Recuerdos fotográficos: cuando la estatua de Belgrano estuvo en la plaza Independencia
En este espacio de “Recuerdos” LA GACETA busca revivir el pasado a través de imágenes que se encuentran guardadas en ese tesoro que es el Archivo de LA GACETA. Esperamos que a ustedes, lectores, los haga reencontrarse con el pasado y que puedan retroalimentar con sus propios recuerdos esta nueva sección.
En la nota “Primera estatua de esta ciudad” (08/12/90), Carlos Páez de la Torre (h) cuenta las vicisitudes de la estatua de Manuel Belgrano realizada por Francisco Cafferata que, a iniciativa del presidente Julio A. Roca, se levantó en la plaza Independencia. Roca había pedido que se erigiera en el corazón de la ciudad porque “las estatuas que sirven para mantener vivo en la memoria de los pueblos el recuerdo de los grandes hombres, incitando al ejemplo, deben levantarse siempre en los parajes más públicos y concurridos”.
Y así se hizo. La estatua de yeso llegó desde Italia. Roca hizo hacer dos copias en bronce, una para Tucumán y otra para Salta. La tucumana fue erigida durante el gobierno de Benjamín Paz el 25 de mayo de 1884 en el centro de la plaza, donde desde 1864 había estado una columna que había hecho poner el gobernador José María del Campo.
La imagen que seleccionó Jorge Olmos Sgrosso muestra el bronce de Belgrano en 1886, frente al Cabildo.
Dos décadas después, en 1904, se resolvió sacarla de ese sitio y colocar en su reemplazo la “Libertad”, de Lola Mora. El doctor Ernesto Padilla criticaría esa decisión, diciendo que se trataba de un “inconcebible afán de snobismo”, porque la libertad “estaba encarnada en el héroe que gloriosamente se la dio”. Pero Belgrano fue llevado a la plaza de su nombre. En 1977 una remodelación “arrasó” -dice Páez de la Torre- con su basamento de mármol y su reja, para dejar la estatua con la base y el entorno que tiene hoy.
