César Chelala
Columnista invitado
Un informe reciente de Haaretz, uno de los periódicos israelíes más prestigiosos, sobre las acciones de los soldados de las FDI contra civiles palestinos que buscaban comida, constituye una acusación contundente sobre el comportamiento de los soldados israelíes. Como era de esperar, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu y el ministro de Defensa, Israel Katz, rechazaron esas acusaciones y las calificaron de “libelos de sangre”.
Según el informe, basado en entrevistas con oficiales y soldados de las FDI, los comandantes ordenaron a las tropas israelíes disparar contra las multitudes en los centros de distribución de alimentos para ahuyentarlas o dispersarlas, a pesar de que no representaban amenaza alguna para los soldados.
El Ministerio de Salud de Gaza, dirigido por Hamas, informa que 549 personas han muerto cerca de centros de distribución de alimentos, mientras esperaban los camiones de comida de la ONU, desde el 27 de mayo. Además, más de 4.000 personas han resultado heridas, aunque el número exacto de muertos o heridos por armas de fuego de las FDI sigue siendo incierto.
Haaretz informa que el Abogado General Militar ha ordenado al Organismo de Evaluación e Investigación del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI); organismo que examina incidentes que implican posibles violaciones de las leyes de la guerra, que investigue presuntos crímenes de guerra cometidos en estos lugares. Investigaciones previas de este tipo no han arrojado resultados prácticos.
Según un soldado de las FDI: “Es un campo de batalla. Donde estuve destinado, entre una y cinco personas morían a diario. Se los trata como una fuerza hostil: sin medidas de control de multitudes, sin gases lacrimógenos; solo fuego real con todo lo imaginable: ametralladoras pesadas, lanzagranadas, morteros. Luego, una vez que se abre el centro, cesan los disparos y saben que pueden acercarse. Nuestra forma de comunicación son los disparos”.
Un oficial de un centro de distribución calificó el enfoque de las FDI de “profundamente defectuoso”. “Trabajar con la población civil cuando la única forma de interactuar es abrir fuego, es, como mínimo, muy problemático”, declaró a Haaretz. “No es ética ni moralmente aceptable que la gente tenga que llegar a una zona humanitaria bajo fuego de tanques, francotiradores y morteros”. Otro oficial afirmó: “El hecho de que se dirija fuego real contra la población civil, ya sea con artillería, tanques, francotiradores o drones, contradice todos los principios que se supone que debe defender el ejército”.
La salida fácil –e incorrecta– ha sido calificar de antisemitas a quienes critican las acciones de los soldados de las FDI contra los palestinos. Sin embargo, hacerlo, equivale a negar una trágica realidad que denuncian cada vez más judíos y no judíos, así como un número cada vez mayor de gobiernos en todo el mundo.
Toda vida es sagrada
Un testimonio de Judíos Reformistas por la Justicia afirma: “Mi judaísmo me enseña pikuach nefesh, que toda vida es sagrada y debe ser salvada. Cuando destruimos una sola vida, destruimos el mundo entero y cuando salvamos una sola vida, salvamos el mundo entero. No puedo quedarme de brazos cruzados mientras mi propio pueblo arrebata sin piedad las vidas de niños y familias inocentes en Gaza que realmente no tienen dónde huir ni esconderse. Peor aún, estos asesinatos se cometen en nombre del judaísmo, en nombre de la protección del pueblo judío, pero no es el judaísmo que practico y amo. Rezo por el regreso sano y salvo de los rehenes y lamento la trágica pérdida de vidas israelíes, pero sé que matar a familias palestinas inocentes no traerá de vuelta a nuestros seres queridos ni calmará nuestro dolor. El pueblo judío debe actuar mejor”.
Stephen Kapos, en Double Down News, afirma: “La forma en que el gobierno israelí utiliza la memoria del Holocausto para justificar lo que les hace a los gazatíes es un insulto absoluto a la memoria del Holocausto. Es un ultraje… Lo que distingue al Holocausto judío es su escala industrial y los métodos industriales aplicados. Y lo que ha estado sucediendo en Gaza es similar, en cuanto a la magnitud y la naturaleza indiscriminada de los bombardeos, junto con la total indiferencia hacia los niños y las mujeres, que son la mayoría de las víctimas, equivale a un genocidio a escala industrial. La descripción del pueblo palestino como indigno, casi animal, por parte de algunos líderes; esa deshumanización, permite a la población de Israel tolerar lo que está sucediendo. La forma en que se trató a los palestinos arrestados, obligándolos a desnudarse y a exhibirse, es parte de la humillación”.
La masacre de palestinos inocentes por parte de los soldados de las FDI, incluyendo mujeres y niños, demuestra que Séneca se equivoca. Cuando el filósofo y poeta romano dijo: “Dondequiera que haya un ser humano, hay una oportunidad para la bondad”, no pudo prever que matar indiscriminadamente a civiles desarmados que buscan desesperadamente comida, hace susceptible a los soldados que ejecutan órdenes ilegales e inhumanas de ser acusados de ser criminales de guerra.









