunque no podamos mirar a través de nuestros ojos, nuestro cerebro se arregla para reemplazar este sentido de otras maneras.

Nuestro cerebro es sin dudas un órgano que no se ve limitado por los obstáculos. Así es que cuando, por alguna razón, perdemos la vista, este es capaz de arreglárselas, poniendo en marcha la maquinaria cerebral para compensar aquella falta de información sensorial. Y esto se consigue remodelando las conexiones neuronales y creando otras nuevas.

La neuroplasticidad permite ver de nuevo

Contrario a lo que podríamos pensar, la percepción del mundo externo no está a cargo de los órganos sensoriales, sino que se construye en el cerebro. Por ejemplo, cuando percibimos el aroma de una aterciopelada y exquisita flor, no es la nariz la que “siente” el olor, sino que la experiencia olfativa tiene lugar en el cerebro, embriagando nuestras neuronas con su dulce fragancia. Se trata de un trabajo más en conjunto entre lo sensorial y lo mental.

Nuestro cerebro es capaz de adaptarse a las circunstancias adversas, una habilidad conocida como neuroplasticidad. Según informaron desde el artículo de The Conversation, el poder de la neuroplasticidad resulta más evidente en las personas con discapacidad visual. Al perder la capacidad de ver, la corteza visual pierde su función principal, es decir, deja de manejar datos visuales como la forma o el color, pues los ojos ya no pueden captar imágenes y/o enviarlas al cerebro.

Nuestras estructuras visuales no caen en desuso

Sin embargo, esta región cerebral no cae en el olvido sino que, se reinventa numerosos estudios demostraron que las neuronas de esta área empiezan a manejar información de otras modalidades sensoriales, como el tacto y la audición.

Por tanto, cuando una persona con discapacidad visual toca una superficie rugosa, curiosamente es su corteza visual la que se activa para procesar esta información. Esto demuestra que nuestro cerebro se rige por la economía del ahorro y reaprovecha las estructuras que ya no pueden manejar información visual para otros fines.

¿Cuándo ocurren los cambios en el cerebro?

De hecho, el cerebro siempre está en busca de soluciones, bien sea para resolver un dilema matemático o para compensar un déficit visual. Con el fin de mejorar las posibilidades de supervivencia, la corteza auditiva primaria se reorganiza funcionalmente en las personas con discapacidad visual para procesar de forma más rápida y eficiente los sonidos. Esto podría brindar una explicación a algunas de las habilidades mejoradas o superiores encontradas en las personas con pérdida de visión.

Aunque ignoramos cuál es el momento exacto en el que estos cambios plásticos pueden tener lugar, sí sabemos que es posible que broten en cuestión de minutos. Además, cuanto más tiempo se esté privado de una información sensorial, más pronunciadas son las modificaciones. De ahí que se haya observado una reorganización masiva en el cerebro de quienes han perdido la capacidad de ver de forma temprana en la vida.

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