Por qué cuesta cada vez más soltar a los hijos en las ciudades

Una encuesta revela que apenas un tercio de los menores de 13 años tiene permiso para ir solo a la escuela, al club o a la plaza. Los padres reconocen el temor a la inseguridad.

EN ÓMNIBUS. Los chicos que aprender a manejarse solos en la vía pública lo usan a menudo. EN ÓMNIBUS. Los chicos que aprender a manejarse solos en la vía pública lo usan a menudo.

Hay un momento que marca un antes y un después en la infancia: ese día en que un chico empieza a moverse solo, sin la compañía de un adulto. De la casa a escuela, al club o la plaza suelen ser los primeros trayectos que los ponen a prueba. Y aunque para muchos padres esto fue algo habitual durante su niñez, hoy esa experiencia de autonomía se posterga cada vez más. El miedo a la inseguridad y la sensación de que los chicos no están preparados para enfrentarse al espacio público por sí mismos hacen que ese paso se retrase.

Gabriela Duarte cuenta que ella tenía siete años cuando empezó a ir y volver sola de la escuela. “Hoy sería impensado”, cuenta mujer, que nació hace más de cuatro décadas en Tafí Viejo y se trasladaba desde ahí al centro todos los días. Con sus hijos, la historia fue distinta: recién a los 12 comenzaron a moverse sin compañía. “Siento miedo todo el tiempo, pero también entiendo que deben aprender a manejarse solos”, reflexiona.

Una experiencia similar detalla Valeria Costilla: “mis hijos comenzaron a moverse solos recién en la secundaria, y aun así sufro cada vez que salen”, admite. “Yo vivía en el centro de chica y a todos lados iba caminando desde los 8 años”, recuerda. Rodrigo García, padre de dos chicas de 10 y 14 años, rememora que él a los 9 ya se iba solo a todos lados desde Yerba Buena, donde se crió. “Hoy mi hija más grande se maneja sola, pero fue un proceso gradual. Primero, hacía distancias cortas. Yo la acompañé un par de veces. Lo importante es darles herramientas y confianza”, sostiene.

Rodrigo reconoce que hace 30 o 40 años, la infancia se vivía con una libertad que hoy muchos adultos mirarían con alarma. “Un simple ‘¡no se olviden de la llave!’ bastaba para habilitarnos a salir a la calle, donde nos esperaba la vereda, la cuadra, la plaza. No había celulares ni tampoco supervisión constante. Lo habitual era pasar la tarde jugando, y regresar cuando el sol empezaba a bajar. La calle no era vista como un peligro, no es como ahora”, resalta, y da un ejemplo: “a mi hija la asaltaron hace un par de meses en la parada del colectivo”.

Encuesta

No son testimonios aislados. Cada vez menos chicos van solos a la escuela, al club o a la plaza. Solo el 34% de los menores de 13 años tienen permitido hacerlo, según una encuesta del Instituto de Desafíos Urbanos Futuros (IDUF), una entidad que tiene el objetivo de mejorar la planificación de las ciudades.

La misma investigación reveló que seis de cada 10 padres actuales empezaron a moverse de forma independiente entre los 9 y los 12 años. El contraste entre lo que vivieron los padres y lo que hoy viven sus hijos deja en evidencia un cambio cultural profundo, advierten los expertos.

EN BICICLETA. Que un niño se desplace solo depende del desarrollo emocional de cada uno. EN BICICLETA. Que un niño se desplace solo depende del desarrollo emocional de cada uno.

El informe asegura que los padres (siete de cada 10 encuestados) se muestran más confiados sobre las capacidades de sus hijas e hijos que las madres (5 de cada 10). Entre los temores, predomina este: “no tienen edad suficiente para andar solos por la calle” (cuatro de cada 10 consultados lo nombraron). También hay preocupación por la inseguridad (tres de cada 10 padres lo admiten) y por la siniestralidad vial (dos de cada 10). Además, el reporte del IDUF revela que seis de cada 10 progenitores creen que el celular es una herramienta fundamental para hacer un seguimiento del traslado de sus hijos.

¿Edad ideal?

El resultado es que cada vez se posterga más la autonomía de las infancias en la ciudad. ¿ Hay una edad ideal para que empiecen a manejarse solos los chicos? ¿Qué cosas hay que enseñarles previamente? Son cuestiones que se plantean los padres a la hora de soltar a sus hijos en la vía pública.

Para los especialistas, no existe una edad específica para lograr la autonomía en los chicos. “Que un niño viaje solo o realice tareas autónomas; depende del desarrollo emocional de cada niño. Sin embargo, alrededor de los 11 o 12 años muchos están preparados para comenzar a dar pequeños pasos hacia la independencia”, sostiene la psicóloga especialista en niños, Cecilia López.

Según explica, la autonomía es un proceso emocional profundo que inicia en la primera infancia (cuando los niños dejan el pañal, chupete o mamadera) y continúa en la preadolescencia (11-12 años) con mayores desafíos. “Favorecer la autonomía fortalece la autoestima, la confianza y el sentimiento de seguridad. Acompañar este proceso es fundamental, y debe ser gradual, con seguridad y aliento”, remarca.

Puede generar orgullo y a la vez miedo en el niño, apunta. Por eso, el adulto debe brindar sostén, sin dejarlo solo abruptamente, apunta. “Es un desapego asistido y presente, donde el niño se anima a probar con el adulto cerca pero sin intervenir”, aconseja.

López reconoce que hay una dificultad creciente para habilitar la autonomía infantil. “Nos cuesta, pasan muchas cosas en la calle. Por eso hay que hablar con ellos, pero sin generar miedos excesivos porque esto da mucha inseguridad y baja autoestima”, remarca. No hay que nombrarles cosas que les causen temor, sino darles pautas sobre los cuidados: enseñando a no hablar con extraños, no dar información personal y qué hacer si se pierden, transmitiendo confianza y tranquilidad.

Sobre las aplicaciones que permiten a los padres ubicar a sus hijos, la psicóloga considera que son herramientas útiles para padres, pero no deben convertirse en control excesivo. No hay que abusar de estar encima como “padres helicóptero”, advierte Eva Millet, autora del libro “Hiperniños, ¿hijos perfectos o hipohijos?”. Según la especialista, cuando se los protege demasiado y se les indica todo lo que deben hacer, ellos no aprenden a defenderse. Pero lo más grave es la ansiedad que les genera. “Hay que confiar en la capacidad de los hijos. Permitir que tomen decisiones y que se equivoquen”, recomienda.

Aprendizaje: las vacaciones pueden ser una oportunidad

Nada mejor que estar relajados y con tiempo para empezar a construir con paciencia la autonomía de un hijo, señala la psicóloga Cecilia López. Por eso, las vacaciones suelen ser una buena oportunidad para ayudarlos a que empiecen a moverse solos por la ciudad. ¿Con qué podemos empezar?, le preguntamos. “Planificar juntos pequeñas actividades o salidas donde el niño pueda hacer algo solo o con menos supervisión: ir al almacén, caminar hasta la plaza, tomar un colectivo conocido”, aconseja la profesional. Antes, sería bueno hablar sobre la importancia de crecer y probar cosas nuevas, transmitiendo confianza y entusiasmo.  Se le puede enseñar y repasar los recorridos, las calles, puntos de referencia y normas básicas de seguridad para que se sienta seguro, detalló.  

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